Capítulo 7

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Algo húmedo sobre mi frente provoco que todos mis sentidos se activaran alejándome de mi inconsciencia. Instantáneamente intente abrir mis ojos cuidadosamente pero la luz proveniente de un lugar desconocido me cegó provocando que los cerrara fuertemente.

-Dylan ¿Estas despierto? - Reconozco la voz de mi madre hablándome en susurros.

Trate de contestarle pero lo único que pudieron producir mis secos labios fue un gruñido.

-Lo tomare como un si. - Dijo ella en un pequeño tono divertido.

Nuevamente intente abrir mis ojos y cuidadosamente logre hacerlo. Lo primero que logre ver, fue a mi madre sentada junto a mi observándome cariñosamente. Sentía como si mi cuerpo pesara mil toneladas y mi cabeza ser golpeada por un martillo.

-¿Que sucedió? - Logre decir en voz ronca.

Frunció el ceño.

-¿No recuerdas nada, cariño? - Preguntó ella confundida.

-No... - Lentamente me incorpore sentándome en la cama sintiendo mi cuerpo arder de dolor. - Solo... recuerdo a Phoenix junto a mí caminado por el bosque... Y luego escuche una voz... - Me detuve recordando poco a poco lo sucedido, y un escalofrío me recorrió completamente cuando los gritos se reproducieron dentro de mi cabeza.- Sonaba igual que Emily y yo solo salí corriendo. Y luego... luego yo... - Fruncí los labios. Sentía como la frustración afloraba dentro de mi - Luego de allí no recuerdo mas. - Termine, rendido.

Aparte mi vista de mis manos para enfocarme en madre la cual dio un suspiro.Era como si mi mente momentáneamente es pusiera en blanco, bloqueando partes de la noche anterior.

-¿Como pretendes acordarte, hijo? Te diste un buen golpe en la cabeza. - Hizo un ademan hacia mi frente. - Phoenix llamo a su tía anoche angustiada. - Contó ella mientras mojaba un pequeño pañuelo en un bote con agua. Me sorprendí levente al ver el pequeño pedazo de tela manchada de rojo, lo que me dio a entender que tenia sangre seca en mi cara. Y era una razonable explicación para sentirme como si un bate de béisbol me hubiera dado en la cabeza. - Dijo que habías salido corriendo como si el mismo diablo te persiguiera... - Puso el pañuelo cuidadosamente sobre la esquina de mi labio provocando queme quejara por el dolor. - Tienes el labio roto. - Aclaro ella para luego seguir: - Te siguió lo mas que pudo hasta que te encontró tirado en el suelo, dijo que estabas inconsciente y gravemente herido.Así que apenas nos contó su tía, la cual seguía con nosotros, fuimos rápidamente con el auto. Me sorprendió lo fuerte que fue esa muchacha para llevarte a las afueras del bosque, debo aclarar. - Su voz sonó algo sorprendida. - Pero nada, luego de allí te trajimos a casa y te curamos las heridas. Solo tienes un moretón en la frente, las mejillas un poco heridas por las ramas y el labio roto. Phoenix solo ha exagerado un poco. - Mencionó. - ¡Oh! Me olvidaba que también tienes hematomas pequeños por el torso. - Se levanto de la silla.Frunció los labios para observarme tristemente. - Tu padre no esta nada feliz con esto, Dylan. Ha dicho que no te demos analgésicos para el dolor, así aprendes de tu desobediencia. Lo siento, cariño. -Besó mi frente reconfortandome. - Intenta darte una ducha ¿si?

Dicho eso camino hacia la puerta de mi cuarto y me dejo solo.

No iba a decir que mi padre era un maldito. Ya desde pequeño me hacía cosas como estas. Según él, un hombre de corazón aguantaría hasta el propio huracán Katrina. Pero también esto lo usaba como castigos para mí. Si me caía y él me había dicho que no corriera, no dejaba que me limpie la herida y ponga hielo. Si me metía en una pelea,cosa que según él es lo más baja clase que puede haber, debía superar el dolor y curarme por si mismo. Eso llevo a que en muchas ocasiones mi adre tuviera que llevarme al hospital por infecciones, y cuando los doctores la miraban mal a notar mis heridas, ella simplemente los ignoraba, por mas difícil que fuera para ella.

Con Emily, mi padre tenía cierta debilidad. A pesar de que todo el tiempo le repetía que debía ser una niña educada y limpia, le daba cierto cariño que a mi nunca me dio. Le traía chocolates una vez ala semana, o algún juguete o simplemente le leía un cuento. Incluso,la dejaba dormir con una pequeña luz prendida. Cosa que a mi nunca me permitió de chico, decía que tenerle miedo a la oscuridad era algo estúpido. Por lo tanto, a lo largo de mi vida siempre he sido mas apegado con mi madre, la cual era la única fuente de afecto que tuve en toda mi niñez.

Luego de la desaparición de Emily, él me ha dado toda la culpa respecto a eso. En cada momento que puede, me repite lo irresponsable que fui.Un niño idiota. Estúpido. Y que por mi culpa nuestra familia estaba cayéndose abajo. Creo que era sencillo para él pensar igual que lo que medio pueblo opinaba, e incluso decir cosas mas hirientes que todos los demás.

Quizás tenía razón, todas sus palabras siempre me habían hecho quedar reflexionando de si todo lo que estaba viviendo lo merecía. Mi madre decía que no era así, que era un joven bueno y educado, y que sabia muy dentro de sí que encontraríamos a Emily. Con el paso de los años ese brillo de esperanza que tenían sus ojos fue desapareciendo, siendo suplantados por el dolor. Pero yo sigo sin rendirme, porque algo dentro de mi dice que la encontrare y volveremos a ser una familia. Incluso que podríamos mejorar. La volvería a ver sonreír,jugar.

El sabor salado llego a mis labios antes de que cayera en cuenta de queme encontraba llorando. Rápidamente puse mis manos sobre estas y las limpie para luego decidir que era momento de darme una larga y relajante ducha. Lentamente, me incorporé dando quejidos de dolor y me dirigí hacia el baño de mi habitación, tomando antes ropa limpia.

No puede evitar pensar el hecho de que mi padre creyera que merecía sufrir este dolor por mi propia estupidez. Era triste el como tu propio padre pensara que eras un maldito monstruo que merece todo lo malo que le sucede. Y que unas simples heridas, es lo mínimo que te mereces. Ya desde temprana edad me había dado cuenta que no era piadoso, y ahora puedo dar por asegurado, que eso nunca cambiará.

Al entrar a el baño de mi habitación solté un suspiro de cansancio y la ansiedad me invadió al caer en cuenta que no sabía que hora del día era o cuanto tiempo estuve inconsciente. Deje mi ropa a un lado,anotando mentalmente que apenas saliera me fijaría la hora en mi celular, y con cuidado me saque mi sucia camiseta dejando mi torso desnudo frente al espejo. Mi boca se abrió levemente al notar los pequeños hematomas y rasguños que mi madre había dicho que tenia.Fije la atención en mi cara examinándola lentamente contando los daños: se encontraba desastrosa, mi labio inferior hinchado, mi frente estaba decorada con una mancha morada al igual que mi pómulo.Volví a mirar mi torso, la mayor parte de el estaba rojo y manchado de sangre seca. Era intolerable para cualquiera que lo viera, así que sin mas me quité rápidamente todo lo que faltaba y prendí la ducha regulando el agua para luego meterme en ella. Tome la barra de jabón pasándolo por mi cuerpo, limpiando todo la suciedad y vi como en el desaguadero caía una mezcla de tierra y sangre.

Derrepente, mi vista se nublo hasta tal punto que no puede ver nada que se encontrara a mi alrededor e imágenes reemplazaron todo el entorno para pasar rápidamente frente a mi.

Sangre. Tierra.  Árbol. Un cuerpo colgado con una soga desde el cuello. Una niña con un vestido blanco y un alma sin vida. Un pequeño grupo de lobos caminando en círculos alrededor de ella. Golpes al cuerpo colgado y rasguños. Aullidos hacia el cielo desolado. Uno de ellos me observa. Se acerca a mí mostrando sus filosos y rojos colmillos manchados de sangre. Salta hacía mi. Todo se vuelve negro y lo único que se escucha son golpes. Golpe. Golpe. Y mas.

Me apoye abruptamente en una de las paredes de la ducha, dejando que el jabón cayera de mis manos. Lleve las mismas a mi cabeza y le empecé a dar pequeños tirones a mi cabello ignorando las punzadas de dolor. Sentí como volvía a ser yo mismo, como si mi alma volviera a mi.

Me comenzó a arder el pecho y caí en cuenta que me encontraba conteniendo el aire. Comencé a respirar con grandes bocanadas,sintiendo bienvenidas las gotas que caían sobre mí logrando que poco a poco reaccionara. Miles de preguntas se empezaron a formularen mi cabeza pero ninguna con alguna respuesta concreta. No entendí,ni comprendía el significado de aquellas imágenes. Parecían recuerdos, pero ninguno concordaba con ninguno de los míos, sentía como si fueran la respuesta de aquellos espacios en blanco de mi cabeza. Pero era imposible, porque a simple vista se notaba como sacados de una película de terror.

Entonces caí en cuenta. Necesitaba respuestas. Y solo una persona podía dármelas.




The Wolves (WESTERWOOD #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora