¿Amnesia?

414 46 0
                                    

Me quedé mirándolo con los ojos como platos, ¿cómo alguien no va a recordar parte de su vida? A no ser...

-¿Padeces amnesia?

No se dignó a mirarme a la cara, miraba al suelo como si estuviese arrepentido o avergonzado, le tomé del mentón y le hice mirarme.

-Paul...

-Me tuvieron que hacer algo... Sino, no lo comprendo...

Oímos unos pasos que se acercaban, nos miramos menos de tres segundos y me levanté tomando las tijeras en mi mano derecha.

-¿Quién hay allí?

Me tranquilicé al escuchar la voz de Mel, le contesté y entró haciendo un ademán de preocupación.

-¿Qué hacen los dos acá?

-Mel, ya sabes que él es Paul- asintió-. Oí unas quejas y vine a inspeccionar, entonces lo vi así...

Asintió lentamente, bostezó y se fue, a esas horas de la noche cualquiera estaría cansado, yo un poco, pero experimentar esa situación hacía que mucha adrenalina corriera por mi cuerpo, y por lo tanto me impidiese dormir.

-Paul... Haz el favor de no hacer ninguna tontería en lo que queda de noche... Y nunca más. Promételo.

-Te lo prometo.

Le dí una sonrisa a duras penas, necesitaba dormir. Lo dejé en la enfermería para que durmiese en esa cama de sábanas blancas, y me dirigí a mi cuarto.

Abrí la puerta y con el mayor sigilo posible me dirigí a la cama. Thomas yacía profundamente dormido. Hundí el colchón con mi peso mientras me tapaba con las mantas.

-¿Dónde fuiste...?- dijo Thomas aún medio dormido y sin abrir los ojos.

-Ah... Pensé que estabas dormido.
Fui al baño, no me sentía muy bien.

No iba a decirle que un fantasma se me apareció en medio de la noche, para impedir un suicidio.
Pasó su brazo por mi cintura dejando todo su peso encima mío.

-¿Ya te encuentras mejor?

-Sí, amor- me giré para darle un beso en la mejilla y me puse cómoda para dormir abrazada a él

Nos despertamos ambos gracias a la dichosa alarma del móvil, que me había olvidado apagar la noche anterior.

-¿Qué mier...?

Apagué la alarma.

-No hagas caso, duerme, ya la quité.

Él se volvió a dormir, pero yo ya me había desvelado, estuve mirando el techo un buen rato, hasta que levantarme de la cama no me dió pereza, entonces me vestí con lo primero que vi, que fue: unos jeans azul oscuro rotos y una camisa blanca con la palabra Art, en cursiva, y con diferentes manchas de pintura, para finalizar, mis vans negras.

Bajé hacia el comedor para preparar algo, allí me encontré con Mel hablando por teléfono, no notó mi presencia.

-¿Ahora? ¿En serio? Sí, está con nosotros, anoche la intentaron matar... - oí como la hablaban a gritos, pero no se entendía nada- Está bien, vendrá con nosotras, general.

Colgó, se giró y se le iluminó el rostro con una sonrisa al verme.

-¡Jane! Hola muchachita, contigo quería hablar, si no lo escuchaste ya, claro.

Negué con la cabeza.

-Solo escuché que hablaban de mí, tú y la general.

-Sí, insiste en que vayas conmigo y con Anaís a una misión.-cogió una manzana y le dió un pequeño bocado- Mira, si ves que es mucha responsabilidad, dime que no y yo convenceré a la general.

-Mel, estaré encantada de hacerlo con vosotras dos, dime el plan.

Me mostró una bonita sonrisa, y me explicó el plan.

-Verás, Jack Wesley es un gran mafioso que invirtió en un proyecto que perjudica a gente como tú, con poderes. El proyecto trata de una máquina que almacena tus poderes quitándoselos a tu A.D.N. La idea en si no está mal, ya que a veces tener este don es un fastidio- dijo sacando su tentáculo-,el fallo está en que no solo se quita el poder, sino también el agua y los nutrientes del cuerpo, lo cual lleva a la muerte. La máquina está aún en proceso, hay que impedir que la construcción se complete.

-¿Cómo?

-Wesley tiene los planos archivados en la caja fuerte de su casa, una agente fue allí para intentar conseguirlos, pero la caja solo se abre a través de la retina de Jack, el sistema de seguridad detectó que no era la persona correcta y la disparó en la cabeza.

-¿Qué tengo que ver yo en todo esto?

-Tu don es el cambio, así que necesitamos que cambies tus rasgos físicos por unos un poco específicos. Cuando la agente estuvo infiltrada, descubrió que Jack tiene una gran debilidad, las chicas, chicas de veinte años, pelirrojas, con la tez clara... - dejó la descripción a medias dándome a entender que había más detalles- Tu misión en concreto será seducirle y, cuando hayas conseguido llegar a su casa, le drogarás dejándolo profundamente dormido, entonces abrirás la caja fuerte y conseguirás esos papeles.

Asentí, la misión no era tan difícil, solo que seducir... No es que fuera lo mío, pero me podría hacer una idea.

Anaís sería quien controlaría que yo estuviese bien. Ella me dió unos pendientes que llevaban un micrófono microscópico incorporado. Anaís me hablaría por ahí para decirme lo que tengo que decir para conseguir que me lleve a su casa. Además, me obsequió con unas lentillas verdes, con las cuales vería donde estoy y lo que hago.

Ahora solo toca cambiar mi aspecto, fácil, ahora tenía más práctica.

-No me hace gracia que vayas a esa misión tu sola...- me dijo Thomas preocupado mientras acababa de acicalarme en el tocados de mi habitación.

-Ya, ni a nosotras- dijeron Aida y Sarah a través de la webcam del ordenador.

- A ver... Tampoco es para tanto, nunca estaré sola, Anaís seguirá mis pasos, y Mel estará siempre siguiéndome cuando salga al exterior o a algún bar, así que por favor... Tranquilos...

Hubo un silencio incómodo antes de que Aida y Sarah se desconectasen de Skype.

-Tampoco me hace gracia que tengas que seducirlo...- me rodeó la cintura con sus brazos.

-No seré yo, será Blanca Becker- me giré para mirarle a los ojos- ¿A que temes, Thomas?

-Seré breve, celos, tal vez estoy celoso.

Se me escapó una risilla.

-Mira, si quieres para compensar, cuando vuelva te seduzco a ti, ¿vale?

Abrió los ojos como platos y me sonrió plenamente.

-¿De verdad?

-Claro.

-Espera que me lo apunto en el móvil para que no se me olvide.

Y lo hizo.

Acabé de prepararme y cambié mi cuerpo, Thomas hizo una mohín de disgusto, él me quería a mí tal y como era. Después me puse las lentillas y los pendientes. Mel me dejaría en un bar donde suele ir Wesley, allí sería mi turno de ser la chica perfecta según sus gustos, estos eran algo raros, pero tendría que ceñirme al papel, ahora yo sería como una actriz.

¿Destino? Cualquier parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora