10. Cuando dijo "Si".

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Observo a la morena mientras hace su trabajo, mantiene su frente arrugada y su mirada concentrada en las hojas que lee, justo como todos los días de las ultimas tres semanas, misma cantidad de tiempo en la que me había odiado por haber aceptado su poco brillante idea de "nada de sexo hasta que terminemos el caso", no era solo el hecho de que pasábamos cada segundo del día juntos, o que el casi año de abstinencia estaba por cumplirse, era el hecho de que dada la falta de tiempo que teníamos y el montón de trabajo que teníamos, nos encontrábamos en ropa interior y ella no perdía tiempo de observarme así como yo no perdía el tiempo para imaginar lo que podía estar pensando cuando mordía su labio, sabía que ella, al igual que yo estaba teniendo problemas para seguir manteniendo el acuerdo, pero ella tenía mucha fuerza de voluntad y nos mantenía lejos del otro siempre que yo quería hacer el primer movimiento. La ultima semana la había tenido quejándose en cada tiempo libre acerca del primer cumpleaños de su madre al que no podría acompañarla y dado que yo amaba a mi madre tanto como ella a la suya entendía su preocupación y había planeado una sorpresa para ella, misma que no podría realizarse si no lograba que se metiera a la cama a descansar, gira su cabeza sobre su cuello y gruñe antes de mirarme, veo tanto cansancio en sus ojos que me hace odiarme por haber venido aquí con ella. Cuando finalmente después de muchas protestas logro dejarla en la cama vuelvo a la segunda habitación decidido a buscar algo que terminara el caso, y el montón de dinero detrás del triunfo no tenía nada que ver con mi motivación.

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Sonrío divertido ante la imagen frente a mi, los hermosos ojos de la morena abiertos con total sorpresa al tener frente a ella a su madre.

—¿Por qué no me despertaste? ¿Por qué no me dijiste que vendrías? –cuestiona a prisa y su madre sonríe.

—Brandon me contó del montón de trabajo que tenían y me ofreció la oportunidad de venir, para pasar mi cumpleaños contigo y bueno... aquí estoy, fue una sorpresa –la morena se gira mirándome y siento mi corazón estrujarse dentro de mi pecho mientras corre hacía mi, enreda sus piernas en mi cadera y entierra su rostro en mi cuello mientras siento sus lagrimas caer contra mi piel.

—No puedo creer que hayas hecho esto por mi –la emoción en su voz me hace temblar y la observo cuando me mira.

—Se cuan unidas son y veía lo triste que te ponía no verla en tanto tiempo

—Te amo –susurra, y no es esa hermosa frase que jamás me cansaría de escucharla decirme, sino todas las emociones que sus ojos expresan lo que hacen mis rodillas gelatinas.

—Te amo –repito besando su frente, —Será mejor que desayunemos –saco los boletos de la pequeña sorpresa que planee para ellas y se los entrego a Eliza, —les espera un día largo por delante.

—Son dos –dice confundida y sonrío.

—Supuse que necesitaban un momento a solas, de chicas, de familia –su ceño se frunce aún más.

—Ahora tú eres familia –dice con decisión y sonrío sintiendo mi corazón detenerse y latir con fuerza.

—Y ya tendremos tiempo en la noche, cenaremos juntos, pero ahora ustedes necesitan esto –mira a su madre antes de volver a mirarme a mi y me sorprende seguir de pie después de ello.

—Muchas gracias –pero no tiene que gradecer, haría cualquier cosa una y mil veces de nuevo solo para recibir la mirada que tenía en mi, llena de adoración, amor y orgullo de tenerme a su lado.

Más tarde ese día nos encontramos cenando y riendo acerca de todo lo que hicieron en el día, la morena me cuenta los peores momentos mientras su madre no puede dejar de reír, sonrío sintiéndome más completo de lo que nunca me sentí antes y tomo su mano solo para asegurarme de que es real, de que todo esto es real y no solo un sueño del que despertaré y jamás podré disfrutar, pero ella está aquí, y cuando me mira puedo sentirla en cada minúscula célula de mi composición humana, da un ligero apretón en mi mano y susurra un "te amo" antes de volver la mirada a su madre y continuar la platica, me dedico a mirarlas, me dedico a recordar a mi madre, me dedico a darme cuenta de lo afortunado que soy al estar rodeado de tan maravillosas mujeres, me dedico a pensar en mañana, y en el día después de ese, y en el siguiente y después el que le sigue, y me doy cuenta de que hay una cosa en común con todos, y es el hermoso rostro de la increíble mujer a mi lado, la amaba, la amaba más de lo que la amé antes, la amaba tanto que dolía, la amaba tanto que asustaba, la amaba tanto que incluso el mundo podía sentirlo, cuando terminamos de cenar nos ponemos de pie y caminamos hasta nuestras habitaciones, dado que una de las nuestras estaba llena con papeles había alquilado otra habitación doble al otro lado del pasillo en caso de que Eliza quisiera pasar la noche con su madre, pero sus planes eran otros y lo había descubierto cuando al salir del baño ella se encontraba en mi cama.

BRANDONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora