Después De Ti (Pausada)

-La Elegancia de un Gato-

Capitulo 1.

Estaba sentada bajo la sombra de un solitario pero muy hermoso árbol en un rincón de mi escuela, estaba leyendo mi libro favorito "La insoportable levedad del ser" Cuando de repente una pelota, que se aproximaba me golpeo la cabeza.

-Joder-Susurré tomando la pelota entre una de mis manos y con la otra sobando el golpe.
-¡Oye lo siento! ¿Estás bien? - Dijo un chico arrodillándose frente a mi.
-¡Ten más cuidado!- Casi grite mirándolo a los ojos.
-Oye en serio lo siento, discúlpame.- dijo el acercándose a mi y tocando sobre el golpe.
-¡Ah, duele!- me queje volteando mi rostro.
-Está inflamado mejor te llevo a la enfermería.- dijo tomando mi mochila y levantándose.
-¡Oye no! Estoy bien no hace falta, déjalo así.- me puse de pié y le arrebate mi bolso de las manos y lance su pelota al suelo. Luego me fui del lugar sin dirigirle la mirada.

Caminé por el Campus y me senté en una de las gradas, estaba muy mareada, bueno, como no estarlo después de todo eran las tres de la tarde y no había comido nada en todo el día.
-¡Bo!- mi amiga Abby se aproximaba gritando mi nombre.- ¡Mujer! ¡Te he buscado por todos lados!-Habló en un tono que parecía demostrar enojo.
-Sólo estaba por ahí- Le respondí con un tono muy cortante.
-Ten, te traje té.- Me extendió un termo negro con mi té favorito: Rosa de Jamaica.
- Realmente adoro éste té Abby, te lo agradezco.- lo recibí.
-Bo, ¿qué te pasó en la frente?- exageró una mueca de asombro.
-¿Se ve tan mal?- cubrí el golpe con mi mano.
-¿Qué si se ve mal? ¡Se ve terrible!-
-¡ay no!-cubrí mi boca con la mano libre.
-¿Quién te hizo eso?- hablo con el tono de una madre sobre protectora.
-Nadie no importa.
-¿Qué no importa? ¡Lo haré pagar!-dijo revisando su mochila.
-No seas tonta Abbygail, sólo es un golpe, fue un error.
-Nada es un error. Espérate, no es nada que mis habilidades para el maquillaje no arregle- saco su bolsa de maquillaje y puso un poco de base sobre la palma de su mano.
-¡Oye no me toques! No quiero que me pongas de eso.- me levanté y caminé hacia atrás para alejarme de Abby.
-Ven sólo un poco- sé acercó con las manos extendidas.
-¡No!- empuje sus brazos hacia arriba e hice que ella pusiera su mano en su cara esparciendo la base por su boca y parte de su mentón.
-¡JAJAJAJAJA!- me reí con fuerza mientras ésta me miraba. Comenzó a reír conmigo y trato de quitarse la mancha.
-Serás tonta Bo- sé reía a carcajadas.- después no digas que no te ayudé.
- Jaja, ¡Oye espera!-dije tomándola del brazo y parando la risa.
-¿Qué pasa?- dice con una mirada preocupada.
-¿Tienes mi libro?
-¿Qué libro? No he visto ningún libro.- Negó con la cabeza
-¡Joder le he dejado mi libro a ese tonto!-comencé a correr a el árbol donde estaba antes, Abby corría detrás de mi con mi mochila gritando. Al llegar no había nadie, tampoco estaba mi libro.
-¡Mierda!- susurré. Sonó el timbre de la escuela y caminé apresurada hacia la entrada.
-¡Bo, oye!- dijo Abby tomándome del hombro.
-¿Qué pasa?- respondí con la voz quebrada.
-¿Vas a llorar? Oye linda era sólo un libro-
-No, no era sólo un libro, era mi libro favorito, era MI libro.- Entré a mi aula donde ya todos estaban sentados y solo quedaban los puestos de atrás.
-Bo, luego lo buscamos.

Nos sentamos juntas, Abby trataba de consolarme y yo sólo saqué un cuaderno de hojas blancas donde me dedicaba a dibujar, dibujaba bien, y mi don es dibujar. Así que sólo me concentre en eso mientras Abby trataba de convencerme en comprar otro libro.

Lo que ella no entendía era que ese libro no era cualquier libro. Ese libro era mi libro favorito, era un libro especial. Y no cualquier libro. No importa si es el mismo volúmen, si es la misma edición. Era un libro únicamente especial.

El maestro guía entró al salón y dijo que no tendríamos matemática (la clase que justo ahora deberíamos tener) pero que no podíamos retirarnos ni salir del salón hasta el receso. Todos se quejaron y otros se reunieron en grupos a conversar o a planear como escaparse, cosa que por supuesto nunca hacían, y me parecía realmente tonto planear algo que jamás sucedería.