Salvavidas - Nalu.

24. Espérame

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La sala donde se encontraban se lleno de gritos ahogados, clamando su nombre. El mundo de Natsu dio vueltas y se volvió lento. No terminaba de asimilar lo que había sucedido. No entendía las palabras que decían sus amigos en sus gritos, su mundo, paró. Entonces, lo entendió. Giró su rostro y Lucy estaba sostenida a el, ella estaba llorando y le mostraba esa sonrisa que hizo su corazón latir tantas veces, esa sonrisa que cambiaba su mundo por completo. El la miraba confundido, no entendía el porque de sus lagrimas.

  —¡LLAMEN UNA AMBULANCIA! —Gray gritó desesperado.

—N..Natsu..—Lucy le dijo frente a el, agarrando sus mejillas.

—L..Lucy..—Natsu la miró. —¿Por qué estás...—Natsu sintió algo mojado, algo que empezaba a esparcirse por su costado donde la sostenía con su mano. —¿Q..Qué es esto..—Natsu levantó su mano lentamente, y la puso frente a sus ojos. El olor a metal y el color rojo le advirtieron de que Lucy había recibido la bala.

  —¡RÁPIDO! —Levy gritó, mientras todos se acercaban en auxilio de la rubia.

—¿L..Lucy? —Natsu miró su mano perplejo y luego la miró a ella, la desesperación empezaba a reflejarse en sus ojos.

     Amar puede hacer daño

algunas veces, amar puede hacer daño.

  —P..Perdóname, Natsu..—Lucy dijo apretando su mejilla, mientras su rostro empezaba a verse pálido.

  —¿Q..Qué es..—Natsu miraba a Lucy sin poder formar palabra alguna. —E..Esto..—Natsu empezaba a frustrarse.—¡N..No..No..No..L..Lucy tu no.. —Natsu recostó a Lucy lentamente en el suelo, y sus ojos empezaron a soltar lagrimas.

 

  Construimos estos recuerdos para nosotros mismos,

en donde nuestros ojos nunca se cierran. 

  —N..Natsu..—Lucy lo miraba llorando.

  —L..Lucy..—Natsu la miraba en lagrimas. —¡A..Aguanta, la ayuda vendrá pronto! ¿está bien? —Natsu tenía su mano sobre la herida, para evitar que se desangre. —¡Todo estará bien! —Natsu sonreía mientras sus ojos no dejaban de soltar aquellas saladas gotas. —T..Te lo prometo...T..Tan solo..Aguanta..—Natsu apretaba con fuerza y las lagrimas caían por su rostro.

—H..Haz hecho de mi vida..—Lucy pausó.

—¡No digas nada! —Natsu la acalló. —¡No digas nada, maldición! —Natsu gritó otra vez.

Los corazones nunca se rompen,

y los momentos quedan quietos, congelados para siempre.

  —¡D..Dios mio, p..por favor..—Natsu apretaba sus ojos, rogándole al cielo.—N..No te la lleves.. P..Por favor..—Natsu dijo y su voz se cortó. —N..No me la quites..—Natsu sollozó otra vez. Mientras sus amigos lloraban alrededor suyo.

—N..No me gusta verte así..—Lucy le dijo con una voz suave, mientras su respiración empezaba a verse esforzada.

—N..No te preocupes, Lucy. —Natsu sonreía. —R..Regresaremos a casa, ya verás. —Natsu decía mientras sus lagrimas caían sobre el cuerpo de Lucy. —E..Estarás bien, lo prometo. —Natsu besó sus labios.