Capítulo 6

9.1K 692 9
                                    

-Y... ¿Qué le ha pasado a la tal Emily? - Preguntó ella rompiendo el silencio luego de haber estado caminando dentro del bosque por unos minutos.

A estas alturas de la noche, ya me había logrado quedar bien claro que Phoenix era aquel tipo de chicas curiosas pero observadoras al mismo tiempo y por mas que intentaras esquivarlas volverían al mismo punto una y otra vez. Me estaba cansando de evitarla, pero ya hace unos años me hice la promesa a mi mismo de no volver a contar aquella noche a alguna persona. Realmente me irritaba ver sus miradas de compasión mientras seguro se encontraban pensando de que seguía teniendo una especie shock emocional. Ya tenia suficiente con el maldito psicólogo que valía dolares para que me dijera lo que la gente pensaba también de la situación. Una vez, me dijo que debía dejar de ir el recuerdo y logro enojarme de tal manera que salte sobre él, en ese entonces tenia catorce años. Mis padres comenzaron a preocuparse por mi agresividad repentina, ya que también tenia constantes peleas en la escuela. Estar atravesando una perdida y que venga un grupo niños a gritarte "loco", "seguro tu la mataste"y "di donde esta Emily, bastardo" no era de mucha ayuda que digamos. El solo pensar que había gente que creía que yo le había hecho algo a mi pequeña hermanita me enfermaba. Aunque ya hace unos años lograron terminar esos rumores, gracias a el padre de Mia.

-No te importa. - Respondí pateando piedras al caminar mientras apuntaba mi linterna por todo nuestro alrededor. Lo único que me faltaba en este momento es cruzarme algún borracho o drogadicto divagando por aquí. Y lo digo ya que he tenido esos desafortunados encuentros los cuales terminaron a maldiciones y golpes. Ahí la razón de los rumores en los que me metía en peleas callejeras ya que no le ponía mucho interés al ocultar mis hematomas.

La escuche bufar. Sonreí ante eso, me gustaba fastidiarla. Creo que de ahora en adelante seria mi objetivo hasta las vacaciones de navidad,hasta que encuentre algo nuevo con lo que entretenerme. ¿Qué había de las chicas? Pues, luego de lo sucedido con Sidney en la cafetería muchas chicas me han visto de mala manera y muchas otras han aprovechado para tirarse sobre mi pero últimamente no me encontraba muy interesado. Seguro era otra cosa que sucedía por encontrarme tan cansado.

-De todos modos no me creerías. - Agregue dejando mi diversión de la doy poniéndome serio mientras examinaba nuestro alrededor. - Nadie lo ha hecho en estos últimos tiempos.

-¡Oh, vamos! - Exclamó en vos baja. - Soy una chica con una mente muy abierta.

La miré de reojo para luego negar con la cabeza. Muchas personas han dicho lo mismo o "¿qué tan malo puede ser?" y luego cuando les narraba lo sucedido, me miraban muy raro y luego decían una estúpida escusa para irse. Este tipo de cosas logro que me quedara muy solo deniño, y que luego de un tiempo se acercaran a mi Mia y Houston. Sabía que a ellos no les interesaba lo que la gente hablaba de mi y ese por ese tipo de cosas seguimos siendo los Tres Mosqueteros.

-No lo harás. Lo se. - Dije en un tono mas duro del que pretendía respondiendole a Phoenix.

-No puede ser nada del otro mundo. - Una pizca de desafío sonó en su voz. Claramente, había logrado darse cuenta que NUNCA le decía que no a un desafío y que al mismo tiempo odiara que lo hicieran.

-¿Entonces creerías si te digo que he visto lobos? - Solté bruscamente dejando de caminar para enfrentarme a ella con los nudillos apretados. La observe fríamente.

-¿Lobos?¿Aquí? - Me observo confundida.

-Han sido tres. - Sentencie. - Pero algo en ellos no parecía tan salvaje. - Aclaré recordándolos. Creo que nunca superare sus miradas y lo impotente que era su presencia.

-¿A que quieres llegar? - Phoenix cruzo sus brazos y elevo una ceja.Seguramente estaría buscando disimuladamente una dirección hacia la cual correr para alejarse de mi. No dudaba que esta chica fuera buena disimulando tranquilidad. Era una de las cosas que me llamaba la atendió de ella, no era ensordecedora al igual que otras.

-Era como si algo en ellos fuera... humano. - Cedí apartando mi mirada de ella esperando las comunes risas o chistes al contar esto alas personas. Y quizás también esperaba insultos, mucha gente lo ha hecho ¿Por qué ella sería la excepción?

-Espera. - Algo en su tono de voz logro que la observara con suma atención.- ¿Te refieres a como si fueran licantropos? - Al escuchar sus palabras me sorprendí. ¿A caso me estaría creyendo?

-¿Qué has dicho? - La mire perplejo, ahora si que realmente me encontraba en un estado de shock.

-Me has escuchado a la perfe...

Antes de que pudiera terminar de hablar, un fuerte grito en el interior del bosque corto en el aire haciendo que todos mis sentidos se activaran.

Fueun sonido tan desgarrador proveniente de una mujer. O mejor dicho,una niña.

-¡EMILY!¡¿Eres tu?! - Pregunte a la plena oscuridad sin saber si recibiría respuesta alguna. Aunque en mi interior sabía que había sido ella. Era Emily.

-Dylan, creo que es mejor que nos vayamos. - Murmuro Phoenix ahogadamente tomándome del brazo fuertemente.

Al sentir sus dedos en contacto con mi piel una corriente eléctrica me recorrió el cuerpo. La observe de soslayo y vi como sus ojos paseaban lentamente por nuestro alrededor. Se encontraba alerta y algo en su forma postura ahora rígida sin explicación alguna me dio a entender que estábamos en serios problemas. Pero mi parte estúpida,ignoraba esto y solo se concentraba en encontrar a mi pequeña hermana.

-Mira si es ella. - Dije exasperado tratando que comprendiera. Sé que no había llegado a contarle quien era Emily, pero lo que menos necesitaba en este momento era que me mirara como si fuera un maniático - No perderé este rastro, Phoenix.

-¡O claro genio! ¿Y si es una maldita trampa de unos malditos pedofilos? - Levanto su tono de voz aunque aun así manteniendolo bajo para que solo yo lo escuchara.

-¿A caso los pedofilos gritan como niñas ? - Eleve una ceja. Si no me encontrara tan preocupado, me reiría de esta pequeña escena que estábamos haciendo.

-Pues anda tu a saber, idiota. - Bufo.

Pasando por alto su actitud de niña malcriada, tire de mi brazo logrando zafarme de ella y llene mis pulmones de aire poniendo mis manos en mi boca como un megáfono.

-¡EMILY!

Hubo un minuto de silencio hasta que el frió aire fue cortado por otro gran grito. Pero este, hizo que mi corazón dejara de latir por unos segundos.

-¡DYLAN!¡AYUDAME!

Y sin hacerle caso a las suplicas de Phoenix, mis piernas se movieron haciendo corría hundiéndome en el oscuro bosque ignorando todo. Ignorando las sombras que me perseguían.



The Wolves (WESTERWOOD #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora