The Wolves (WESTERWOOD #1)

Capítulo 32

- ¿Entonces tus padres no estarán en toda la noche? - Houston se tiró pesadamente sobre mi cama.

Me encogí de hombros dándole un sorbo a mi cerveza.

- Tom esta con ya sabes quien. Y mi madre se ha tomado una noche completa para estar con sus amigas. - Contesté sin interés.

Me alegraba mucho el hecho de que Lydia se tomara un tiempo para pasar con mujeres de su edad. El día del baile, Geo le había insistido para que ellas se juntaran con unas antiguas amigas de la preparatoria. Terminó aceptando muy a su pesar. Pero conociéndola, se que en este momento la debía estar pasando realmente bien. Y desde ahora me encontraba buscando una manera de agradecérselo a la tía de Phoenix.

Como no era de mi gusto quedarme solo en esta enorme mansión, llame a Houston para que viniera a quedarse a dormir esta noche. Sé que desde el baile ha estado hablandose con Callie. Ella parecía ser una chica agradable y divertida. Pero temía de que de alguna manera, Houston la usaría para olvidarse de Mia. 

- Oye ¿como está todo con Mia? - Pregunte incómodo.

Houston, quien se encontraba revisado las películas de uno de mis estantes, se tensó.

- He hablado con ella. - Admitió sin apartar su mirada. - Bueno, en realidad ella ha intentado conversar conmigo. - Rió sin gracia. - Dijo que lo sentía, por de alguna manera seguir dandome ilusiones luego de la primera vez. La perdoné, pero hemos discutido.

- ¿Por qué? - Vacilé.

Se dio vuelta hacía mi.

- Por tí, Dylan. Lo que les ha hecho a ti y Phoenix. - Explicó. - Ninguno de los dos vió que ella estaba enamorada de ti. Pero yo noté el como te miraba cuando estabas con Phoenix. Con celos, porque dejó de ser la única mujer que le has permitido acercarse a ti. El día que Mia habló conmigo fue antes del baíle. - Su rostro estaba neutro. - Sonaba como nuestra Miau Miua, pero no parecía ella. Tanto tu como yo conocemos lo que las mujeres son capaces de hacer, asi que dejame decirte que ese beso que te dio no fue sin intención. - Apretó sus manos. - Pareciera como si no le afectara el hecho de que te guste Phoenix. Pero creeme cuando te digo que Mia esta verdaderamente hecha una furia. 

- Esa no suena como Mia. Me cuesta creerlo Houst. Lo siento. - Negué con la cabeza consternado. - Hablaré con ella.

- Te daré un consejo: No te dejes manipular por sus lágrimas. Porque ella sabe que eres débil respecto a eso. - Se giró hacia el estante y tomó una pelicula. - Ahora basta de dramas románticos y veamos algo que me de un infarto. 

Dicho eso, se dirigió hasta el reproductor de DVD.

La película comenzó y nosotros simplemente nos acostamos en mi cama. Era una de terror, pero ya la había visto alrededor de una dos veces, por lo que no saltaba cada dos por tres como Houston hacía. Debo admitir que era muy gracioso verlo así. Luego de media hora, el timbre de casa sono.

- Deben ser las pizzas. - Dije para luego levantarme y tomar el dinero sobre mi mesa. - Tu sigue viendo, lo único que te pido es que no rompas la cama de tanto brincar en ella, Marica.

- ¡Pudrete! - Tiro una almohada a la puerta al momento que la cerraba.

Bajé las escaleras sin dejar de reír. Usualmente, Amanda  del servicio, era quien se ocupaba de abrir la puerta. Pero mi madre les había dejado a Harold y ella la noche libre, para que tuvieran una verdadera salida como pareja. Y no entre los arbustos del patio trasero.

Atravesé la entrada, para luego abrir la gran puerta principal. Nadie se encontraba allí, por lo que salí inspeccionando si no era algun bromista. Ya que no tendría tiempo alguno para correr a la reja de entrada, no había señal de movimiento alguno. Cerré la puerta hambriento para luego dirigirme a la cocina.

Sentí un movimiento provenir del pasillo. Me detuve abruptamente guiando mi atención allí, logrando captar una sombra oscura correr en dirección a las habitaciones de servicio. La alerta cayó sobre mi cuerpo. Pensé en llamar a la policía,  pero había dejado mi celular arriba y el teléfono mas cercano se encontraba en la sala de estar, el cual se estaba a oscuras al igual que toda la casa. Con cautela, me dirigí en busca de la sombra. Me sentía como en aquellas películas de terror en las que con desesperación le gritabas al personaje que no entrará a la habitación. Asi de idiota, admito.

Al llegar al pasillo, me quede quieto en el lugar. Frente a la puerta del jardín, se encontraba alguien. O mejor dicho, un animal. De cuatro patas, pelaje a montos y un gran hocico. Se me pusieron los pelos de punta al ver como mostraba sus dientes de manera amenazante. Sin mas, comencé a correr lejos de allí y no tarde mucho en escuchar los pasos del lobo persiguiendome.

- ¡Houston! - Grite con voz irreconocible.

Entre a la sala de estar derrapando. Me golpeé la cabeza contra la pared con fuerza, pero eso no me detuvo. Salte sobre el sofá mientras los gruñidos del feroz lobo resonaban por toda la casa. Su peludo cuerpo se asomó por la entrada de la habitación. Al verme apoyado cerca de la chimenea quedando acorralado, mostró mas sus dientes. Parecía estar riendose de mi.

- ¡Carajo!

El maldito demonio se giró para ver que Houston se encontraba detras de él. Saltó en dirección a mi amigo.

Sentí como la punta de mis dedos hacía contacto con algo, y sin pensarlo dos veces lo arrojé hacia el animal. Fue como si todo sucediera en cámara lenta. El atizador repentinamente prendido en llamas siendo arrojado por mi mano, atraviesa la habitación y da justo en el blanco. El lobo cae pesadamente sobre el suelo, sangrando. Y la casa se encuentra iluminada por una potente luz. O mejor dicho, por mí.

***

Holaa!! Como andan mis queridos lectores? Empezaron bien este nuevo año?

Yo mas que bien. Y vengo a contarles que The Wolves esta por terminar dentro de unos pocos capitulos. Estoy viendo entre si hacer una segunda temporada o no.

¿Ustedes la leerian?

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