13. La cita (2/3)

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Estaciono mi Jeep en un aparcamiento cercano y salgo del auto. El frío se a aumento y
agradezco haberle dado mi sudadera a Ellie. No quiero que se enferme.

Ellie sale del coche antes de que pueda abrírsela. Frunzo el ceño y bufo. Ella me mira y me guiña un ojo antes de cerrar su lado y caminar con paso seguro hacia mí. Aseguro
el coche y camino hacia el frente. Ellie se pega a mi costado. Paso mi brazo por sus hombros, ella ríe y apoya su mano en mi abdomen, su brazo de envuelve en mi cintura. Beso la cima de su cabeza y hundo mi nariz en su pelo.

Manzana verde.

Gruño y la pego más a mí. Siento sus labios en mi pecho. Sonrío y abro la puerta para Ellie, pero se aferra a mi lado así que los dos entramos. Ellie se aleja y toma un carrito.

Se acerca a mi se posiciona frente de mi. Apoya la parte trasera de su cabeza en mi pecho. Sonrío y beso su pelo y coloco mis manos junto a las suyas en la barra del carrito. Sus delgados brazos se apoyaba contra los míos, y su cabeza en mi pecho. Ella
sonríe y empezamos a dirigirnos hacia las neveras.

Ellie empieza a dar saltitos, rozan inconscientemente mi paquete. Aprieto mi mandíbula y respiro fuerte por la nariz. Ellie sale de entre mis brazos y se desliza hasta los helados. Sonrío. Ella es adorable.

-Donovan, tenemos un problema- habla con seriedad. Muerdo mi labio, ocultando mi sonrisa, cruzo los brazos sobre mi amplio pecho y alzo una ceja. Ella se gira hacia mí
con dos potes grandes de helado. Sus ojos se oscurecieron unos cuantos tonos por el deseo. Carraspeo y frunzo el ceño.- No se de que sabor tomar. Amo con todo mi corazón el de naranja-piña- exclama con la mirada en un pote- pero amo el sundae- dice mirando otro pote.
Me acerco a ella y tomo los dos grandes potes. Vaya, que pesados. Los coloco en su lugar, escuchando el bufido de Ellie, nada femenino. Saco dos potes de los mismos sabores pero más pequeños.

-¿Qué tal si llevas los dos, pero para comer sin tener que obtener una diabetes en el camino?- le sonrío con inocencia.

Ella rueda los ojos y toma los potes. Los mete en carrito y sigue andando. Bufo y camino más rápido para alcanzarla.

Me paro justo atrás de ella y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura. Ella detiene el paso y se gira entre mis brazos. Apoya su barbilla en mi pecho y me sonríe radiante. Beso su frente y ella se gira para seguir conduciendo el carrito. Me coloco detrás de ella, pero manejo el carrito cuando llegamos al pasillo de las chucherías. Empieza a
caminar con entusiasmos con saltitos añadidos, mientras agarra grandes paquetes de malvaviscos, bolitas de chocolate, polvos azucarados, entre otros dulces. Niego con la
cabeza. Le va a dar un dolor de barriga muy fuerte. Al momento en el que viene con otros paquetes de dulces, me harto y tomo los dulces. Ellie protesta, pero me mantengo firme.

-Ellie con los que llevas es más que suficiente- musito y devuelvo todo a su lugar escuchando como Ellie suspira y arrastra los pies. Frunzo los labios y termino de dejar el último paquete de gomitas. Le lanzo una mirada a Ellie, quien mira los estantes
mientras restriega sus uñas contra la piel de sus manos. Suspiro y camino hacia ella.

Llamo su atención. Su mirada se enfoca en mi, antes de que me de la vuelta y, con un ademán, señale mi espalda. Escucho pequeños pasos apresurados hacia mí, casi de
inmediato siento sus pequeñas manos en mis hombros.

Se acomoda en mi hombro y suspira con satisfacción. Sus finos labios se aplastan contra mi mejilla y se vuelve a acomodar en mi hombro. Sonrío y tomo el carrito para seguir nuestro camino.

Agarro dos sodas y dos botellas de agua. Ellie bufa, pero no dice nada. Cuando pienso que ya lo tenemos todo, camino hacia las cajas. La mayoría están llenas, así que
hacemos en la más corta, pero al parecer la más lenta.
Enfrente de nosotros ahí una madre y su bebe de grandes ojos verdes.

AngelitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora