Chapter Thirteen.

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-Estas loca Jane-su color carmesí de los pómulos empezó a ponerse mas rojo de lo normal-realmente estas loca.

-¿Nunca lo vas a admitir?.

-Yo no debo admitir nada, eso es mentira...

-Me lo dijiste ayer-suspire y entre cerré mis ojos.

-¿Cuando?.

-Ese es el maldito problema Alex, no te acuerdas de nada y siento que todo lo que haz dicho es mentira, de que no me dejaras, que te quedaras conmigo, aun que sea en alma porque no me sorprende que sea mentira, ¿sabes?, es difícil dejarte ir, Dios, ¡entiende!-golpee su pecho, mientras mis lagrimas salían, sin temor-entiende Alex-susurre, seque mis lágrimas y me fui, directo a mi habitación, para tomar mis cosas e irme.

-Jane-susurro y tomo de mi brazo.

-Suéltame Alex.

-No me quiero ir enojado contigo, no esta vez.

-¿Para que vas a tratar de arreglar las cosas, si igual todo lo que dijiste era mentira...?

-No es mentira-me interrumpió inmediatamente-yo lo que digo, lo digo por algo, tal vez se me salio que estaba enamorado de ti, pero maldición, ¿como no enamorarse de una mujer maravillosa, que se ve natural, sin siquiera maquillarse?, no te dejare sola, jamás Jane, y ahora estoy sobrio, no mentiré para hacerte sentir bien, si en algún momento necesitas de mi, te pago un pasaje a Inglaterra, pero no te dejare sola, ¿entendido?, ahora, te vas a poner el traje baño y nos vamos a la playa a almorzar porque esta jaqueca me esta matando y tengo más hambre que tú seguramente.

Abrí mis ojos, sorprendida de todo lo dicho por Alex-Bien, una cosa mas.

-¿Que?

-Te quiero mejor amigo-me safé de su agarre para aferrarme a otro, su dulce abrazo.

Pasamos la tarde, como cualquier pareja de amigos, riendo, disfrutando del sol, y comiendo como cerdos, nos fuimos a la cabaña, arreglamos nuestras cosas y volvimos a casa, me llegaría un enorme reto, pero no importaba, había pasado un día excelente y valía la pena.

Mire mis manos, estaban rojas de tanto apretarlas.

-Gane.

-¿Por qué?.

-Miralas, estan rojas.

-Pero yo voy conduciendo, no puedo ir y apretarlas.

-Si puedes, los hombres no pueden hacer dos cosas a la vez que es bastante diferente.

-No empieces, feminazi.

-¿Que es eso?.

-Olvidelo mi niña.

-Eres un estúpido.

Me dejo en la puerta de mi casa, para dar la vuelta e irse a la suya.

-Fue un gusto escaparme contigo.

-El gusto es mio señor.

-Gracias por todo Jane.

-Gracias a ti-le di un beso en la mejilla y me baje del auto, para bajar mi maleta de atrás.

-Mi madre me matara, por escaparme contigo y no hacer mi maleta, espero que estés en mi despedida.

-¿Cuando es?.

-Hoy en la noche, a las 10, mas o menos.

-Tratare de estar ahí.

-Lo estarás-cerro un ojo, cerré la maleta y partió a su casa.

Ven, abrazame.~The 1975.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora