Aaron II (Cancelada)

Capitulo 28: "Un secreto"

-No puedo creer que estéis de vuelta.- me dice Tris en un tono nada agradable.

Después de contarle todo lo que había sucedido, la manera que recupero los recuerdos, las alas, Masón... Todo y la única pregunta que me suelta es esa. No sabía como reaccionar ni que contestar porque sinceramente no esperaba eso, bueno, me lo esperaba pero después de aclarar varias cosas.

Me quede quieta en el umbral de la puerta de su habitación con los brazos cruzados y la frente arrugada, observando como recogía su cama para dormir, con brutalidad.

-Estoy bien, gracias por preguntar.- resoplo fuerte y me doy la vuelta decidida a irme y no seguir con la conversación, cuando su voz me detiene.

-Kelsey...- me mira a los ojos, refleja cansancio en ellos. Se sienta sobre la cama y me llama golpeando la cama para que me siente a su lado. - Entiendo el porque hayas vuelto con él pero entiendeme a mi las veces que tuve que limpiarte los mocos por ese estúpido, las noches sin dormir y las ojeras que ni el mejor base tapaba- saca Los ojos fijándolos en los mios. Las imagines se proyectan en mi mente al ritmo que termina la frase y mis manos se enredan jugando entre si y mi cabeza se agacha como una niña que su madre le regaña por hacer cosas malas. - No me creo ese cuento de  que quiso volver a ser humano, ni siquiera lucho ni un poco por volver a tenerte, lo retiró- se sacudí el cuerpo y coloca sus almohadas bruscamente. - No entiendo porque hayas vuelto con ese estúpido.

Levantó la mirada para ver su rostro y solo veo enojo y tristeza en ellos. La verdad es que me molesta que no haya comprendido nada, que me regañe por volver con él, se que tuvimos cosas pero el pasado se queda atrás. Pero para Tris es difícil olvidar y menos en un día y la comprendo, es mi mejor amiga, su deber es cuidarme, cuidarnos mutuamente pero me molesta a veces que tenga razón, y me molesta más que espere a que se la de.

Me levante de su cama dirigiéndome a la puerta y volví para mirarla por ultima vez antes de ir a dormir. Ahí estaba ella mirándome con ojos curiosos esperando a que abra la boca y le conteste o le diga algo.

-El corazón quiere lo que quiere.- cierro la puerta dejandola con su cara de enojo. No estaba para oír sus reclamos, el día había pasado bastante bien y no quería que me lo arruinara.

Encamine a mi cuarto bostezando como un gato y me tire sobre mi lujosa cama tragando todo el olor dentro de mi. Aun le sentía cerca de mi, aun podía ver su rostro acercándose para besarme... Como pretende Tris que me aleje de él? Si lo único que hago en mi miserable vida es pensarle. Supongo que mañana no solo me tocara enfrentarme a una Tris sino que también a los Lawrence y Contray cuando se enteren.

Buenas noches, Kelsey!

(...)

Era la hora del recreo y a mi no me apetecía ver a nadie así que me aleje de toda la multitud y me subí al escalón mas alto y lejos de caras conocidas. Desde ahí tenia mejor vista de la gente que pasaba o jugaba en el campo de fútbol. Metí todo el aire que mis pulmones me permitían, aun no estaba preparada para ver a nadie ni contestar preguntas. La última semana fue bastante difícil y aun me cuesta creer que todo haya pasado tan rápido. Esta mañana me había despertado sudando creyendo que todo había sido una pesadilla. Aun lo sigo pensando porque desde que llegue a la escuela no hubo rastro de Aaron ni de los chicos. Llegue a la conclusión de que se haya arrepentido de acostarse conmigo y de que ya no me quiere ver, no es que yo no lo quiera ver pero aun siento cosquillas en el cuerpo al pensar en volver a verle después de que se haya despedido, simplemente con un corto beso para escaparse porque Tris había llegado.

Subí la cabeza para tomar el sol en mi rostro y cerré los ojos fuerte pegando mis rodillas a mi pecho. De repente, una sombra tapó mi rastro y sentí un roce en los labios abrí los ojos lentamente esperando a que no sea el que pienso, y que por más que lo evite su aroma me envidia toda la atmósfera. Ahí estaba él, tan radiante y hermoso como siempre con un toque mas de color. Se sentó a mi lado sin despejar sus ojos de los mios.