CAPÍTULO XXIX

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Camila despertó semidesnuda, únicamente tenía puestas las bragas y estaba cubierta por una sábana recostada en el pecho de Lauren, que se encontraba perfectamente cubierto por una pijama.

El brazo de Jauregui envolvía su espalda y de pronto sintió un fuerte ardor en los muslos.

¿Qué demonios había hecho?

¿Qué carajos había sucedido anoche?

Lo último que recordaba era estar parada frente a la barra bebiendo un martini tras otro y esos ojos verdes que le recordaban tanto a los de Lauren, pero que sin embargo, no eran los de Lauren. Y ahora...

Ahora se encontraba sin ropa en la cama de Jauregui.

El dolor de cabeza era insoportable.

¡Maldita resaca!

¡Maldita luz que se colaba por la ventana!

¿Cómo podían existir huéspedes que pagaran 500 dólares por esa suite y pasaran la noche allí sin quejarse de que los malditos rayos del sol los despertaran desde las siete de la mañana solamente porque las cortinas desgastadas y viejas ya no daban para más?

Camila intentó deshacerse del abrazo de Lauren para levantarse y buscar un poco de agua gasificada y unos analgésicos del mini bar, además de ir al baño y cosas básicas que una persona que recién acaba de despertar con resaca necesita.

Pero al intentarlo, solamente consiguió que Lauren gruñera y se aferrara con más fuerza a su cuerpo.

En un Segundo intento, Lauren volvió a quejarse pero ésta vez apartó su brazo del cuerpo de Camila permitiéndole quedar libre para entonces sí levantarse de la cama.

Lo que miró al pararse frente al espejo la dejó en shock.

Tenía marcas en ambos muslos.

Iban desde simples moretones, que no era difícil saber cómo se habían originado puesto Lauren le había plasmado prácticamente la mano completa. También tenía marcas de mordidas y esos no podían ser otros que los colmillos de satanás y por si eso fuera poco tenía chupetones y rasguños.

Era un hecho: Había tenido una noche de sexo sumamente salvaje con Lauren Jauregui.

No sabía muy bien cómo sentirse al respecto, ella quería a Lauren, no se arrepentía de haber intimado con ella, pero sentía mucha culpa por no recordar nada al respecto. Consideraba demasiado injusto tener la memoria vacía de la primera vez con su persona especial.

De pronto, miró el rostro de Lauren reflejado en el espejo que observaba con devoción su desnudez.

Camila por mero instinto cubrió sus pechos con ambas manos.

Lauren sonrió y la abrazó por detrás depositando tiernos besos en sus hombros.

-¿Cómo te sientes?- Preguntó mientras se las ingeniaba para incrustar la nariz en el cabello de la Fotógrafa pudiendo disfrutar así de la textura y de su olor.

-Fatal- Respondió avergonzada -Sé que sonará a cliché pero tengo lagunas mentales, ni siquiera sé cómo fue que llegué hasta aquí y cómo...-

-Hey, todo está bien, Camz- La tranquilizó con una voz tan dulce que Camila no recordaba haberle escuchado jamás a Lauren Jauregui. Y la abrazó con más fuerza, consiguiendo su cometido que no era otro más que transmitirle serenidad. -Cuando llegué a nuestra cita para cenar, te encontré sola en la barra muy pasada de copas, un tipo se quiso aprovechar de la situación y te traje conmigo a mi habitación-

-Pero...¿Cómo fue que desperté desnuda en tu cama y que parece que una bestia me atacó sin piedad?- Preguntaba desconcertada.

-Más respeto, Cabello, que esa bestia fui yo-

MISIÓN, VISIÓN, VALORES Y OBJETIVOS DE UNA EMPRESA NO CUMPLIDOS. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora