El Fin?

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Capítulo 14

—Así que tú eres la chica que ha conseguido que mi hijo olvide todo lo que le debe a su apellido —dijo él, estudiándola como si fuera un espécimen de insecto en una vitrina—. Me… sorprende.

—No más de lo que me sorprendió a mí, señor —dijo ella—. Esté seguro de que es un episodio que estoy deseando olvidar.

—En eso podemos estar de acuerdo —inclinó la cabeza—. Al menos tuvo el sentido común de mantener una privacidad relativa. Tal vez sea posible evitar un escándalo público —hizo una pausa—. Pero no puedes seguir aquí, está claro.

—Lo sé. Esperaba haberme ido ya —tenía la boca seca—. Él dijo que enviaría su yate a recogerme. He estado esperando…

—Ha habido un cambio de planes. El Selene está ocupado —hizo una pausa, como si buscara las palabras adecuadas—. Trae a unos invitados muy especiales a Alyssos. Sasuke me ha convencido para que ponga fin a esta contienda celebrando un matrimonio que una a las familias.

Sakura se quedó inmóvil. Tuvo la impresión de que el hombre se disolvía en la distancia. Sin embargo, oía su voz con toda claridad.

—He invitado a la señora Tsunade Akasuna a visitarme aquí, en Alyssos, con su hija. Esperamos persuadir a Hinata para que acepte la unión, e incluso le dé la bienvenida, una vez se recupere del impacto inicial.

A Sakura se le heló la sangre en las venas. Sentía náuseas. Miró a Fugaku Uchiha con la mente hecha un torbellino. Sasuke y Hinata unidos por un matrimonio de conveniencia. No era posible.

Había sabido que Sasuke se casaría algún día. Con una «heredera adecuada», como había dicho Naruto Uzumaki, que le daría un hijo. Había creido que cuando llegara el momento, ella ya se habría endurecido y podría soportarlo.

Pero ni en su peor pesadilla lo había  imaginado con Hinata como esposa. Sin embargo, cuando lo retó a poner fin a la disputa, él le había advertido que tal vez le gustara menos la solución que el problema. Era un cínico.

Le extrañaba que tía Tsunade hubiera considerado esa opción. Había querido que ella fuera una esposa adorada y una madre feliz. Sin duda debía de tener la misma ambición para Hinata. Cuadró los hombros y se aclaró la garganta.

—¿La señora Akasuna va a venir aquí después de todo lo ocurrido? Me asombra.

—Ah, sí. Sasuke me dijo que habías insistido en ver la casa —dijo él, reflexivo—. Lo ocurrido allí fue… desafortunado. Pero para la señora Tsunade no todos los recuerdos de Alyssos son tan dolorosos.

—¿Podré verla, aunque sea unos minutos?

—No será posible. Tu presencia aquí, dadas las circunstancias, sería inapropiada, tal y como indicó Sasuke. Las negociaciones están en un punto muy delicado: espero que podamos concluirlas con éxito durante esta visita.

—Sí. Claro —musitó ella.

—Te trasladarás a casa de mi amigo Dimitris Phillipos y su esposa, al otro lado del puerto —arrugó la frente—. Sasuke me ha asegurado que no saben nada de vuestra… irregular relación. Espero que, como favor personal, te comportes como si fueras una amiga de la familia —hizo una pausa—. Mi hijo tardará algún tiempo en visitarte. Tiene que ayudar a Hinata a reconciliarse con las nuevas circunstancias. No podrá permitirse distracciones, por encantadoras que sean.

Sakura lo miró con incredulidad. Parecía creer que seguía teniendo relaciones con Sasuke y estaba dispuesta a seguir siendo su amante aunque él se casara.

Sintió compasión por Hinata, que nunca había recibido el afecto que anhelaba de su padre y tampoco lo recibiría de su marido. Se juró que no sería ella quien le causara dolor. Rezó porque Hinata no descubriera que la hermana de acogida a la que odiaba había pasado siquiera un minuto en el que sería su lecho matrimonial.

Inocente RendicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora