ATENCION! YO LES DIRE CUANDO ES EL MOMENTO INDICADO PARA LA CANCION!
Martes...
Al llegar de la universidad me sentía cansada y caminaba arrastrando los pies, pero no porque haya sido un día muy agotador, sino porque tenía que preparar la ropa de Harry y entregársela ese mismo día.
Como Aiden aún no llegaba, decidí poner música alta y concentrarme más en las canciones de Lana Del Rey que en la ropa de Harry.
Mientras tarareaba las canciones y doblaba sus remeras, inconscientemente sonreí al recordar cuando encontraba o él mismo guardaba su ropa junto a la mía.
Meti todo en la mochila, vi como una lágrima caía justo en su remera azul marino, amaba como quedaba en Harry, hacían resaltar sus ojos. Suspire y abrí el cajón donde guardaba mi ropa interior, divise dos bóxers y tres pares de medias de él.
"Wow, realmente se había instalado en mi departamento"
Volví a sonreír, pero con mas tristeza.
Cuando creí haber terminado, sentía que mi corazón estaba a punto de explotar por lo rápido que latía, mi pecho me dolía y mis manos templaban."No, no y no, Lia."
Suspire pesadamente y camine sin ganas hasta mi mesita, busque la pequeña cajita y saque ese maldito objeto filoso. Me repetía una y mil veces que no debía hacerlo... Pero el ardor en mis muñecas, pidiéndome que lo haga, el dolor en mi pecho insoportable y mis pensamientos suicidas, controlaban mi cuerpo.
Corrí a la ducha, abrí el grifo y me senté en el piso, me quite la bandana color purpura de mi muñeca y mire atenta la única cicatriz que tenia en ésta. Sin pensarlo tracé lineas irregulares, no tan profundas. La sangre comienza a brotar, suelto un suspiro de alivio y caen pequeñas gotas que se mezclan con el agua de la bañera. Al terminar de hacer unas tres líneas rojas, seco mis lágrimas, me limpio con el agua y me quitó mi ropa mojada y me doy un ducha para poder calmarme.
Al terminar me vestí y busque las vendas para mi muñeca.
-¡¿Lia?!- gritaron desde la puerta de la entrada. Era Aiden.
-¡Aqui estoy!
-¿Lia?- aparte la vista de mi venda y mire hacia mi mejor amigo.-¿Por que no me dijiste que saldrías antes?- me miro molesto, pero luego su mirada bajo hasta mis manos- ¿Que le paso a tu muñeca?
- Lamento no avisarte... Mmmh... Salimos una hora antes gracias a un profesor.... Eemmm... Bueno... Respecto a mi muñeca...
-Dime que no lo hiciste de nuevo.- se aproximo hacia mi y me miro cauteloso.
- Bien, no lo hice- Sonreí inocente
-Okey, ahora dime la verdad.- dijo autoritario.
Suspire con cansancio.
***
Cuando terminamos de almorzar, ambos fuimos a dormir una siesta. Bueno, Aiden dormio, yo no podía quedarme quieta, mucho menos dormir.
***
-Te pasare a buscar si no llegas en dos horas.
Aiden estaba sentado, de abrazos cruzados y con el ceño fruncido, en la esquina de mi cama mientras yo estaba frente al espejo de mi armario, haciéndome un cola de caballo.
-No es necesario Aiden.- me voltee dejando caer mis brazos con cansancio.
"Últimamente me canso por todo."
ESTÁS LEYENDO
Lo Prometo.
Novela Juvenil"Prometo que lo nuestro será para siempre" "Prometo no fallarte" "Prometo jamas dejarte." Las promesas no siempre se cumplen.