Capítulo 14

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Era difícil para mi quitar mi mirada sobre ella. Tenía algo en sus facciones que me lograban fascinar, nasa me había tenido de esa manera en mucho tiempo. Demasiado debo agregar.

Se movía con agilidad y cuidadosamente por esta pequeña cabaña. Consciente de como mis ojos la observaban constantemente desde una esquina de la misma. Me sentía agotado y me dolía todo el cuerpo. Eran sentimientos que nunca había sentido.  Debo decir, que allí arriba no existen cosas abrumadoras como estás. Sentimos cosas, pero nunca de esta manera. Nunca sentí la necesidad de descansar o comer. Pero había bajado, y eso significaba que si dentro de mi plazo de días no cumplía por lo que me habían mandado aquí, me volvería humano. Eso me aterrorizaba, la furia del cielo era algo con lo que no se jugaba. Y yo lo sabía.

- Señor... - Una suave voz se escucho por el lugar. Eleve mi mirada hasta toparme con la linda chica observándome. -  ¿Se encuentra usted bien?

Deseaba hablarle, decirle que estoy bien y quitar ese ceño de preocupación de sus maravillosas facciones. Pero no podía, no sabía como contestarle. Le entendía, su ingles acentuado lo que hacia notar que era inglesa, pero no sabía como formular las palabras. Allí, en el cielo, hablábamos en un idioma santo, el cual solo los ángeles y el mismo Dios sabían manejar. Se habían encargado bien de que nada me detuviera de hacer mi deber y luego volver a mi hogar.

La preocupación en ella se hizo mas grande al notar que no contestaba.

Lentamente, evitando mis quejidos, me levanté dejándome en plena exposición ante ella. Realmente, no me importaba que me vea desnudo, nosotros teníamos desinterés sobre nuestros cuerpos. Así que sin darle importancia a su incomodidad y graciosos ojos abiertos, me encamine hacía ella y tome la pequeña pila de ropa que tenia entre sus pequeñas manos. Nuestros dedos se rozaron y mi ceño se frunció al notar que estaba fría, ella instantáneamente se alejo. Era consciente que mi calor corporal era caliente, tratando de mantener mi cuerpo preparado ante cualquier cosa.

Sabía lo importante que era para los humanos el ir vestidos, ya que sentían que era una vergüenza ir desnudos por allí.  Si solo entendieran que llegaron al mundo desnudos y sin avergonzarse por ello, me parece alto totalmente irracional. Así que, dándome la vuelta, comencé a cambiarme con la pequeña ilusión que una vez que lo hiciera, el sentimiento de miedo que irradiaba la muchacha se esfumara.

Al terminar, me di vuelta satisfecho conmigo mismo, era la primera vez en siglos que usaba ropa. O mejor dicho, era la primera vez que bajaba a la tierra.

Mis ojos se abrieron grandemente al ver, quien parecía ser una agradable mujer y temerosa me apuntaba con un afilado cuchillo. Debo decir que me tenía sorprendido, al parecer era una fiera escondida detrás de un vestido.

- Disculpe esto pero ¿quién demonios es usted? - Las débiles llamas de las velas a nuestro alrededor no evito que notara un pequeño brillo salvaje en sus ojos.

Me encontraba confundido. Ya tenía mas que entendido que los humanos eran desconfiados y agresivos. Pero no había hecho nada para sembrar una semilla en aquellas macetas. Ella me había ayudado y traído hasta aquí ¿y ahora me amenaza?. Una parte de mi, entendía que debía ganar su confianza.

La mire fijamente y una pequeña sonrisa se formo en mis labios mientras me enderezaba y mi mirada se convertía en una de desafío. Al instante, todas las velas de la cabaña se apagaron y saque al mundo algo que ningún humano creería.

Mis alas se extendieron por todo el lugar, llegando de punta a punta. Iluminaron en la oscuridad menos potentes de lo que usualmente lo harían. Pero sabia que era porque me encontraba aquí abajo, así que no me preocupe. Note como la chica dejaba caer el el objeto afilado en el suelo y se alejaba lentamente temblando. El brillo dorado de las plumas la iluminada, haciéndola ver... celestial.

Era consciente que mi camiseta se había roto en la parte trasera, pero no me importaba.

- ¿Eres u-un an-angel? -Tartamudeo.

Asentí sin quitar mi sonrisa.

Abrió y cerró la boca para luego mas segura preguntar: - ¿Eres real?

Ágilmente me empecé a acercar a ella.

Le demostraría cuan real era.

The Wolves (WESTERWOOD #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora