1. SUEÑOS

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*Sueño*
Estoy en un lugar extraño, corazones... corazones latiendo... es lo único que escucho, escucho una respiración detrás de mí... Volteo, veo un chico alto, no veo su rostro, está tapado con una sudadera, escucho un susurro de su parte diciendo "Tú decides con quien ir".
Desde el fondo de ese lugar un destello se hace presente y cega mi vista por unos momentos, cierro los ojos por instinto y se abren de nuevo, todo se aclara, veo el sol, otro sueño comienza, voy camino a un lugar que he visto antes, voy a la oficina de mi padre, no sé porque voy allí, entro y veo sangre, siento como mi pulso se acelera, volteo hacia el lugar de donde proviene el rastro de sangre, ahora se de donde provenía el sonido de antes, veo corazones en cápsulas, todos siguen latiendo, hay unos 10 cuerpos de personas que quiero, mis padres, mis amigos, y mi novio, todos están ahí, muertos. Siento un hueco en mi corazón, veo que yo también tengo un gran agujero, como si alguien hubiera sacado mi corazón con su mano, pero parecían más garras que una mano normal.
Volteo a los corazones, uno más se añade, es el mío, un corazón diferente, más rojo que los otros, va muy rápido...
*Fin del sueño*
Despierto exaltada, noto que estoy sudando y mi corazón va a mil por minuto.
—Hija, ya despertaste, baja a desayunar— dijo mi madre, mientras me acariciaba la mejilla.
Me levante y fui a bañarme, me cambie y me puse una sudadera con una calavera bordada con rosas, un short negro rasgado, botas converse hasta la rodilla y unas medias con estampado de rosas.
Me maquille y baje a desayunar, al bajar note algo diferente al ambiente de todas las mañanas, se sentía un poco de tensión. Sobre todo en la actitud de mi madre ya que tenía los ojos llorosos.
—¿Qué pasa mamá? — pregunte viéndola a los ojos, note que se le pusieron vidriosos, algo estaba mal, su mirada me lo decía.
—Nada hija, no te preocupes, apúrate que se te hace tarde— se me hizo extraño que responda esto, normalmente me responde lo que pregunto.
Acabe mi desayuno, y subí a mi cuarto por mi mochila, y mi skateboard.
—Bye Madre, te quiero— me despedí de mi mamá y salí de casa.
Estoy un poco preocupada, no es normal ver llorar a mi madre, ni cuando discute con mi padre llora, tratare de saber las razones cuando llegue a casa.
Recuerdo el sueño que tuve hoy, fue muy extraño, el chico que me dijo "Tú decides con quien ir", no le vi sentido a sus palabras, pero puedo jurar que alguna vez he oído su voz, y los corazones latiendo, mis amigos con el hueco en el corazón, me causa un escalofrío recordarlo.
Sigo mi camino por el que voy, saludo a algunas personas que conozco mientras voy en mi Skate.
Llego a la escuela y como siempre, la mayoría ya ha llegado, las fresas corriendo al baño para poder llenarse su rostro con maquillaje, los antisociales jugando en las esquinas de la escuela, los populares con sus grupies siguiendolos a todas partes, ya saben lo cliché.
Decido dejar de observar personas y voy a mi casillero, hay una nota pegada en la puerta. 
"Tú decides con quien ir, tú decides que vida vivir, tú decides si seguir sufriendo o cambiar todo" veo otra vez al chico de la chamarra, esta vez lo veo pasando fuera de la escuela, se queda viendo hacia mi, y me pierdo en su mirada, sus ojos azules, me hipnotizan. Un grito de una voz muy conocida me distrae y alegra mi día.
—¡¡(Tn)____!! — veo a mi mejor amiga Elizabeth correr hacia mi.
—¡¡Elizabeth!! — corro hacia ella y nos abrazamos.
—Tanto tiempo sin verte, me hace daño, te tengo que contar muchas cosas.
— Jaja, solo fue un fin de semana, no es mucho, vamos allá y me cuentas todo, yo también tengo cosas que contarte.
Caminamos a un salón abandonado, es nuestro lugar "secreto", desde que nadie se atreve a entrar ahí pasamos tiempo ahí, estudiando, saltandonos las clases, huyendo de los prefectos que van en nuestra búsqueda por las pequeñas bromas que hacemos; nadie entra ahí porque el año pasado un ex-alumno se suicido en ese salón.
—Cuenta tú primero— dije mientras me sentaba en una silla y aventaba mi mochila al otro lado del aula.
—Bien, mis padres me dijeron que me dejaran ir a un concierto y que si quieres tú también puedes ir.
—Tal vez, ¿de quien es el concierto? — pregunte curiosa rayando la banca en la que estaba.
—¡Black Veil Brides! ,— grito emocionada rompiendo la paz interior que llevaba por el silencio y su tenue voz,el problema del concierto es que a mí solo me gustan unas 5 canciones— es esta noche, en el auditorio que está por tu casa, mi papá consiguió dos boletos...
—Esta bien, iré contigo. — no estoy muy convencida de ir, pues no sé mucho sobre esa banda, pero Elizabeth esta obsesionada y no la quiero dejar sola,nuestra promesa es estar juntas ante todo y todos.
Seguimos hablando y le conté todo lo que soñé, sobre la nota y sobre mi madre llorando.
— Es raro lo que te pasó, aunque a veces dicen que sueñas con las personas que conocerás en el futuro — dijo Elizabeth mientras hacía una tarea.
—Lo sé, espero poder conocer a aquel chico — dije recordando su mirada, su mirada fría y a la vez cálida.
(...)
Llevamos aquí las primeras 3 horas de clase, como ni si quiera los prefectos se atreven a entrar a esta aula perdemos clases aquí, siempre que nos aburre la escuela o cuando simplemente no tenemos ganas de hacer nada.
—¿Entramos a la otra clase? O ¿nos quedamos aquí hasta que sea el descanso? — pregunto Elizabeth
—¿Qué clase nos toca?
—Historia — la mire con cara de ¿en serio preguntas si quiero entrar a esa clase? — bueno, no y ya, quedémonos aquí.
—Prefiero eso, a estar 1 hora escuchando al profesor hablando de cosas que no sean necesarias, bueno dudo que alguna vez en la vida alguien llegue y me pregunté "¿en qué año sucedió él guerra francesa?"...
—Jajaja, cierto. —dijo Elizabeth riendo. — ¿qué podemos hacer?
— Mmm.... ¡Tengo una idea! — siempre en la cuarta hora los prefectos se van a desayunar, y nosotras hacemos alguna bromas cuando nos saltamos esta hora de clase. Tengo que admitir que es muy divertido hacer que se enojen esos viejos amargados. 
— ¿Cuál?
— Meter algunas arañas en algunos lockers — dije riendo, pues tenemos 2 tarántulas de mascota en este salón, y tuvieron crías hace un tiempo.
— Me gusta tu idea, y pues tengo una lista de los dueños de los casilleros— dijo Elizabeth maliciosamente.
—Esto será lo más épico y lo mejor del mes— cada mes hacemos algo con que divertirnos más que con las otras bromas es como la "Gran broma" 
Agarramos unas 20 crías de tarántula, espero que quepan por los hoyos que tienen los casilleros, pues no están tan pequeñas.

Viviendo con los Biersack (PAUSADA Y EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora