capitulo 5.

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Alice se sentía deprimida y sola, mientras caminaba por las calles de la ciudad. Cuando pasó frente a una floreria supo lo que quería, lo que necesitaba. Saco su celular y marco, después de dos timbrazos le contesto... 

-¿bueno?-  

-hola Barbie- saludo triste 

-¿que sucede Liz?- pregunto preocupada por su amiga, pues la última vez que la vio, se había ido con chico que apenas conocía y borracho. 

-¿te puedo pedir un favor?- 

-sabes que si. ¿Porque? ¿Que quieres?- 

-necesito ir a visitarlo. ¿Me llevarias?- 

-pasó a tú casa en una hora y te llevó- 

-gracias- 

Después de despedirse ambas colgaron y entró a la floreria. El olor en ese lugar era terriblemente dulce y tan colorida que hasta molestaba. 

Después de vagar entre flores de colores brillantes, encontró en un rincón: unas rosas pintadas de colores azules, violetas y negros. Las compró de inmediato y se fue a su casa. 

Se cambio las zapatillas y se puso sus converse viejos, se preparó algo rápido de comer. Y cuando escucho el bocinazo de coche de su amiga, tomó una chaqueta negra y sus rosas. 

Iban en completo silencio, mientras dejaban las casas y edificios atrás. El paisaje que podían observar era bosque, por todos lados.  

Entre los árboles se alzó ante ellas un enorme portón antiguo y de metal. Era enorme y hasta arriba tenía algo en latín. Barbie se estaciono frente a ese portón. 

-¿no te importa sí te espero aqui?-pregunto la castaña apenada. 

-claro que no- dijo con una sonrisa Alice, sabía que su amiga odiaba ese lugar, mas bien le daba un poco de miedo. 

Bajo del coche y se adentro. Un aire frío chocaba con su cara de vez en cuando, llevando consigo un ligero aroma a flores marchitas que se hacia mas fuerte entre mas entraba. 

Caminaba tranquila, apretando las flores a su pecho. El lugar lo conocía perfectamente, podría llegar incluso con los ojos cerrados, pero había algo en ese paisaje que le atraía. Tumbas de todos tamaños, con angeles y cruces. Y unos enormes árboles con cientos de años y pocas hojas resguardando el lugar. 

El silencio reinaba y sólo se rompía con el crujir de las hojas bajo los pies de la chica.  

Llegó al una tumba, pequeña en comparación con las que la rodeaban. Con un angel levantado victorioso. 

Se sentó en una orilla de el monumento blanquisco y con los dedos recorrió la inscritura en una placa dorada: "Garret Fisher. 1991- 2006. Aunque no estés aquí, aún te sentimos, recordamos y queremos"  

-no sabes cuanto te extraño- susurro permitiéndose derramar algunas lágrimas. 

Flash back. 

-míra Ali. A que tú puedes hacer esto- gritaba el chico. Mientras patinaba y daba pequeños brincos. Su cabello lacio y negro se agitaba con el viento. 

-con cuidado Garret- dijo ella, tenía un poco de miedo. Ya que el hielo que se había formado en el lago donde patinaban no estaba muy grueso. 

-no seas miedosa- se burlo 

-cállate- dijo ella entre risas. 

Lo observaba girar y hacer algunos trucos. Sus risas retumbaban entre los árboles que lo rodeaban. Cuando un crujido las cayó. 

-Garret- gritaba la pobre rubia entre llantos. Al ver a su amigo, casi hermano ahogandose en la congelada agua... 

Fin flash back 

Acomodó las rosas en un pequeño florero blanco que tenía, mientras le contaba sobre su nueva escuela y un extraño chico medio bipolar que le atraía de una extraña manera. 

-creo que me tengo que ir. Barbie me está esperando- dijo al percatarse que comenzaba a oscurecer. Llevaba horas aqui. 

Se acerco y beso donde estaba su nombre y susurro "te quiero". No quería irse en ese lugar sentía una paz imposible, era como sentir a Garret ahí con ella. 

No se sentía sola, pero en ese momento no era Garret. No se sentía relajada sino que sentia miedo. Incluso el ángel se le antojaba tenebroso.  

El viento empezó a golpear violentamente los árboles y la temperatura bajo varios grados. Sus dientes castañeaban y temblabla, no se sí de frío o de miedo. 

Se puso de pie y se preparaba para deshacer su camino lo más rápido posible. Cuando le pareció ver algo entre los árboles, un cabello negro que se ondeaba con el viento. 

Pensó que era Garret, hace años que no lo veía así, la última vez fue al año de su muerte 

-Garr...- lo iba a llamar, cuando lo vio completo. No era su amigo. 

Era una chica con largo cabello negro y la piel blanquisima. Lo cual resaltaba sus ojos que brillaban de un rojo, como carbón encendido. Se acercaba lentamente. 

-corre, corre- le pareció escuchar la voz de Garret. 

Lo obedeció y corrio entre las tumbas. Los escalofrios le llenaban y las piernas le amenazaban con fallar y dejarla caer, a la merced de esa extraña mujer. 

Cuando el portón se apareció imponente ante ella, suspiro aliviada. Aunque no bajo su ritmo. 

Salió corriendo y no se detuvo hasta estar frente a la puerta del coche donde Barbie veía entretenida su teléfono. 

Tocó la ventana fuertemente y después de que la castaña se espantara y brincara, le abrió. 

Una vez que estuvo segura dentro del auto, se llevó la mano al pecho para tratar de calmar su corazón. Que en ese momento palpita desbocado y amenazando con pararse de un momento a otro. 

-¿que sucedió estas muy palida?- pregunto Barbie 

-me pareció ver a alguien y tenía mucho miedo- confesó tratando de quitarle importancia. 

Barbie se preocupó mucho por su amiga, la conocía muy bien, desde hace años. Alice nunca describió ese lugar como algo tenebroso, mas bien, lo consideraba su santuario.

Malos pensamientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora