No quiero volver a sentirlo

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Ella estaba ahí... Tan mona, tan dormida, tan vendada. Siempre pasaba la mayoría de las noches con ella, y dormía en la incómoda butaca de la habitación.

Le dije a mi padre que estaría bien, además el tenía planes en el trabajo que no puede anular.

Compré dos vaqueros y un par de camisas siemples para vestirme aquellos días

A la semana de estar allí, concretamente el sábado, oí por la noche unos sollozos de la habitación de al lado.

Sin pensarmelo dos veces fui a ver que pasaba. Un chico de aproximadamente mi edad, se encontraba sentado y llorando, cogiéndole de la mano a una niña de no más ocho años. Sus cabellos rubios caían sobre su pálida tez y la fina sábana rasposa.

Al apenas dar un paso, el muchacho se giró hacia mí y se secó las lágrimas.

-Perdón... Yo... Es que oí ruido y... Vine a ver...

Saltaban a la vista sus hermosos ojos verdes como esmeraldas, los cuáles brillaban por las lágrimas que caían por sus mejillas.

-Tranquila... Solo que...- miró a la niña- Es un momento duro.

Su voz sonaba entrecortada y sensible. No pude evitar preguntarle quién era esa niña, a lo que él respondió:

-És... O era..., mi hermana pequeña, fue a jugar a la pelota y cayó en un lago... Murió de hipotermia.

-Tan pequeñita... Qué horror...

Asintió levemente con la cabeza, y volvió a derrumbarse. Le abracé, y en seguida me invadió su olor. Me sentía tan bien. Él me abrazó con fuerza, no me lo esperaba y creo que me sonrrojé. Mi corazón latía rápido... Espera ¿¡Qué está pasando!?

El abrazo duró unos diez o quinze segundos, en los que me cuestioné lo que me estaba pasando. No creo que lo que esté sintiendo sea lo que creo. Le acabo de conocer, de hecho, ni lo conozco.

Venía casi a la misma hora que yo, luego él siempre me invitaba a tomar un café y pasábamos casi dos horas hablando.

Su vida era muy interesante: su nombre era Thomas, tenía veinte años, estudiaba periodismo de guerra, tenía un perro Pastor Alemán llamado Dex recién nacido, vivía en un piso de alquiler en Madrid, era de Bilbao y su madre era de origen inglés.

Estaba sólo en el mundo, sus padres murieron hacía un año y medio, me dió pena.

-¿Dónde vives?- me preguntó.

¿Cómo le explico sin que parezca una rara que mi ex novio me secuestró, tengo poderes sobrenaturales y no tengo casa?

-Pues... No vivo en ningún lado... Estuve viajando durante tiempo con mi padre y mi hermana, pero mi hermana sufrió un accidente y la ingresaron aquí. Mi padre trabaja viajando por el mundo, y como soy mayor de edad, me dejó a cargo de ella.

-Siento lo de tu hermana, como siempre te digo.

Asentí.

-¿Siempre duermes aquí?

-¿Dónde si no?- contesté.

-En mi piso hay una habitación de más...

Me puse roja, seguramente, y creo que asentí.
-Idiota- Me digo a mi misma.

-¿Tienes alguna maleta que necesitas que te lleve?

-No, a penas tengo ropa- digo señalando mis gastados vaqueros y mi camisa un poco sucia.

-Entonces habrá que comprar, ¿no?

-Tampoco tengo dinero.

-Yo sí.

-No permitiré que me compres nada- dí un paso hacia él, crucé los brazos y levanté la cara para darme un aire de superioridad.

-¿Y si quiero?- dió un paso también, pero él más seguro que yo y con las manos en los bolsillos.

-No me debes nada, y entonces yo te debería dos cosas a ti.

Frunció el ceño dando a entender que no entendía.

-1: Que me dejes dormir en tu casa- dije enumerando con los dedos- 2: Que me compres ropa

-Ah... Ya no nos da tiempo, todo cerró, pero mañana te vienes conmigo sí o sí- me tomó del brazo- ¿Quieres que te deje una camisa mía para dormir?

Reí.

-No diría que no.

Reímos.

Fui a despedirme de Aida y Thomas me llevó en su coche.

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Nuevo personaje!!!!
A parte de los coments, también tuve en cuenta la votación de amigas que también siguen la novela.

¿Destino? Cualquier parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora