Capítulo 10: Un oscuro sótano.

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¿Enrique y Patricia en el palacio? ¿Orden de quién y por qué? Alicia no es la típica chica que cuando ve a alguien que tenía tiempo de no ver, sale corriendo cual loca y lo abraza... lamentablemente su hermanastra si lo es.

- ¡Alicia! - Dijo Patricia... perdón, grito Patricia, mientras corría en dirección a su hermanastra. - ¿Dónde diablos te habías metido?
- Suél-ta-me... deja... de... abrazarme... - Decía Alicia mientras intentaba soltarse del abrazo.
- Hola, Alicia... - Dijo en una forma casi melancólica, Enrique.
- Hola... - Dijo cuando finalmente pudo soltarse del abrazo.
- ¿Son ellos tus amigos? - Pregunto el incrédulo príncipe de Francia.
- Digamos... - Respondió Alicia.
- Supongo que eso es un sí. - Dijo Alexander. - No es necesario que me presentes con tus amigos.
- Como si lo hubiera hecho... Alicia nunca presenta a sus amigos. - Dijo Patricia.
- ¿Dónde dejaste lo histérica en estos momentos, Patricia? - Le dijo Enrique en una forma... ¿Amenazante?
- Bueno... en lo que estaba. - Continuo Alexander. - Mi nombre es Alexander D'Antuan, soy el...
- Príncipe de París... - Dijo Enrique.
- Exactamente. Me gustaría saber sus nombres.
- Enrique...
- ¡Yo soy Patricia Curie! - Dijo, casi gritándole en el oído, a Alexander.
- ¿Y tú no tienes apellido, chico? - Pregunto Alexander.
- Preguntaste mi nombre... no mi apellido.
- Entonces, chico ¿Cuál es tu apellido?
- ¿Y si no quiero decírtelo?
- ¡Enrique! - Le dijo Patricia. - Si él no quiere, te lo diré yo. Es algo como... Chivanlle... Chevrolet... Chinve... ¡No lo recuerdo!
¿Chevalier? - Dijo el príncipe.
- ¡Ese! ¡Es ese apellido! ¡Como la...! - Dijo Patricia, antes de que Alicia le tapará la boca para que no dijera nada estúpido.
- Bueno... - Dijo Alexander. - Un gusto conocerlos. Ya que están acá, los invito a ustedes a que cenen con nosotros. Dos platos más no nos dejarán pobres.
- Así fueran mil platos más, no se quedarían pobres... idiota. - Dijo Enrique, en voz baja.
- Te oí... y es cierto. - Dijo Alicia, en voz baja.

Los miles de sirvientes, según Patricia, que en realidad era solo seis, empezaron a servir los alimentos en una mesa tan grande como la limusina en que habían llegado a la "acogedora casita" de Alexander. Quizás Alexander y su familia alguna vez habían oído, o inclusive, viajado por medio de la agencia de viajes Chevalier, pero no lo relacionaban con Enrique en ningún momento. Enrique parecía molesto con todos... aunque por todos me refiero a Alicia y Alexander. Enrique prefirió ir a sentarse a uno de los tantos sofás que tenía ese lugar, ser recostó un poco y cerró los ojos. De pronto sintió que alguien se sentaba a su lado, sin embargo no le dio mayor importancia.

- ¿Tú estás enojado o siempre te ves así? - Pregunto Isa, la hermana de Alexander. - ¿O estás "celoso" de mi hermano?
- ¿Celoso? ¿Por qué razón tendría que estarlo?
- Yo solo preguntaba... no sé si tengas alguna razón.
- Por favor... no preguntes estupideces.
- Está bien... ¿Y qué te puedo preguntar?
- No sé... ¿Mi nombre? Así como la gente normal... ¿O es que no tienes ni las costumbres de la gente normal?
- ¿Para qué preguntaría algo que ya se? Usa la lógica, querido "Quique".
- ¿Cómo me dijiste? - Pregunto confundido.
- Quique... ¿O eres lleno de formalismos como mi hermano Alex?
- Pensé... que eras como ellos...
- Pues no lo soy, chico. - Dijo ella. - Mi nombre es Isabel... pero dime Isa.
- Un gusto conocer a un rico que actúa normal.

Isa solo río por aquel comentario. Tal parece que Enrique se puso de un mejor ánimo por esa pequeña charla que tuvieron juntos.

- Oye... Enrique... ¿Dónde está tu baño? - Pregunto Alicia.
- Si quieres te acompaño para que no te pierdas.
- Puedo ir sola... solo dime por dónde ir.
- Pero... no quiero que te pierdas...
- Que puedo sola.
- ¿Y si te acompaña Julieth... o Isa?
- ¿Cuántas veces te lo repito?
- Está bien... - Dijo resignándose. - Ve a la derecha. Por el pasillo en el que entramos. Luego ve hacia arriba, por el pasillo con fotografías pequeñas y termina a mano izquierda, en la cuarta puerta.
- Gracias.

Si bien Alicia no había entendido pero ni un poco de la explicación, Alicia solo quería salir de esa incomoda Sala Principal del Palacio de su nuevo "amigo", el Príncipe de París. Camino por pasillos y pasillos... y más pasillos, entró por una... por tres... por siete puertas. Y así... Alicia se perdió en el pequeño y acogedor Palacio D'Antuan, hasta llegar a lo que parecía un sótano.

"¿Qué clase de lugar es este?", se preguntó Alicia. Bajo las escaleras que se encontraban en ese lugar. A pesar de la oscuridad del lugar, la poca luz que entraba de las ventanas que estaban en ese lugar, fue suficiente como para ver las cajas que se hallaban en ese lugar. Algunas cajas cubiertas con manteles blancos, otras cerradas y otras, medio cubiertas por otras cajas. Una de ellas llamo particularmente la atención de Alicia... una de la cual salía un reflejo de la luz. En esta había un espejo con adornos dorados... había.

*22 de Febrero de 2012, París, Francia. 09:32 a.m.*

- ¿Han visto a Alicia? - Pregunto Enrique.
- Me dijo que iba al baño... - Respondió Alexander.
- ¡Y la dejaste ir sola en lugar que apenas conoce! ¡Si serás idiota!
Mientras al padre y a la madre de Alexander, les daba algo por "tremendo" insulto que le había plantado Enrique a su hijo, Alexander perdía un poco la serenidad, y su hermana solo se reía.
- ¡Ella no me permitió que la acompañaran! Ella quiso ir sola.
- ¡Hubieras insistido!
- ¡A una dama no se le obliga!
- ¡Jajajajajajaja! ¡Una dama! ¡Buena esa! - Dijo Patricia.

Enrique y Alexander, con cara de pocos amigos por la carcajeada de Patricia, se vieron cara a cara, como en un tipo de duelo.

- ¿Por qué te ríes? - Pregunto Isa, sonriendo.
- Es que odia que la traten como una dama. - Dijo Patricia.
- Pero fuera de todo... en realidad ya tardo demasiado. Se fue hace como media hora. No debió ir sola.
- Hubiera sido buena idea acompañarla... sería una lástima que la Reina del Hielo prefiera estar sola e ir sola todas partes.

¿Dónde diablos estaba Alicia? ¿Por qué no regresaba al lugar o gritaba por ayuda? Será... porque no estaba más en ese gran palacio. "

El Espejo mágico de París.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora