¿Qué clase de amor es este?

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Bueno, esto es solo una introducción al capítulo 6.
Como hoy es San Valentín (Esto lo estaré publicando el 14/02/16) Me decidí el publicar dos capítulos por ser esta fecha especial. c:
Osease el capítulo 6 y el 7 los publicare el mismo día (, quizá ya se entendió pero me gusta aclarar las cosas hasta el cansancio) ya no le doy mas vueltas por ultimo quería dar las gracias a los que siguen Fic ^^ me hace muy feliz. Aunque considero que me falta por mejorar me mucho en la redacción así que si ven entradas o signos raros de capitulo a capitulo es que estoy experimentado xD
Ya, los dejo con el capítulo.

¿Qué clase de amor es este? Cuando me acerco te alejas y cuando me alejo te acercas.

El frío se había apaciguado un poco a diferencia del día anterior.
Algo confundido y con fatiga aún el pelinegro se levantó de su cama, acto seguido buscó sus gafas y se las colocó. Hoy era día de escuela así que se alistó.
- Es verdad, hoy tengo que ir donde Hiroko-sensei. Dijo el mientras bebía un café.
Se levanto de la mesa para cepillarse los dientes, recogió su mochila y tomo rumbo a la escuela. Al salir, a pesar que el sol lo encandilaba demasiado con su radiante luz distinguió una figura esperando afuera de su vivenda.
- ¡Buenos días vecino!
Exclamó ella alzando su mano.
- Buenos días Tsubaki ¿Qué haces aquí?
- Te estaba esperando para ir a la escuela. ¿Acaso no te diste cuenta?
- No es eso, solo... Me sorprende.
- ¡Basta de palabrerías! Vamos, que por tu culpa llegaremos tarde.
La chica no le dio tiempo a responder, lo tomó del brazo y se lo llevó al colegio.
- Oye, ¿Qué harás hoy?-
Preguntó la chica de cabellos castaños buscando un tema de conversación.
- Pues iré a donde Hiroko-sensei. Ayer me llamó endurecida.- dijo soltando una pequeña risa.- Y luego iré al hospital, espero hoy al menos poder verla.
- Ojala y puedas... Yo hoy no podre ir, tengo tareas atrasadas.- Dijo algo desanimada.
Al ver aquella reacción en ella Kousei no supo que responderle.
- N-N-o T-Te preocupes.-
- Que bobo eres.-
Luego de una mañana nublada de arduas clases el joven se dirigió a casa de su maestra de piano.
Con algo de miedo tocó el timbre de aquel hogar.
Ella abrió la puerta y al ver a Kousei se le abalanzó para devolverle sus cabellos cariñosamente
- ¡Al fin te dignas en venir!-
- Lo siento, sensei.-
- Esta vez te la dejaré pasar, pero la próxima... Te golpeare duro en esa cabeza que tienes.- Dijo la mujer soltando una malvada risa.
- Ven, pasa.
El joven entro a la casa y se admiró de unos cuadros que vio apenas entrar.
- Oye, colocaste nuevos cuadros aquí.- Dijo sorprendido.
- Sí, es que ya me aburría la monotonía *rió*.-
- Es ver... Espera un momento... ¡¿QUÉ HACE UNA FOTOGRAFÍA MÍA AQUÍ!?-
El pelinegro se encontraba algo atónito al ver aquello.
- ¿Acaso no puedo tener una fotografía de mi alumno? Además, para tu información... Esta es mi casa.
Pasa señor mirón, la mesa está lista, almuerza con nosotras.-
- Oniiiiiiiiiiiiiiiii-san.- Una pequeña de rubios cabellos corrió con todas sus fuerzas y se lanzó hacia el cuerpo del adolescente en un intento de darle la bienvenida y un abrazo.
- Pero a quien tenemos aquí... Hola Koharu-chan ¿Qué tal estuviste todo este tiempo?
- ¡Bien! -
Le respondió con una sonrisa.
- Vamos a comer o tu madre se enojará.-
La niña hizo una mueca expresando su miedo, Kousei le tomó de la mano y la se dirigieron juntos hacia la mesa.
- Hice Onigiris, los favoritos de Koharu, y algo de Soba. Coman Por favor.-
- ¡Itadakimasu! - Dijeron Koharu y Kousei al unísono.
Luego de almorzar, compartir una charla amistosa y descansar un poco, optaron por practicar un rato.
- Kousei, debes tocar con mas sentamiento.-
Le aclaró Hiroko-sensei.-
Aquella melodía empezaba tranquila, afuera el sol seguía brillando, y aunque estaba algo fresco los pájaros no detenían su canto característico.
*** Flashback ***
El y ella iban cruzando un puente en aquella tarde-noche.
- Tómatelo más en serio. -Dijo Kaori, mirando al pianista en tono acusador mientras comía su helado.
-Me lo tomo enserio. Es la primera vez que tocamos la canción junto es normal.- Respondió Arima
- No pareces motivado... - La chica había mirado de reojo el borde de aquel puente, no se contuvo y fue corriendo mientras reía a saltar de el hacia el agua.
Al ver aquella insólita escena, Kousei dio un grito consecuencia de la sorpresa que le causó. Por consiguiente fue corriendo hacia los barandales del puente para ver que le había pasado a la chica violinista.
- Mira Mira.- Ella emitió un alarido de ternura, al ver tan bella escena.

