capitulo 4.

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Se puso unos pantalones de mezclilla oscuros, una playera gris y unos vans del mismo color. Buscó como loco en su armario, algo que le escondiera el cuello y encontró una palestina cuadriculada blanca con negro. Una vez vestido se tomó una taza de café para sentirse mejor, pero no tuvo mucho efecto y salió camino a la universidad.

Caminaba entre las calles solitarias y aun oscuras. Se sentía terrible, estaba crudo y el dolor de cabeza que Judith le provocaba no le ayudaba. Cuando llegó a las puertas de la universidad, sacó unos lentes oscuros y se los puso, entró.

Llegó a su primera clase, era tarde y la clase ya había iniciado. Se acomodó la palestina y tomó aire, abrió la puerta y la mirada de todos los presentes se clavaron el. Caminó hacia lugar lentamente y preocupándose por no tropezar.

-¿Por qué tan tarde?- le pregunto la maestra una vez que llegó a su lugar

-no quiere saber... mejor continúe con su clase- contesto.

-quítese esos lentes- le ordeno, pero el chico se negó. La maestra muy molesta continuo con su clase.

Jake aventó su mochila al suelo, apoyo los brazos en la paleta de la banca y puso su cabeza en sus manos. Respiro fuertemente.

-Hola- lo saludo Alice que lo veía con una enorme sonrisa

Rodó la cabeza para voltearla a ver y las heridas del cuello le ardieron. Apretó los dientes intentando soportar el dolor. Ella lo notó pero no le dijo nada.

-¿te podrías callar?- pregunto algo pedante. Su objetivo que la chica lo odiara, no era la primera vez que hacía algo similar, solo que ahora le costaba más, porque enserio no quería.

-¿disculpa?- pregunto más confundida que otra cosa

-por si no te has dado cuenta estoy crudo y tu voz me molesta-

Alice se molestó y dirigió su vista al frente, intentando no voltear a ver al chico castaño que aprovechando que traía lentes de solo acomodó su cabeza en la banca y se dedicaba a verla con toda tranquilidad. Grabándose todo de ella, como golpeaba rítmicamente sus dedos en la mesa y se mordía el labio, estaba nerviosa. Y como sus ojos verdes brillaban iluminando y provocando una sonrisa a todo ser que los viera.

-que ella no sepa que la veas no significa que yo tampoco- le dijo Judith molesta al oído. El chico pesadamente volteo la cabeza hacia la ventana y se le escapó un quejido pequeño al hacerlo. Alice lo miró por el rabillo de ojo al escucharlo quejarse y alcanzó a ver unos rasguños y marcas rojas en su cuello, que él rápidamente tapo con la palestina.

Jake miraba por la ventana y dejaba su mente divagar. Pensando en lo que más quería, una vida en la que Judith no hubiera muerto, tal vez ahora estaría con sus amigos e incluso intentando algo con Alice, o aún mejor, siendo imposiblemente feliz con Emma. Pero esos pensamientos solo lo hacían sentir peor al notar que era imposible.

El timbre que indicaba cambio de clase, inundó la universidad por unos segundos. Jake tomó sus cosas y se fue del salón lo más rápido que le fue posible, sin saber que una chica rubia trataba de seguirlo pero lo perdió de vista en uno de los pasillos.

-¿Qué esconderás Jacob?- pensó en voz alta

-¿Jacob Smith? Ese chico está loco- le dijo un chico con el cabello color bronce que iba acompañado por uno de aspecto parecido pero rubio y de ojos azules.

-¿lo conocen?- pregunto algo incrédula, pues creyó que solo lo decían para molestarlo

-si antes éramos amigos- esta vez habló el rubio

Malos pensamientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora