Capítulo 1: La Cosecha

1.2K 34 4
                                    

El olor a pan recién hecho me hace despertar. Levanto la cabeza y veo que toda mi familia está abajo, en la panadería.

Me encamino hacia el negocio, donde me encuentro con todos horneando y decorando. Hoy estamos muy nerviosos porque es el día de la cosecha. En ella se elijen a un chico y una chica de entre los 12 a los 18 años para que participen a muerte en los Juegos del Hambre. Los Juegos se crearon con el propósito de recordar a todos los Distritos que el Capitolio manda, y que los Días Oscuros acabaron. En esa época todos se habían rebelado, y para establecer el control sacrifican niños de los Distritos.

Es una barbarie, pero así es como debemos hacerlo.

—Buenos días a todos—anuncio.

—Buenos días—responden al unísono.

—¿Cómo amanecieron hoy?

—Bien, ¿y tú, Peeta?—pregunta mi padre, mientras mete dentro del horno un pastel.

—Bien, gracias papá.

Todo está tenso. De hecho, casi nunca hablamos mucho, no somos muy comunicativos. Yo soy de hablar mucho, pero mis hermanos no. Nos parecemos bastante: Cabello rubio con rizos, ojos azules, fornidos. Pero siempre me dijeron que de los tres, yo tenía la sonrisa más encantadora. No lo creo.

—Me daré un baño así ya estaré listo para... para la cosecha—les digo. Corro escaleras arriba hacia el baño, donde me tomo un baño y me visto para el acontecimiento, que tendrá lugar frente al Edificio de Justicia, en la plaza.

Cuando termino, todos ya están preparados, así que nos vamos directo a la plaza.

Dejamos algunas tartas en la vidriera de la panadería, que son mayormente para las familias que tienen la suerte de que sus hijos no hayan sido elegidos como tributos; no muchos pueden permitirse comprar alguna de estas cosas, pero siempre hay alguien que intercambia.

Intercambiar... eso me recuerda a un par de chicos de la Veta, el lugar pobre del Distrito 12. Son un chico y una chica. Creo que él se llama Gale y ella Katniss. La muchacha está en mi clase, y mi amiga Delly siempre me la recuerda como una chica encantadora; a decir verdad, a Delly le caen bien todos, así que si por ella fuese, todos serían buenos. 

Gale y Katniss son los que le venden a mi padre ardillas, y según él, la chica siempre le da en el ojo al animal. Son cazadores furtivos, lo que no me entusiasma demasiado.

De camino a la cosecha, veo que no todos han salido de sus casas, y el acontecimiento tiene lugar a eso de las dos de la tarde.

Ya en la plaza, vislumbro que hay muchos niños ocupando su lugar: filas y filas de ellos, que van mediante la edad que tengas. Los más pequeños atrás y los más grandes adelante. Me coloco en el lugar de los chicos de 16 años, y allí me encuentro con algunos amigos del colegio. Nos saludamos, pero no con ganas, sino con una actitud algo lúgubre. 

Conforme se va llenando la plaza, en el escenario frente al Edificio de Justicia van llegando el alcalde Undersee, Effie Trinket (la acompañante de los tributos de nuestro Distrito, recién llegada del Capitolio) y Haymitch Abernathy, un vencedor del Distrito 12 de hace muchos años, que desde entonces es el mentor de nuestros Tributos.

—¡Bienvenidos a todos, bienvenidos!—comienza Effie, cuando ya se llenó toda la plaza. Esta está formada por los niños y adolescentes que están en las urnas para ser elegidos; los familiares, a un lado mirando; los que no tienen a nadie, entonces apuestan por quién saldrá—¡Felices Juegos del Hambre! ¡Y que la suerte esté siempre, siempre de su lado! Ahora, antes de comenzar, pasaremos el himno de Panem.

Mientras suena el himno, yo miro el suelo, distraído, pensando quién será el muchacho que quede como Tributo. Por un instante me imagino que soy yo, pero luego recuerdo que sería casi imposible porque no pedí ninguna Tesela. Las Teselas funcionan así: si tú estás pasando hambre, y necesitas más comida, el Gobierno te da aceite y cereales a cambio de que tu nombre entre más veces en las urnas. Tu nombre entra tantas veces de acuerdo a cuánto pidas. Supongo que ningún chico de la ciudad saldrá, ya que casi ninguno pasa hambre.

