Naroa » Hayes Grier

7.-

Primer día de clase.

Maravilloso, magnífico, estupendo.

Estoy repasando sinónimos, por si acaso.

Desayuno rápido evitando las preguntas tontas de Carl como ''¿Estás nerviosa?'', ''¿Has preparado todo?'' o mi favorita ''Si se meten contigo, patada en los huevos'' a lo que Marie le da una colleja.

Subo a mi habitación y me pongo algo básico: unos vaqueros cortos, una camiseta básica negra y por encima una camisa abierta de cuadros negros y blancos. Para finalizar unas vans negras y la mochila, con mi móvil y los cascos.

-Naroa, baja, te están esperando. -grita Carl. Frunzo el ceño, ¿cómo que esperando? ¿Quién? Que yo sepa ninguno de los amigos de Hayes vive cerca.

Bajo las escaleras poniéndome un casco y cuando entro en la cocina para despedirme me encuentro con Hayes comiendo una manzana y hablando con Marie.

-¿Pero tú qué haces aquí? 

-Hola a ti también Naro, me alegro de verte. -dice sarcástico y ruedo los ojos.- Venga, vamos, que vas a llegar tarde.

Me coge de un brazo y tira de mí. Agito la mano para despedirme de Marie y Carl, aún confundida. Salimos de la casa y caminamos hacia una furgoneta que está aparcada en frente.

-Sube, anda. -me dice abriéndome la puerta y le miro enfadada.

-No, Hayes. Voy caminando. -respondí firme, intentando parecer segura.

-Ni siquiera sabes dónde está. Sube. -señaló el interior de la camioneta y negué con la cabeza.

-Para algo existe Google Maps. -intento escaparme pero Hayes me coge en brazos y me mete en la camioneta. Suspiro resignada y me cruzo de brazos.- Hayes, ¿qué parte de quiero pasar desapercibida es la que no entiendes? -pregunto alzando una ceja.

-¿Qué tiene de malo que te lleve?

-Oh, no lo sé. Quizás que la chica nueva del intercambio vaya a clase en la camioneta del famoso Hayes Grier que ni siquiera va al instituto podría influenciar un poquito en la primera impresión de la gente. -¿alguien ha dicho sarcasmo?

-No digas chorradas, nadie te va a etiquetar por eso. Somos amigos y te llevo porque no quiero que te pierdas y llegues tarde el primer día de clase.

-A veces me caes mal. -pellizqué el puente de mi nariz y suspiré agotada de discutir con el que es mi mejor amigo. El otro día él lo hizo oficial en un tweet. ''A mi mejor amiga no le gustan los donuts. Tengo una mejor amiga tonta.''. En mi defensa diré que me resultan absolutamente asquerosos, es como inyectarse azúcar en las venas.

-Pero otras veces me adoras. -me revolvió el pelo con una mano sin apartar la vista de la carretera.

-Créeme que esos momentos son menos. -se rió y nos quedamos en silencio, escuchando la radio, una canción que no conozco pero que me gusta bastante. Cuando he sacado el móvil para buscarla con Shazam ya ha acabado, y hemos llegado al instituto.- Gracias por traerme. -murmuré. Una cosa es que no quisiera y otra que no le agradeciera los quince minutos andando que me ha ahorrado.

-No es nada. -nos sonreímos. Bajo del coche y noto unos cuantos pares de ojos en mí a los que intento no hacer mucho caso. Y cuando pienso que por fin Hayes ya se ha ido, baja la ventanilla y grita.- ¡Estaré aquí a la salida para llevarte a casa! ¡Estudia mucho!

Y eso hace que las pocas miradas que no estaban posadas en mí, lo estén ahora. Alguna chica incluso me mira con la boca abierta.

Ahora media población femenina de Carolina del Norte me odia, qué guay.