--Esto es el infierno?-- pregunte observando el lugar.
El cielo estaba gris y oscuro como si nunca hubiera pasado la luz por él. Los ruidos de tormentas sonaba fuertes y ruidosas. El lugar era como un templo de Roma o Grecia, tal vez. Había columnas en filas levantadas y otras partidas en dos tiradas en el medio del suelo dando un toque sucio y desordenado a lugar. También había bóvedas rotas en lo alto de dos columnas presentando una entrada principal. Era largo y amplio con una sala enorme sin muebles ni nada por el estilo. Todo era piedras sobre el suelo, estatuas de dioses y escultura con forma del ser humano; representando un ideal de belleza. Algunas estaban rotas con la cabeza a un lado y la pierna en otro lado pero otra estaban bien equilibradas. El lugar estaba rodeado de nieblas y tinieblas que parecía estar a kilómetros sobre el cielo. Era como si un terremoto hubiera hecho una visita a ese sitio. En el medio de cuatro columnas había un asiento grande y lujosamente decorado, un trono posiblemente de un rey, tal vez el rey de los infiernos, hecho de piedra dorada con frontón por los lados y pintura trazada en el respaldo.
Ash estaba sentado sobre el trono con los pies cruzados, una mano en el apoya brazos y con la otra tamborileaba los dedos en la barbilla, con aire pensativo.
Yo estaba sentada en el suelo de piedra gris llena de polvos, el pelo sobre el cielo y el rimen sobre mis pómulos.
--Digamos que más arriba de él.-- contestó cortante.
--Nunca pensé que alguien tan encantador llegaría a ser tan... demonio. No puedo creer que haya confiado en ti.-- podía oír mi respiración, tan superficial como la marea baja.
--Para ser un demonio soy muy tranquilo, no crees? Yo hice que creyera en mi.-- contestó dan credibilidad a sus palabras.
Mordí mi labio inferior sintiendo la sangre fría recorrer por mi garganta.
--Qué es lo que tiene que darte Aaron?-- pregunté después de pensármelo cien veces. -- De cualquier forma él no te lo dará, él no me salvara, él no me ama.-- dije con dolor la última palabra.
Las piedras se clavaban en mi palma como cuchillos afilados.
--Dios crió a la humanidad, el agua, los árboles y todo lo que tenéis pero yo, yo les di la inteligencia-- bajo el pie en un invisible movimiento-- la sabiduría, el amor, el mecanismo para vivir de ellos mismo y como me lo agradecen? Repudiandóme y mandándome al mismo infierno. Dios no apoyo lo que hice por lo que yo les robé los esclavos de Lucifer; los vampiros que él había creado para meter el mal en la Tierra.-- Trague saliva que causaba dolor en mi garganta. Hablaba tranquilo y furiosa a la vez y un sentimiento de nerviosismo recorrió mi cuerpo.
Había dejado de sentir el frío y empecé a sentir el miedo de verdad. A penas ayer no sabía que existían los ángeles caídos que eso era una mitología y que yo, había ido con este chico, este demonio a comer curry y me lo había pasado bien. Siempre lo había pasado bien con él.
Parecía imposible ser verdad. Era como un sueño, un glamour ante mis ojos.
--Durante siglos los vampiros me obedecían hasta que llegó Raphael.-- su tono era frío. No podía moverme, me daba miedo hacerlo y que se alzará sobre mi como un lobo feroz. Le contemplé en silencio.-- Raphael había provocado que todos los vampiros soltaran sus ataduras a mi para vivir por su cuenta por que querían ser libre-- río sin gracia y su risa resonó en todo el lugar-- Que estúpidos. Lo maté, le maté después de que todos se escaparon dividiéndose en el mundo. No podía alcanzarlos así que tuve que pensar un plan. Paseando en la Tierra encontré a un niño, que ya era vampiro y tenía que descubrir, hicimos un trato, él haría que todos los vampiros volvieran a creer en mi a cambio de que yo le devolvería la humanidad.-- añadió mientras miraba al infinito, recordando la historia con los dedos dando vueltas sobre su trono.
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Aaron II (Cancelada)
Fanfiction-Me haces mejor persona.- sus palabras dulces como el otoño. Ángel contra vampiros. Hecha por nuestra querida Lucia que esperamos que vuelva. Ideada y escrita por mi. Os encantará. ***** Créditos: La portada es totalmente mía.