Principio del Fin

202 13 1
                                    


Capítulo 13

«No pienso irme a ningún sitio…» Las palabras de Sasuke resonaron en la mente de Sakura cuando se despertó la mañana siguiente. Aún era muy temprano, amanecía. Inmóvil, asimiló su entorno y el dulce recuerdo del deleite físico. Se sentía completa despertando en brazos de Sasukeandros, con la cabeza en su hombro y la mejilla de él junto a su cabello. Capturó el momento en su memoria para atesorarlo cuando llegara la inevitable soledad futura.

No quería permitirse pensamientos tristes mientras aún saboreaba el éxtasis de la noche anterior. Él, con boca y manos, la había llevado a cumbres que no habría creído posibles. Se habían dormido aún abrazados, rendidos por el agotamiento.

Pero había amanecido y sería mejor que se fuera de allí. Se liberó de sus brazos cuidadosamente, para no despertarlo. Bajó de la cama y lo miró con ternura; deseaba besarlo, pero se contuvo. Habría mucho tiempo después para besos y otros placeres. Salió de la habitación de puntillas.

Estaba desayunando en la terraza cuando lo oyó en el salón, preguntándole algo a Zeno.

Se reunió con ella con el pelo aún húmedo tras la ducha. Llevaba bañador y una camisa abierta.

—Kalimera —se inclinó para besarla—. Me he despertado sin ti, mi amor. ¿Por qué?

—Me pareció mejor volver a mi habitación.

—A mí no me lo parece —se sentó y se sirvió café—. A partir de ahora compartirás mi dormitorio. Pediré que trasladen tus cosas.

—No. Por favor, Sasuke, no hagas eso.

—¿Por qué? —frunció el ceño.

—Tal vez —titubeó—, por la misma razón por la que no almorcé con los amigos de tu padre. Por salvar las apariencias —forzó una sonrisa—. Tengo la impresión de que tus empleados no están acostumbrados a que traigas mujeres aquí.

—No. En eso tienes razón.

«Según dijo Josefina, pensaban que sólo traerías a tu futura esposa, la única con derecho a compartir el dormitorio principal contigo».Pensó

—Por eso creo que sería mejor que nos comportáramos con discreción.

Sasuke empezó a untar mantequilla en un panecillo.

—Yo también quería discreción. Pero el que aparecieras en el comedor el otro día dio al traste con eso. A estas alturas, todo el mundo sabrá que no estoy aquí solo. Y te aseguro que el personal doméstico tendrá muy claro dónde hemos pasado la noche. Pero haremos lo que tú quieras.

Rellenó su taza de café.

—A partir de ahora iré a tu dormitorio por la noche, aunque no garantizo que vaya a esperar hasta que todos duerman ni que vaya a dejarte al amanecer. También tendré que buscar excusas para pasar tiempo a solas contigo durante el día —siguió—. Creo que hoy iremos a navegar.

—Eso sería maravilloso —dijo ella con anhelo—. Pero ¿tienes tiempo? Sé lo ocupado que estás.

—Últimamente he trabajado mucho para despejar mi escritorio y dedicarte la atención que mereces, preciosa. Así que, por un tiempo al menos, podremos olvidarnos del mundo.

Por un tiempo al menos…

Sakura pensó que durante ese tiempo, por largo o corto que fuera, sería suyo. No podía esperar más que eso.

El día fue maravilloso. A bordo del velero, bordearon toda la isla. Después anclaron frente a una playa desierta, bajaron el bote y remaron hasta la orilla. Sasuke hizo una fogata y cocinó los peces que había pescado un rato antes.

Inocente RendicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora