BRANDON

3. Cuando me atrapó.

Supongo que había de esperarse que en el momento en que supe que no veía a Eliza como al resto de las estudiantes debería de haber decidió que era tiempo de marcharse, pero la sensatez parecía haberse quedado en Seattle porque había echo la segunda cosa más estúpida de toda mi vida, justo cuando el semestre terminó y me encontraba libre de cualquier compromiso con Adam, o con la universidad me encontré a mi mismo caminando a paso decidido a la oficina del director para pedirle la oportunidad de impartir un curso, ¿la única razón?, Eliza. O tal vez después de ese gran error debí detenerlo, terminar el segundo semestre y renunciar, alejarme de cualquier tipo de tentación al que me aferraba en este lugar, pero nuevamente me encontré aceptando impartir una segunda clase para el tercer semestre, y aquí estaba yo, a punto de terminar el tercer semestre en este lugar, frente a un enorme grupo de gente y concentrado nuevamente en una sola persona, asiento ante la observación de uno de los estudiantes sin siquiera tener idea de lo que ha dicho y observo alrededor en busca de un participante más antes de dar por finalizado el tema, entonces la encuentro, sus mejillas se sonrojan cuando me nota y sonríe antes de agachar su mirada, lo que le da el cierre a la clase.

—Eso es todo por hoy chicos -digo y noto caras felices alrededor, —recuerden que mañana será el examen -las sonrisas se borran y sonrío, —y después nos vemos hasta el viernes para entregar calificaciones -agrego haciendo que las sonrisas vuelvan acompañadas de bullas emocionadas,   busco a Eliza y reprimo la sonrisa cuando veo que se acerca.

  —Señorita Menster -asiento en su dirección y después miro a la rubia a su lado, —Señorita Lee -la rubia sonríe en mi dirección antes de mirar su teléfono, después de que el primer semestre llegara a su fin y yo admitiera frente a Eliza que había estado equivocado y que ella tenía más madera de abogada que la mayoría de los estudiantes, incluido yo, y demostrado mi admiración ante su gran avance habíamos comenzado una buena relación, lo que dio paso a que la rubia dejase de verme como si fuese un enorme pedazo de mierda con patas y a que yo dejara de pensar que no era nada más que una linda chica gritona, en realidad era bastante inteligente y leal, lo que había dejado clara la razón por la que Eliza la mantenía a su lado.

—Solo quería entregarle el libro que me prestó -dice levantando el manuscrito y lo tomo sobresaltándome ante la corriente causada por nuestro ligero rose de dedos, lleva sus manos a su pecho abrazándose y haciendo que sus pechos sean más pronunciados bajo su delgada blusa, agacho la mirada para evitar que esta viaje en direcciones incorrectas y cuando recupero el control la observo.

—¿Lo has disfrutado? -cuestiono  y abre su boca, pero antes de que pueda responder su mejor amiga habla por ella.

—Lo ha devorado como si fuera pastel, incluso se negó a ir de fiesta el día de ayer por estar... -se detiene cuando el zapato de la morena se encuentra con su tobillo y la mira confundida, sonrío de lado antes de mirar a la Eliza sonrojada que parece estar deseando que la tierra se abra y la trague.

 —Ha sido interesante -murmura intentando recuperar su color y se encoje de hombros, —no he entendido un par de puntos del capitulo cinco, pero seguramente cuando tome la clase de Penal lo haga -señala y sonrío.

  —Sabes que estoy abierto a responder a tus preguntas cuando quieras -aseguro y siento la mirada acusadora seguida de una sonrisa burlona en el rostro de Rose lo que me hace volverme serio al momento y encogerme de hombros, —después de todo ese es mi trabajo, y más aún cuando fui yo quien te lo ha recomendado -intento hacerlo casual lo que hace que ella frunza el ceño por apenas un segundo antes de asentir y mirar a su mejor amiga.

  —Debemos irnos, el profesor Cooper tiene cosas que hacer -y entonces la arrastra fuera del salón, sacudo la cabeza y meto el libro en mi maletín y salgo de allí.