Angelito

10. Te Quiero

Mike

-Te compraré una estilo mensajero- musita Ellie en mi oido.

Camino por los pasillos de camino a la cafetería. Recibimos varias miradas pero las ignoramos. Ellie juega a hacerme trenzas, recordandome que tengo que cortarlo. La miro de reojo. Es tan bonita.

-Puedo comprame una yo- digo tratando que me escuche. Los pasillos siempre están atestados de gente. Los ojos de Ellie me miran un segundo antes de esconder detrás de mi cuello.

-Quiero que lleves algo que yo te di- susurra en mi oído. Tiemblo ligeramente y sus brazos se apretan a mi alrededor. Le sonrío y beso su regordete mejilla, que descansa en mi hombro.

Abro la puerta de la cafetería suavemente y me adentro. No quiero que nadie incomode a Ellie. Escucho como su estómago gruñe en mi espalda. Rio entre dientes y Ellie se une.

-Alimentame, Angelito- dice con voz chistosa en mi oído. Rio y asiento. Camino hacia un extremo de la barra y busco Dolly, la cocinera. Le hago un ademán con la mano y luego levanto dos dedos. Ella asiente y frunce los labios al ver a Ellie. Pero luego una pequeña sonrisa aparece. Escucho a Ellie bostezando y frotando su nariz en mi hombro. Sonrío.

Dolly me da una bolsa marrón y guiña un ojo a en mi dirección. Siento a Ellie moverse en mi espalda. La miro de reojo, su mirada cae en una mesa algo apartada. Veo a la cabeza de brócoli y la niñita rubia con otros dos chicos. Uno de ellos me mira temeroso. Frunzo el ceño y él aparta la mirada. Las amigas de Ellie sacuden la mano para que Ellie se acerque.

-Puedes ir a almorzar con tus amigos. Yo puedo comer solo- hablo bajo. La resignación se nota en mis palabras.

-Jamás te dejaré solo, Angelito- sus palabras hacen que el alivio y la calidez se expandan en mi interior. Ellas apreta los brazos en mi cuello y besa mi mejilla. Ella hace una seña a sus amigos, los cuales asienten con una sonrisa pícara y sacuden la mano en nuestra dirección.

-Vamos a la Biblioteca.

-¿Segura?- le pregunto con cautela. A pesar de que me gustaria estar solo con ella, se que posiblemente le gustaria estar con sus amigos.

-Claro, Angelito- me sonríe y me quita la bolsa marrón de la mano.

Asiento y camino hacia la puerta. Ellie examina la bolsa y me sonríe con los ojos brillantes.

-Hay muffins y donas- chilla y me da una sonrisa muy grande. Me encuentro devolviendole la sonrisa cuando vemos pasar Bell frente a nosotros. Siento como Ellie se estremece en mi espalda, me luego removerse. La dejo bajar. Los pasilllos ya estan vacíos, así que Ellie corre hasta él. Toma su brazo y se acerca él.

-Y-yo...l-l-lo s-si-siento, T-Trent-Ellie estruja los dedos y se mueve nerviosa. Me paro a su lado y beso su cabeza. Bell nos mira sin decir nada- S-se q-qu-que n-no de-debia d-de-decirte c-co-cosas t-tan h-hi-hirientes.- Supira y toma la mano de Trent- Yo se que es vivir así.

-¿También te pegaban?- se estremece Trent y mira con mirada apagada a Ellie.

Ella se pega a mí, sus ojos conectan con los míos.- Mi padre- Mientras dice esas palabras, sus ojos se oscurecen, pero no aparta la mirada de mí. Un escalofrío se desliza por mi espalda. Siento todo fria. Su padre. Su propio padre le hizo daño. El, ya familiar, sabor de la bilis en mi garganta, la acidez en mi estómago, empieza a manifestarse en mi cuerpo.

Los gritos. Las botellas vacías. Los insultos. Las maldiciones. Los tambaleos. Él me odia, pero nunca me pego.

Los ojos de Ellie lagrimean, lo único que puedo hacer es tomarla por la cintura, y pegarla a mi cuerpo. Sus piernas tiemplan, pero aún asi se enrollan en mi cintura, sus pequeños sollozos se ahogan en mi camiseta. La meso ligeramente.