Aaron II (Cancelada)

Capitulo 26: "Y cual es tu trabajo?"

Estaba de camino de vuelta a casa. Había pasado todo el día con Aaron no me importaba que tuviera que saltarme las clases al fin y al cabo eso hice.

La sonrisa dibujada en mi rostro no podía despejarla, me sentía más feliz que nunca, tal vez porque todo volvió a la normalidad o tal vez porque tengo de vuelta a Aaron y más enamorada que nunca.

Estaba deseando llegar a casa y contárselo todo a mi mejor amiga que tal vez se alegré un poco a pesar de lo mal que le cae mi novio.

He dicho novio?

Oh dios mio, TENGO NOVIO!

AARON LAWRENCE ES MI NOVIO.

Calmé mi respiración y fije la vista en el camino.

Largo.

Odio andar.

Miré a la derecha, había un edificio enorme y alto que se podía ver la azotea desde mi punto de estar. Y me entraron las ganas de subir, de volver a tener al mundo ante mis pies como horas antes con Aaron pero esta vez sola.

La puerta estaba abierta. Miré alrededor no había ningún humano sospecho a la vista así que sin pensármelo me arriesgue a entrar.

Nadie sospechara de mi, si me preguntas les diré que vivo por aquí y y esta.

No quedaré tan mal, verdad?

Y si digo justo el piso en el que vive al que me pregunta?

Sacudí mi cabeza borrando cada pensamiento negativo que se me ocurría. Apreté al botón de ascensor y este se abrió lentamente. Me adentre dentro y dí al último número; 15. Si era enorme.

Cuando se abrió todo era oscuro, salí y vi las escaleras de emergencia a mi izquierda, delante había una puerta que no estaba abierta de todo pero salía una pequeña luz que iluminaba el sitio. La abrí y una ráfaga de aire chocó mi rostro. Todo el cielo estaba encima de mi, comencé a dar giros observando la azotea, había cables o cuerdas a cada lado que suponía que era para tender la ropa. Me acerqué hasta la pared que llegaba por mi cuello para ver la calle abajo. El viento soplaba en silencio, era agradable. Deje la mochila sobre el suelo y comencé a mirar por todas partes.

Quiero hacerlo.

Tengo que hacerlo, por eso subí, no?

Quería sentir el mundo debajo de mis pies, de verdad lo quería pero el temor me absorbía. Decidí no hacer caso a mis temores y empecé a subir por la pared, un pie y luego otro. Intenté no perder equilibrio. La buena parte era que no tenía miedo a las alturas, no después de lanzarme al vació el día en el orfanato pero esa vez había caído como una idiota y en este instante tenía miedo de volver a caer así.

Mis pies estaban rígidos en su sitio, abrí los brazos como una cometa y lleve todo el aire puro que podía respirar a dentro de mis pulmones. Cerré los ojos dejándome llevar por los ruidos de los pájaros y el trafico y luego los abrí. Era una sensación agradable.

Sonreí cuando mi mente dibujo al rostro de Aaron en el aire delante de mi.

--Jamás había visto a una persona querer morir tanto como tú.-- La voz era familiar igual que esas palabras, ya las había escuchado antes.

Perdí el equilibrio cuando una corriente de miedo recorrió mi espalada, ya podía ver mi muerte.

Jóven.

Guapo.

Y sin haberme casado con Aaron.

Estaba balanceando para delante y luego para atrás parecía el viento jugar con mi cuerpo, abrí los ojos bien abiertos y cuando ya sentía que iba a caer cerré los ojos y caí.