Lo más probable es que los Tributos salgan de la parte de la Veta.

—¡Muy bien! Comenzaremos por las mujeres, igual que siempre—anuncia Effie. Va hacia la urna de las chicas, escoge con precisión una papeleta y se acerca al micrófono—¡Primrose Everdeen!

Todos se voltean a una fila, la de los más chicos, a ver a una niña de cabello rubio que parece en shock. Mientras avanza, veo que una muchacha sale de entre su fila y comienza a gritar el nombre de la niña. En realidad, grita lo que parece el diminutivo, que es «Prim». Cuando puedo ver más de cerca quién es la muchacha que salió a gritar, me doy cuenta que es Katniss, la cazadora que le vende ardillas a mi padre. Prim debe ser su hermana, aunque no se parecen mucho: Katniss tiene cabello castaño oscuro y ojos grises, mientras que Prim tiene cabello rubio y ojos azules.

—¡Prim, no! ¡Prim! ¡Me ofrezco voluntaria! ¡Me ofrezco voluntaria como Tributo! —aúlla Katniss. Todos guardan silencio, y Effie dice algo como "Esperaremos...", pero la verdad es que no escucho porque me quedo fijo en Katniss y su hermana, cómo se aman tanto como para que una se ofrezca por la otra.

Yo creo que no muchos hermanos se ofrecerían de esa forma. No todos tienen el valor de ésta chica. De hecho, la conozco un poco... En realidad, la conozco bastante. Delly se encarga de hacerme saber todo, no intencionalmente, sólo que como siempre parece estar feliz, me comunica cosas como "Pobre Katniss, vivir en la Veta no es algo bueno" o "¿Sabías que el padre de Katniss murió en una explosión de mina?". Con respecto a esto último, yo lo sabía porque fue algo verdaderamente grande. Todos se enteraron. Mi padre, que conocía a la madre de Katniss, me contó una vez que el padre de Katniss era un ser maravilloso. Cuando cantaba, todos los pájaros se callaban para escuchar. Los sinsajos repetían sus melodías. Los sinsajos son pájaros que reproducen melodías. Éstos provienen de la mezcla entre Charlajos macho y Sinsontes hembra. En realidad, los Charlajos eran unas mutaciones (mutos, para abreviar) del Capitolio; con ellos, podían espiar a los rebeldes, y cuando los Charlajos volvían, repetían todas las conversaciones. Cuando los rebeldes se dieron cuenta, comenzaron a enviar conversaciones falsas. Así, el Capitolio tuvo que dejar en libertad a los Charlajos para que se valieran solos, para que se extinguieran. Pero en vez de eso, éstos se aparearon con los Sinsontes hembra y dieron lugar a los Sinsajos.

Entre el revuelo, me fijo en que todo se resolvió: Katniss Everdeen irá a los Juegos por su hermana. Effie pide un aplauso por la primera voluntaria del Distrito 12. En vez de eso, todos se levan los tres dedos centrales a la boca, y luego señalan a Katniss, que está sobre el escenario con Effie.

Nunca había visto nada así, no al menos en los últimos juegos.

Todo listo, Effie se acerca a la urna de los chicos diciendo "Ahora el varón". Llega a la bola de cristal y selecciona detenidamente la papeleta. Agarra una y se dirige al micrófono. Todos guardan silencio, supongo que porque temen que ocurra lo de recién. Pero no es nada de eso. El nombre que anuncia es "¡Peeta Mellark!", pero resulta que no hay nadie que me salve de esta. De repente, una emoción me alberga en el cuerpo.

«Oh no» pienso, «Soy un Tributo»

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola! Volví a Wattpad, pero con un fic. Esta historia ya está publicada en otra página (potterfics.com), así que si la encuentran allí o acá, sabrán que soy la misma que los publicó.

Espero entretenerlos y que nos llevemos bien.

Aclaración: he hecho algunos ajustes en esta adaptación, por lo que no es totalmente igual a la de Potterfics. 

Saludos, .lll.

Las crónicas de Peeta Mellark: Mis primeros Juegos (LCDPM #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora