Capítulo 17

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Me encontraba a punto de tener un gran ataque de nervios. Creo que lograría hacer un agujero en el suelo de mi habitación de tanto caminar en círculos.

¿La razón? Pues hace menos de dos horas, Mia me envió un mensaje diciéndome que Phoenix vendría con ella, ya que la castaña nos podría ayudar más en Historia, porque era su fuerte.

No me malinterpreten, no estoy actuando como un crío que se derrite por el simple hecho de ver a la niña que le gusta. Primero, ya he superado esa fase de niño enamoradizo; y segundo, no me gusta Phoenix. Solo es una chica que llama mi atención, no solo por ser sumamente atractiva, sino que desde su llegada mi mundo se ha puesto de cabeza.

El último encuentro que había tenido con ella fue en la fiesta de George, y era consciente de que ella me había visto detrás de los arbustos. Pero desde ese día, todo había tomado un giro mas drástico en mi vida. Mis sueños se volvían cada mes más reales y me ocasionaban daño. Así que me pregunta era ¿vendría simplemente como una buena amiga a explicarnos los temas del final de mañana?¿o era una escusa para poder aclarar las cosas conmigo? La verdad, deseaba que fuera la segunda opción, pero sería imposible hablar con Houston y Mia entre nosotros. 

Y hablando de roma, mi celular se ilumino mostrando una llamada entrante de Houston. Al tomar mi celular de el escritorio no puede evitar reír de la foto de contacto. Era una la cual le había tomado hace años ya, cuando él simplemente era un debilucho de catorce años con estilo punk. Mia decía que le recordaba a cuando esa banda australiana que le gusta eran pequeños.

- Hola, hermano-  Dijo Houst apenas descolgué la llamada.

- Hola, Houst ¿Qué sucede? - Pregunté al escuchar su tono de voz.

- Pues, no podre ir hoy. - Soltó un gruñido. - Mis padres me han obligado a cuidar al pequeño demonio que tienen por hijo nuestros vecinos. Ya que todos irán a la cena que se da en la escuela y no confían en el maldito de Quentin para que lo cuide. Al parecer tiene algo que ver con la última vez que quedo acargo y tuvieron que venir los bomberos.

Reí al recordar la llamada alarmada de Hoston hace un par de meses diciéndome que había un incendio cerca de su casa, y luego de salir corriendo cayó en cuenta de que era en la casa de su vecino y que había salido en ropa interior no muy favorecedora. Además de que tuvo la mala suerte que su vecina, la cual le gustaba en aquel momento, lo viera y se riera de él junto con su hermana.

- ¡No te rías! Es el día de hoy en que Valerie y Tam no dejan de burlarse de mí. - Gruño este, pero sabía que en el interior estaba divertido. Ya que esa noche no evito que Tam, la hermana de su enamorada, se acostaron una noche de borrachera.

Y si, damas y caballeros, Houston no era virgen.

- Ya, ya. - Terminé de reír lentamente y suspiro. - Vaya suerte hermano ¿entonces no vienes?

- No, para otro día será. - Hubo un silencio por unos segundos y sabía que Houston estaba pensando si decir las palabras que quería decir o no.

- Suéltalo.

- Bueno, eh. ¿Te ha sucedido algo más después de lo de anoche o...? - Dejo las palabras en el aire.

- No, Houst. No ha sucedido nada mas. - Y decidido solté la siguiente frase. - Oye, creo que deberías hablar con Mia, te has ido de las manos amigo.

Soltó un suspiro.

- Si, lo se. Fui un completo idiota, creo que ya me estas contagiando. - Rió sin ánimos. - Luego le escribiré.

Sonreí satisfecho.

- Bueno hermano, debo dejarte. - Dije escuchando el timbre. - Adiós. - Le corte sin dejarlo despedirse.

Baje las escaleras que se encontraban poco iluminadas. Mis padres se habían ido un rato antes de que anochezca a la reunión familiar de mi secundaria. Unos días antes de que llegaran las vacaciones de navidad, mi escuela organizaba una cena con padres para poder hablar sobre sus hijos y como se encontraban sus calificaciones. Así que en una simple noche, podían llegar a arruinarte las próximas dos semanas de libertad que teníamos. Tenía miedo de que le dirían a mis padres, ya que desde la llegada de Phoenix, no me he concentrado tanto en mis clases como debería. O como mi padre me exigía. Por eso era realmente importante para mí que esta noche prestara atención y no me fuera por las nubes pensando en Phoenix.

Pero al abrir la puerta, supe que eso me seria imposible.

- Hola. - Saludó tímidamente ella. Se encontraba aquí, frente a mí. Con su pequeña nariz roja por el frío y sola. 

Sin Mia.


The Wolves (WESTERWOOD #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora