La llamada

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Era domingo por la mañana Eadlyn no tenía ganas de levantarse, no tenía que ir a dar clases en la academia y tampoco tenía ensayo en la obra así que pensó que su día sería tranquilo en pijama y viendo películas todo el día con su mejor amiga. Su celular empezó a sonar dio un pequeño gruñido e ignoro el ringtone de su teléfono pero quien llamaba era muy insistente porque aunque había ignorado dos veces la llamada el teléfono no paraba de sonar. Se levanto maldiciendo y tomó el aparato en sus manos para ver quién llamaba, frunció el ceño al ver que era un número desconocido y pensó por unos segundos antes de contestar.
Tom estaba molesto ¿Por qué demonios no contestaba? Empezaba a maldecir cuando escucho la voz de la chica del otro lado de la línea entonces sonrío de lado entre tierno y pícaro. 
-Hola, ¿Quien es?- pregunto la mujer que últimamente le causaba tantos insomnios.
-Hola, Eadlyn, es Tom ¿Cómo amaneciste?- hablo tranquilo sin dejar de sonreír aunque se sentía un poco molesto. No recibió respuesta hasta varios segundos después y eso empezaba a ponerlo nervioso.
-¿Cómo es que tienes mi número Tom?- se escuchaba nerviosa y asustada.
-Ah, eso... Bueno pues verás tengo algunos contactos y pude conseguir tu numero, espero que no te moleste- Tom se sentía como un acosador y ni él mismo sabía cómo es que había llegado a tanto.
-Tom, ¿Sí sabes que esto es acoso? Creo que voy a demandarte- Eadlyn ya empezaba a asustarse demasiado el chico ya estaba yendo muy lejos.
-Sí, ya sé que está mal que te haya investigado, pero necesitaba escuchar tu voz y hablar contigo... Estoy un poco molesto por lo que pasó anoche. Me dejaste con las ganas- la voz del guitarrista había pasado de ser dulce y tierna a una molesta y sería.
-Tom, no creo que eso te de derecho a investigar mi numero y tampoco tienes derecho de reclamarme nada, no puedes obligarme a hacer algo que no quiero- Eadlyn trataba de que su voz sonara segura pero por dentro ella estaba temblando por los nervios. Escuchar su voz tan varonil hacía que se derritiera como mantequilla.
-Tampoco tenías derecho a provocarme y dejarme así, ¿No crees?- Tom sentía que se estaba pasando, le estaba reclamando como si fuera su mujer y la verdad es que no lo era, pero él se sentía su dueño.
-Tom, no eres mi dueño, no tienes derecho a hablarme así- empezaba realmente a molestarse por la actitud posesiva del peli negro.
-Ya se, sé que no soy tu dueño... Pero quiero llegar a serlo, quiero que seas mía y yo quiero ser solo tuyo- Tom dijo eso casi en un susurro y con una voz tan suave que Eadlyn quiso suspirar en ese momento.
Eadlyn en ese momento sintió una presión en su pecho, las palabras del guitarrista le habían llegado al corazón y sentía que debía ser honesta con él, debía decirle la verdad.
-Tom, escucha, hay algo que quiero decirte yo...- No pudo terminar de decir lo que tenía que decirle al hombre que estaba del otro lado de la línea porque el grito que soltó Kate sonó tan aterrador que tuvo miedo que su amiga estuviera siendo brutalmente violada por cinco hombres a la vez.
-Debo irme, hablamos después, adiós.- Colgó el teléfono móvil y salió corriendo hasta a donde estaba su amiga, quien se encontraba en la cocina asustada y tratando de calmar el fuego
-¡Kate! ¿Qué hiciste?- preguntó mientas llegaba a ayudar a su amiga a apagar el fuego del microondas.
-Yo..yo solo quería poner a calentar una de esas sopas instantáneas- Dijo Kate, con la voz entre cortada y casi a punto de llorar después de que ya habían logrado apagar el fuego.
-¿Y cómo es que le prendiste fuego al microondas?- Eadlyn la miraba sería con las manos en su cintura, una ceja levantada y con un gesto de querer ahorcar a su amiga.
-No sabía que para cocinar esas sopas tenias que quitarles el papel plástico y ponerles agua- Kate trató de sonreír haciendo un puchero tratando de calmar la furia de su amiga.
-Esta bien, ya no importa, mañana veremos cómo arreglamos esto- dijo Eadlyn mientras caminaba a la sala y se dejaba caer en el sofá.
-Tom acaba de llamar a mi celular- dijo de repente sin darle muchas vueltas al asunto, solo lo dejo salir como fuera.
-¿Qué? Oh por dios, ¡tienes que decirme todo! ¿Qué te dijo? ¿Te ama? ¿Cuándo se casan?- Mientras decía eso caminaba a paso rápido a la sala y se dejó caer en el sofá como su amiga lo había hecho antes- ¡Ay! Lynn, esto es tan romántico- suspiro y se quedó mirando al techo imaginando la boda de su amiga como una de esas de princesas.
-Me dijo que quiere que yo sea suya y que él sea mío- las palabras apenas y le salían estaba como en shock porque recién estaba entendiendo lo que Tom le había dicho.
-¡Te ama! No me vas a decir que tú no sientes nada por él ¿Cierto?- Kate la miraba con los ojos entre cerrados.
-Kate, es lo malo ¡Estoy si entiendo cosas por él que hace mucho no sentía por nadie!- se tapó el rostro con las manos estaba sonrojada y se sentía frustrada por admitir que le gustaba el guitarrista.
-Kate... ¿Crees que debería decirle...-
-¡Que te encanta! Deberías decirle que te encanta y que también quieres ser suya- Eadlyn miro a su amiga tratando de encontrar un poco de broma en sus palabras pero no, Kate nunca había hablado tan enserio.

Tom Kaulitz (instagram)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora