CAPÍTULO LVI

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Elizabeth había telefoneado como una loca a Lucy. Se encontraba en crisis total.

La Arquitecta Vives nunca la había visto así y eso que tenían algo así como quince años de conocerse.

Se asustó un poco y le pidió a Vero que pospusieran su desayuno para poder reunirse con su hermana y se vieran dentro de dos horas en la cafetería francesa del Strawberry Fields en Central Park, de ahí se irían juntas al centro comercial donde se encontrarían con Camila, Lauren, Ariana y Taylor, para llevar de compras a #BabySatán.

Cuando Lucy llegó al lugar, observó a Elizabeth sentada con la mirada perdida en la Nada.

Esa postal la hizo sentir bastante culpable, puesto sabía que todo eso era una vil mentira, pero para bien o para mal había aceptado ayudar a las chicas y ahora estaba metida en esto hasta el cuello.

-Hey- La abrazó y le dio un beso en la mejilla
-Ni pregunto idioteces, ya sé que estás a punto de lanzarte de un puente-

-¿Crees que exista algo peor? Quiero decir, ¿Crees que hago mal por maldecir a Dios en estos momentos?-

-Pfff, es una pregunta muy difícil, Liz, Yo lo he hecho miles de veces, incluso he renegado hasta de estar viva-

-Y sin embargo ahora...- Gillies elevó las comisuras de los labios en lo que casi se convierte en una sonrisa -Te ves tan feliz-

-Es que anoche fue...- Se quedó sin palabras, simplemente suspiró -Vero es maravillosa-

= FLASHBACK DE LUCY =

Estaba recostada en la cama, junto a ella, con los codos apoyados en el colchón y mi cuerpo de lado, de manera que nuestros rostros se encontraban muy cerca el uno del otro. Era la segunda noche que dormíamos juntas, o al menos eso intentábamos, porque las horas se nos iban volando casi sin darnos cuenta, platicamos sobre nuestra infancia, los cambios abruptos que sufrí durante mi adolescencia tras la muerte de mis padres y en general de la trayectoria profesional que habíamos recorrido hasta llegar a nuestros presentes puestos en PLATINUM COLLECTION.

-¿Por qué me miras así?- Le pregunté escondiendo mi cara con una almohada.
La verdad yo no estaba acostumbrada a que alguien más me mirara de esa forma: Con amor y deseo al mismo tiempo. Alguna vez supe lo que era eso y realmente lo disfruté en su momento, pero ahora todas esas sensaciones eran nuevas para mí y yo no quería que Vero lo notara, aunque fuera demasiado obvio. No me incomodaba, solamente me hacía sentir sonrojada.

-Porque eres la mujer más bonita que he visto en mi vida- Me respondió con tanta ternura que consiguió derretir todas mis barreras y fui asomando la cabeza de a poco. Primero descubrí mis ojos para mirarla como una completa imbécil y después saqué la nariz, como si intentara explorar el terreno.

Vero se echó a reír. Pero su risa no era burlona, era más bien de encantamiento y quizás hasta con un poquito de nervios.

Ese detalle me brindó la seguridad que yo necesitaba para abandonar mi escondite por completo y alejar la almohada del medio de ambas.

-Seguro eso mismo le has dicho a todas las mujeres que han pasado por la cama de éste apartamento- No se lo dije en plan novia celosa porque ¡Vamos, ni siquiera éramos novias!, además yo conocía perfectamente el pasado de Vero. Todos tenemos un pasado y aunque con historias diferentes, yo también tenía que cargar con uno que me impedía entregarme a ella por completo, pero ella era paciente y comprensiva, además, me constaba que desde que nos conocimos, ella había abandonado las viejas costumbres de andar saltando de mujer en mujer en busca de sexo.

-Eres la primera mujer a quién se lo digo. Las otras chicas no venían aquí buscando precisamente palabras lindas, ¿Sabes? Ellas solamente querían pasar el rato-

MISIÓN, VISIÓN, VALORES Y OBJETIVOS DE UNA EMPRESA NO CUMPLIDOS. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora