capitulo 14

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No estaba segura de que ser requería para estudiar en casa, pero me gustaría tener diez horas al día, siete días a la semana, sin baños o tiempos para comer si eso significaba nunca volver a este pozo negro de mierda otra vez.

Esquivando a los estudiantes, no paré hasta que encontré una sala vacía. Metiéndome en el armario más cercano, me deslicé en una esquina, poniendo mi cabeza entre mis piernas. Quería llorar tan mal en ese momento, quería soltar todas las lágrimas que había retenido durante años hasta este momento, pero algo no las permitió salir. Algún bloqueo mental dentro de mí no permitía la liberación que necesitaba desesperadamente.

—Maldición —murmuré, golpeando mi puño en el armario.

—¿___? 

Así que no lo necesitaba en este momento. Entonces lo necesitaba en este momento.

¿Por qué él tenía que ser todo lo que hice y lo que no necesitaba darme un momento?

—¿Cómo me encontraste? —dije, manteniendo mi cabeza agachada.

—Fue fácil —él dijo, sentándose junto a mí—. Todo lo que hice fue seguir las maldiciones.

Me reí. Demasiado. Siempre estaba emocionalmente inestable en estos momentos cuando necesitaba llorar y no podía.

Yo era un desastre emocional al lado de un hombre que se define como un desastre y que, si lo dejo entrar en mi vida, el mundo me convertiría en lo mismo. Se deslizó más cerca de mí, enganchando su brazo alrededor de mi cuello, y me atrajo hacia él. Tendría que haberme resistido, por lo menos poner un poco de lucha dado que no sabía nada del pasado, presente y futuro de Justin, pero no lo hice.

—¿Entonces? —él dijo, con la voz amortiguada por lo que quedaba de mi cabello.

—Entonces —dije, cuando una manada de niños arrastraban los pies cerca de nosotros. Ellos no dijeron nada cuando estuvieron a la vista de Justin, pero se dieron codazos con tanta fuerza en el pasillo que los podía escuchar. Sentada aquí sola, me acurruqué en Justin, era probable que hiciera maravillas en mi inmaculada reputación. 

—Tiempo de explicación —él dijo, como si no hubiera alternativa.

—Tiempo de explicación —ahora era mejor que más tarde, aunque antes hubiera sido mejor que ahora. Oh bueno, me quedaría con lo que pudiera conseguir de Justin.

—Cuando quieras —él dijo.

Entonces, me encontré a mi misma nadando en cartas blancas, Q y A con Justin, mi mente quedó en blanco. Como ninguna respuesta o pregunta pudiera cambiar algo de lo que sentía por él. Era una cosa loca para una chica concluir eso cuando se trataba de alguien como Justin.

Si ya no estaba confirmado, me faltaba un tornillo.

—Ven —él me dio un codazo—. Puedes preguntarme lo que quieras y bien contestaré o quizás no.

—Que comunicativo de tu parte —dije, sonriendo en su camisa.

—Sólo tenemos unos minutos antes de que suene la campana, así que mejor empieza. No soy el tipo de estudiantes que se preocupan de llegar tarde, pero yo supongo que eres del tipo que lo hace.

De hecho, yo he tenido una buena cantidad de tardanzas. En mi puritano, de sangre azul escuela privada, había sido algo rebelde porque no estaba asustada de usar una mini falda, o una capa extra de lápiz de labios, o saltarme de clases de vez en cuando. Sin embargo aquí, en Heathen High (Secundaria que odia a los cristianos), mis momentos rebeldes calificaban para la santidad.

Oh espera, olvidé que ya había sido etiquetada como una puta por la población estudiantil.

Justin me codeó de nuevo, así que lo empujé, lo que no facilitaba el interrogatorio.

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