Y unos meses después...

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(Aviso de que esto es el final de la novela, pero aún queda el epílogo donde se explicará todo)

Vivimos en paz por unos meses. Después del incidente del camión y el secuestro, el centro nos había dejado en paz, por ahora. Tanto margen nos habían dado, que ya me había casado, no fue nada especial, sólo nos dimos los votos y dijimos el clásico: si quiero. Pero no dejo de olvidar aquel hombre vestido de negro que pillé observando la ceremonia privada; lo ignoré.

Mi panza siguió creciendo a un buen ritmo, ya casi salía de cuentas y todos mis seres queridos estaban apoyándonos y felicitándonos. No conseguí contactar con mi padre. Me daba pena la pequeña criatura que crecía en mí, ya que ni tendría abuelos, pero, Sarah y Aida serían unas fantásticas tías. Hubo una gran polémica para ver quien sería la madrina. El padrino claramente sería Mike, por lo que Sarah veía correcto que ella fuera la madrina ya que era su actual pareja, por otro lado, Aida discrepaba, ya que no lo veía justo. Al final decidimos, Thomas y yo, buscar una amiga o pariente suya para que no hubiese problemas, él eligió a su prima Anna, hija del hermano de su padre.

Un día como cualquier otro, Thomas y yo optamos por salir a dar una vuelta por la ciudad. Llevábamos unos cuantos minutos de paseo, cuando a Thomas la vinieron ganas de ir al baño, lo que provocó que nos desplazásemos hasta un bar para pedir permiso y que él fuera. Mientras yo esperaba a fuera, oí unas risas detrás de mí, al girarme, ví a los hombres que nos habían atacado a Aida y a mí meses atrás. Un hombre completamente de negro me llevó hacia el oscuro callejón en dirección a esos idiotas. El corazón me subió hasta la garganta y ahogué un grito, en ese momento solo intentaba protegerme la tripa, mi instinto maternal floreció y solo se me ocurría cubrirme la barriga.

Emití un segundo grito cuando ví que me apuntaban con un arma, apreté más fuerte a mi hijo y oí el disparo. Me escocía y dolía el pecho mientras estaba tumbada en el suelo. Por el sonido de los pasos, deducí que se habían ido.

Antes de dejarme ir, vi por última vez el rostro de Thomas, lo que más necesitaba y lo que más necesitaba ver. Él me miraba preocupado mientras llamaba a una ambulancia mientras mis párpados se cerraban y respiraba hondo.

*-*-*-*-*

Escuché murmullos y suplicas a mi derecha, al girar la cabeza vi a Thomas cogiendo mi mano y pidiendo que me despierte a quién sabe. Imagino que para el debe ser muy duro el saber si volveré a hablarle, ha perdido a toda su familia más cercana, y ahora tal vez a su esposa.

-Thommy...

Levanta la cabeza lentamente mientras le apreto su mano con la fuerza que se me permite.

-¡Jane! Qué maldito susto me has dado, pensé que te perdía...

-No, mi amor, estoy aquí, ¿ves?

Señalé mi cuerpo y ví que de mí no sobresalía la gigante panza.

-¿El bebé?

-Te lo quitaron por si morías... Así él seguiría vivo.

-Dí a luz y ni siquiera me dolió.

Hizo una especie de sonrisa forzada.

-Iré a avisar al doctor- asentí y me besó.

No me había percatado de que las cortinas estaban corridas y a penas la única bombilla de luz alumbraba la habitación. Las cortinas se abrieron y de ahí entró un ente negro con unos grandes ojos, pero de boca nula.

-Despierta...- decía en susurros una y otra vez, lo cual no entendía, ya que prescindía de boca.

Eso se fue acercando a mí, moviéndose de lado a lado como si llevara patines y no supiera controlarlos. Se acercaba más y más lentamente, torturándome hasta la llegada del supuesto final. Me encontraba completamente inmovilizada, pese a las órdenes de mi cerebro, mi cuerpo no respondía.

Cuando este estaba frente a la esquina izquierda de la cama donde me encontraba, cerró sus ojos y dió un salto hasta meterse en mí, entonces dí mi última bocanada de aire.

***************

Y aquí el final de la novela...
Pero bueeeno, queda el epílogo que traerá muchas sorpresas.

Siempre mejor si la estrellita está iluminada😜✌🌟

¿Destino? Cualquier parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora