Chicas [Parte I]

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Abrí los ojos y el cielo ya estaba claro, baje la ventanilla del auto y asome la cabeza hacia afuera.

El aire cálido del verano impacto mi rostro y la brisa alboroto mi cabello.

Después de varios segundos así, decidí meter la cabeza de nuevo al auto. Zahra y Dana aun seguían durmiendo, vaya que estas chicas enserio que no madrugan, mi madre iba igual que ellas, solo papá estaba despierto.

No quise molestar su modo super determinado de conducir. Así que le envié un mensaje a Adriana.

Amberly: ¿Ya llegaste a las montañas?

Unos segundos después mi celular vibró.

Adriana: Aun no, ¿y tú al lago?

Amberly: Naaa, papá va conduciendo como un anciano de 100 años.

Adriana: Jajaja, el mio igual.

Amberly: Peter vino a despedirse de mi. Es tan lindooooo 😍

Adriana: Awwww, ojala el supiera que te gusta.

Amberly: A veces desearía que si, pero tengo miedo de arruinar nuestra amistad.

Adriana: El que no arriesga no gana. Solo Piénsalo Amber, tal vez tu le gustes también.

Amberly: Creo que soy muy cobarde como para algún día saberlo.

Adriana: Tienes que tomar al toro por las bolas y  armarte de valor.

Amberly: Jajaja jajaja jajaja 😂😂 Es al toro por los cuernos, ¿Quien tocaría las bolas de un toro?

Adriana: Como sea me entendiste. Bueno, la señal se me ira hasta llegar al centro de ski. Hablamos luego loca.

Amberly: Oki, adiós.

Papá detuvo el auto en la pequeña estación de gasolina del pueblo y cargo el tanque para así seguir conduciendo.

— Iré a comprar algunas cosas papá.

— Traeme un café. Necesito mas cafeína en mi cuerpo—. Dijo mientras se tocaba la sien.

Asentí y baje del auto, camine a la pequeña tienda del pueblo,  la verdad es que ya casi llegábamos pero por lo visto a mi padre el sueño lo estaba venciendo.

Entre por las puertas corredizas y el aire frío me hizo  estremecer.

Fui a la sección de botanas y dulces, compre muchas cosas, necesitaba azúcar y mucha, después fui por el café de mi padre.

— ¿Eso sería todo?—. Preguntó un chico de ojos verdes muy lindo.

— Si.

Comenzó a pasar todo por el escaner.

— Serían veinte dólares.

Saque el dinero de mi bolsillo trasero y se lo tendi.

— Gracias—. Tome la bolsa de plástico y el café en la otra mano y salí de la tienda.

Llegue al auto y le di el vaso de café a mi papá.

— Gracias cariño, ahora sube, ya casi llegámos.

Asentí, saque mi celular y decidí saber como iba Will con Peter.

[...]

Estupido William, ahora sabe que aún soy virgen. Por que tenia que enviarle ese mensaje.

<Solo checare a mi Peter>
Que tonta, que tonta.

-Amber, ¿Quieres ir a nadar?- pregunto Dana.

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