Capítulo 23. "Bebé"

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Al llegar a su casa, me sentía mareada.

-¿Estás seguro qué es una buena idea?- le pregunte aterrada a Aiden, mirando la puerta de entrada.

-Realmente no lo sé... Espero que sí.- salió del auto y fue a abrirme la puerta a mi, negué con la cabeza y él rodó los ojos.- No seas una niña.

-Hasta ahora, mi plan por vencer mis miedos, terminan en desastre.- me baje del auto y caminamos hacia la puerta.

-Esperemos que este no.

Respire hondo y Aid toco el timbre. Dentro de la casa se escuchaban unas risas y me enoje al instante.

-Creo que estamos de sobra.- me voltee y la puerta se abrió.

-¿Lia?- escuche la voz de mi madre y sentí un escalofrío.

Me voltee lentamente y la vi. Estaba reluciente, se veía más bonita de como la recordaba. Al verme sus ojos brillaron, en una mezcla de felicidad y lágrimas contenidas.
Aiden me empujo delicadamente unos pasos.

-Ho... Hola mamá...- inmediatamente me abrazo y yo me puse rígida.

-Estoy muy contenta de que estés aquí.- dijo soltándome y yo simplemente pude sonreír, no sabia que otra cosa hacer.- Me gusta tu cabello, aunque estas muy blanca...

Inhale profundo y trate de controlarme.

-Si, bueno, quiero convertirme en vampiro.- dije sarcástica

-¡Lia!- me regaño Aiden.

-Descuida.- mi madre me sonrió y abrazo en mi amigo.- Estas muy guapo, Aiden... Pero, ¿Que le pasó a tú bello rostro?

-No es nada. Gracias señora...- Aiden se callo y yo lo mire mal.

"Que ni se te ocurra decir el apellido de..."

-Katherine, sólo dime por mi nombre, ya lo sabes.- le sonrió y nos invito a pasar.

Mis pies se pegaron al suelo en cuanto nos abrió el paso. Aiden me empujó desde mi espalda baja, otra vez, para que avance.

Deje mi campera de jean en el colgadero, dentro de la casa hacia demasiado calor.

"¿O serás sólo tu?"

Mis ojos se volvieron a las escaleras, la cual estaba en frente nuestro, de ella bajaba la persona menos esperada para mi.

-¡¿Lola?!- corrí a abrazarla

Sentir sus brazos envueltos a mi, me devolvieron la vida. Y sin darme cuenta solté algunas lágrimas.

-¡Ay no, no llores!- dijo sonriendo

-¿Qué haces aquí?¿Cuándo llegaste?¿Por qué no me lo dijiste?

-La empresa me deja venir aquí los fines de semana, llegue hoy a la tarde y bueno... Quería que sea una sorpresa.

-¿Por eso querías que venga?¿Tú lo sabías?- me voltee hacia Aiden

-Bueno... Era una buena escusa, tu madre y Lola me dijeron que no diga nada.

-¿Y sí no me venía?

-Bueno... Tenia una gran desafío, pero te convencí. - dijo orgulloso

-¿Quieren sentarse en el sofá? Ya casi va a estar la cena.- nos dijo mi madre y se hizo a un lado para que podamos pasar.

Cuando estábamos llegando a la sala, Elliot se aproximo desde la cocina. Me quede en piedra y Lola me tomo de la mano.

-Hola...- saludo amistoso.

Lo Prometo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora