Capítulo 24

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Me sentía perdido.  ¿Alguna vez has intentado caminar por un lugar que no conoces en casi una total oscuridad? A eso agrégale que estas en medio de un bosque siguiendo a una chica la cual te acabas de enterar que es mitad lobo. Desde lo sucedido con Emily, no le he tenido tal miedo a nada, ya que no considero que fuera posible algo peor a mis sentimientos en ese momento. Y ahora tampoco lo estaba, hace años no sentía el temor de perdida o muchas cosas en general. Claro, le tenía un pequeño miedo a mi padre ¿pero quién en este pueblo no lo atemorizaba un poco ese hombre?. Así que la palabra que me describiría en este mismo momento seria desconcertado, o perdido como he dicho antes.

Cada diez pasos tropezaba con alguna rama o roca, cosa que provocaba una corta risa por parte de Phoenix. Me sentía avergonzado por demostrar lo torpe que puedo llegar a ser, pero debo aclarar el hecho de que ella es medio animal por lo que por descontado seguro tiene mejor vista nocturna que yo. Además, lo desconocido nunca ha sido un problema para mi, ya que a lo largo de los años he encontrado grandes cosas dentro de este gran bosque y siempre he tenido la valentía, acompañada de determinación, para experimentar terrenos nuevos. Incluso una vez encontré una cascada en el interior del mismo, pero al parecer mi sentido de orientación no funciono del todo bien la segunda vez que intenté encontrarlo. Aunque sigo del todo seguro que el camino que había tomado era el correcto.

Hubo algo en aquel paisaje que me había encantado. No sabría decir si fue el agua que fluía por ella, la cual era de un color tan peculiar, o el verde a su alrededor, que con la luz del sol que se filtraba entre los árboles daba un reflejo dorado por todo el lugar. Quizás era el exquisito olor que emanaban las flores cercanas al río que parecía no tener fin, o también como el ruido de loas animales alrededor sonaba tan alegre y encantador. Fue como si hubiera encontrado el paraíso en la tierra. Realmente me entristeció el hecho de no haberlo visto una vez mas.

Tropecé nuevamente, cosa que logró que el recuerdo de ese escondido pedazo de cielo desapareciera de mi mente trayéndome a la realidad.

- ¿Puedo saber a caso donde vamos? - Pregunte momentáneamente irritado.

Escuché como Phoenix chasqueaba.

- Ya me has guiado una vez tu dentro del bosque, ahora es mi turno. - Dijo en tono divertido. - No seas impaciente. Las mejores cosas les llegan a aquellos que esperan, Dylan. - Sentenció sonando seria. - Además, yo no me he quejado en ningún momento esa noche mientras me hacías caminar como burra. -Terminó bromeando.

Una carcajada salió desde lo mas interno de mi pecho.

- Pero si te la has pasado haciéndome preguntas todo el maldito camino. - Expuse sin dejar de reír. - Debo agregar el hecho de que no tengo una vista nocturna espectacular ¿Sabes? - Aclaré con obviedad. - Dices que soy un ángel, pero creo que cada vez me siento mas humano. Uno que se esta volviendo loco, pero humano al fin y al cabo.

Phoenix se detuvo abruptamente, provocando que mi pecho se pegara a su espalda. Su cabello cosquilleo bajo mi nariz haciendo que esta me picara. A pesar de que fuera mas alta que Mia, no llegaba mas allá de mi nariz. Por lo que con mis ojos y haciendo un esfuerzo descomunal por poder visualizar las cosas a nuestro alrededor, observé sobre su cabeza atentamente. Podía sentir como respiraba lentamente, y de un momento a otro oprimió mi mano fuertemente. Entonces comprendí que algo estaba sucediendo. Su postura se tenso, así que abrí mi boca para hablar pero algo me detuvo.

Ella con tal rapidez que logro sorprenderme, se dio vuelta entre mis brazos y poso una de sus manos sobre mis labios.

- Shhh. - Chisto muy bajo. - Presta atención y escucha. - Indicó con la mirada perdida.

Sin rechistar, hice lo que ella dijo. Tranquilice mi respiración e intenté centrar mi atención en los ruidos a mi alrededor. Simplemente logre escuchar el roce de el viento contra la copa de los árboles, algún que otro ruido de grillos y el sonar de los ruidos. Pero sabía que eso no era a lo que ella se refería, había algo mas, una cosa que causaba tal conmoción en ella para que quisiera prestarle atención. El único problema era que no lograba captarlo.

The Wolves (WESTERWOOD #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora