-¿Qué quieres?- repitió una vez que se vio sólo en su cuarto. Odiaba tanto a esa persona del otro lado de la línea.
-calma Jacob- le contestó con cierta burla el hombre, quien tampoco le tenía afecto a su hijo.
-sólo dime para que carajos me llamaste- lo interrumpió intentando no subir mucho la voz por la chica en la otra habitación.
-va a haber una cena familiar y...-
-no me digas que quieres que vaya- se burló el chico riendo sarcástico.
-claramente no- confirmó el hombre. -si de mí dependiese nunca te volvería a ver en mi vida pero tu madre te quiere ver y últimamente no se ha sentido muy bien que digamos-
-¿qué le pasa?- preguntó preocupado. Podía estar molesto con su padre, de hecho estaba seguro que lo odiaba y no le molestaba admitirlo; pero su madre era otra historia, a ella aún la quería.
-sólo ven el sábado y si quieres invita a la chica con la que estabas ahorita que la escuché- se limitó a contestarle. -claro si Judith te deja- se burló.
-Cállate- Jake colgó furioso el celular y lo aventó a su cama donde rebotó y se estrelló contra la pared del fondo. Podría haberse roto pero la verdad era algo que no le importaba ni en lo más mínimo.
Jacob ahogo un grito en su garganta y soltó un fuerte puñetazo hacia la pared más cercana, polvo voló de la pared emblanqueciendo los nudillos del chico, rojos por el golpe. Salió de su cuarto sacudiendo su mano lentamente para encontrarse con la rubia, su hermoso perfil sentada en la esquina de un sillón, sobre una de sus piernas dejando que la otra cuelgue como si se tratase de una niña chiquita. Miraba interesada algo en sus piernas pero gracias al brazo del sillón Jake no podía saber qué era eso que la tenía tan entretenida como para que no notará su presencia.
-Judith- susurró la rubia. -era hermosa-
Esas palabras en sus labios fueron como un golpe en estómago, en un segundo todo el aire abandonó sus pulmones y se sintió completamente perdido.
Era hermosa. La exactitud era escalofriante y por un momento dejó de ver a la rubia. Una pelirroja ocupó su lugar. Emma había pronunciado esas mismas palabras hace unos tres años, ella estaba sentada sobre su regazo y veían las fotos juntos mientras él le contaba anécdotas sobre el día en que tomaron cada foto.
¿Ella es Judith? había preguntado. -Era hermosa- y, él había besado su mejilla y en un susurro contestó: no más que tú… entonces el infierno se desató.
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Malos pensamientos.
RomanceJake era el típico chico popular con la novia perfecta. O se pensó el, pues un día la encuentra siendole infiel con un amigo suyo. Asunto que molesta tanto a Jake al punto de provocar la muerte de Judith, su novia. Los verdaderos problemas empiezan...