- Ella emitió un alarido de ternura, al ver tan bella escena

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- Que bonito.- Completó la chica.
Ella estiró su mano , para atrapar uno de esos bichitos volantes y tan audazmente que parecía un jab o golpe de un boxeador.
- ¡¿La aplastaste?! - Por un momento el pelinegro se había asustado.
Ella abrió su mano y le sonrió al animal.
- Es frágil y parece como si fuera a desaparecer, pero brilla con toda su fuerza. Brilla al son de los latidos del corazón. Es la luz de la vida.- La rubia extendió su mano dejando ir a aquel ser siguiendo su partida con la mirada.
Cerró su mano simulado un micrófono.
- Ehh... Probando probando.-
Y se lo extendió al chico de gafas preguntándole:
- ¿Cómo fue el concurso después de tanto tiempo? - Dijo cual periodista a su vez le mostró una sonrisa.
Kousei estaba confundido, no entendía bien lo que pasaba, pero a los pocos segundos los comprendió y le siguió el juego. También le devolvió una sonrisa.
- Estando allí lo sentí. Todo el mundo guarda algo en el fondo de su corazón.
Puede ser un sentimiento de rivalidad, aspiraciones y deseos, querer ser el centro de atención, querer hacer llegar un mensaje a alguien o los sentimientos hacia una madre. Todo el mundo se apoya en sus propios sentimientos. Quizá no podamos subir a un escenario al desnudo.
- ¿Y tú? - Interrumpió Kaori - ¿Qué albergas en tu corazón? ¿Que usaste como apoyo? -
El ojiazul sintió un nudo en su garganta. Recordó la imagen de ellos en el escenario, la espalda de la rubia. La miró fijamente a los ojos, apretó su puño y reuniendo valor le respondió.
- Estabas tú.- Kaori no lo demostró pero estaba sorprendida, feliz y triste a la vez, al fin logro ser notada por el y se sintió algo especial un cumulo de emociones sintió en aquel momentos.
-Yo emprenderé un viaje. Buscando la lluvia de aplausos. Persiguiendo el momento en el que mi musica llega al público. Persiguiendo tu figura vista desde detrás. Hasta que llegue el día... En el que pueda caminar a tu mismo nivel. Vámonos ya.- Dijo el pelinegro para dar un cierre a sus dichos, entonces lentamente se le adelanto a Kaori y se fue.
Aquella noche era algo especial, para los dos, se encontraban en un lago. Pero, la belleza de la escena no culminaba ahí, eso no era todo, unas cuantas libélulas aportaban su luz verde con tonalidades amarillas, tenue, pero constante. El cielo era estrellado y la luna veía grande y espléndida. Todo era casi perfecto.
Kousei estaba a unos escasos metros.
-"No cuentes con que yo siempre esté a tu lado para ayudarte". Charlie Brown.-
*** Fin del flashback ***


Aún Te Puedo Escuchar A Mi Oído SusurrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora