¿Me das una segunda oportunidad?

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Siendo sincero, ya no se que pensar de ti. Y de esto...
Cuando creo que las cosas van estupendamente entre nosotros rápidamente, mi paraíso emocional se derrumba. Pues, quizá, sólo son problemas mios que me los genero por que si y ya está. No sé porqué te involucras conmigo, mi entendimiento no puede ir más allá. ¿Por qué lo haces? En primeras, tengo un pésimo autoestima. Cualquier cosa me deprime, no puedo superar mis miedos. Es totalmente incoherente. Siempre estoy cabizbajo y divagando en mis grises pensamientos.
A comparación mía, tú al saber que estabas al borde de la muerte siempre sonreías y hacías como si nada sucediera. Te admiro. Y a la vez... me dueles.
"Quiero suicidarme". ¿Alguna vez te planteaste esa posibilidad? Ese momento en el que tus pocas ganas de seguir adelante se esfuman. Se puede comparar con el dinero, si tienes mucho, puedes comprar lo que quieras y la satisfacción de ganarte algo con trabajo duro se anula, entonces todo pierde gracia.

-¿Kousei?-La rubia lo miró extrañada.-¿Te encuentras bien?- Completó mientras penetró sus ojos con los del pelinegro.
El chico finalmente pudo salir de su trance y se dio de lleno con aquel rostro, esto lo desconcertó ¿Un poco?

Pegó un pequeño salto hacia atrás en señal de sorpresa. -P-perdón, sólo, sólo recordé algo...- Está última palabra la pronunció con algo de desgano, la rubia lo notó, pero hizo como si no lo hubiera visto.
-Eres muy extraño Arima-kun- Agregó una pequeña carcajada-

De pronto sintieron una presencia ingresar a la habitación, era el doctor. Lo cual cortó el silenció incómodo que generó la escena anterior.

-Veo que se llevan bastante bien, ¿eh? ¿Que tal lo hizo ella?
-Muy ma... -Kousei giro su cabeza hacia la rubia y recibió una mirada feroz por parte de esta- Me-jor Jajaja.- La risa fingida final le quitaba bastante credibilidad al enunciado, el doctor puso una cara extraña, de hecho se le deformó el rostro, pero no daba miedo, sino risa. -¿Mamejor? Debe ser una nueva palabra de esas que inventan ustedes los jóvenes, pero bueno, ¡Bien hecho, Miyazono-chan!-

La rubia puso una expresión victoriosa levantando el pulgar.-Yeeeey, ¡Soy la mejor, sensei!-

Kousei dio un pequeño suspiro para luego desembuchar una sonrisa.
-Okey, me voy a casa que tengo mucha tarea. Volveré mañana.-
-Sí.- Respondió la rubia con una sonrisa.
-Cuidate, Joven.-
Kousei salió a paso tranquilo hasta la puerta del hospital, luego cayó de rodillas al suelo tomándose el pecho.
-Dios, eso fue demasiado para mí.- El chico tuvo que mentirle a Kaori sobre su tarea para zafar de aquella incómoda situación para él.

Al día siguiente, Tsubaki se encontraba haciendo los mandados en el Mini-Mercado.
- A ver, hasta ahora tengo la manteca, huevos... Emm... ¡Harina, eso es!- Dijo mientras levantaba el dedo índice.
-¡Buenos Días, Tsubaki-chan!-
Aquél inesperado saludo que provenía desde su punto ciego la descolocó completamente.
-¡¿Watari!?
-Hola, estaba buscando la zona de Frutas y vegetales, y te vi. ¿Qué hacías?-
-Pues, buscaba los ingredientes para hacer un pastel para Kousei, y levantarle los ánimos.- Dijo con tono de preocupación.-
La cara de Watari cambio y se notó en ella algo de determinación. -Kousei aquí, Kousei allá. Siempre piensas en Kousei. ¿!¡Acaso no te puedes fijar en mi también, Acaso no existo para ti, Tsubaki?!

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Bueno queridos lectores, aquí les traigo una nueva actualización, quizá demasiado corta, pero aquí está. Perdón por que sean tan lentas, pero saco esta para que sepan que no está olvidada. Sólo les deseo una feliz Navidad y un próspero año nuevo. (Esto se podría tomar como regalo de Navidad JAJAJA). Y nada, si quieren pueden pasarse a mi perfil que tengo un apartado para frases de Shigatsu wa kimi no uso, y ese SI está activo, se los juro JAJAJA. Okey me despido, gracias por el apoyo, hasta otra. :)

Aún Te Puedo Escuchar A Mi Oído SusurrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora