Me & Mr. Jones.

XVI

Los días van pasando e intento estar lo más alegre posible pero me es imposible. Las cosas entre los cuatro están más o menos bien y bueno, lo importante es que ellos disfruten de este viaje aunque yo no pueda.

Después de volver de la playa, todos entran en casa excepto yo y tras pedirle a Daniel las llaves del coche entro en él para poner música desconocida a todo volumen y me fumo el paquete de cigarrillos que acabo de comprarme mientras lloro desconsoladamente. Como digo me pongo a hacer lo que he dicho y tras unas diez canciones más o menos, escucho que se abre la puerta del copiloto y el rizado sin preguntar ni nada, se sienta a mi lado.

-¿Qué haces? -le pregunto con la cara empapada.

-¿Y tú? ¿Por qué lloras? -me devuelve la pregunta un poco preocupado, su tono de voz lo delata. Decido no responder y cogiendo mi paquete de tabaco, saco un cigarrillo que me coloco en los labios para matarme lentamente. Aquí el amigo, me quita el paquete de la mano con toda la confianza del mundo y a continuación lo abre para ver cuántos cigarros quedan. -Megan, no llevas ni una hora con este paquete y solo te quedan dos cigarrillos contados.

Ignorando el que me haya llamado Megan y no Meg, le digo:

-¿Y?

-¿No crees que estás fumando mucho?

-¿Y no crees que deberías meterte en tus asuntos? ¿Qué tal está la princesa?

Al parecer, mi bordería no le ha gustado porque tras haber dicho esto, tal como entró, se va. A veces deberían de darme dos punzadas en mi gran bocaza.

Después de un rato más que paso sola dentro del coche, ya casi ha anochecido y lo único que me apetece ahora mismo es beber malibú con piña mientras escucho a Arctic Monkeys. Como digo, me sirvo en un vaso de cristal bastante largo la bebida alcohólica junto con el zumo, mitad de uno y mitad del otro. Voy al salón, que está completamente vacío y conectando mi móvil a la televisión, pongo a todo volumen Flourescent Adolescent. La canción suena -mi favorita del álbum Favourite Worst Nightmare -y yo comienzo a cantar su alocada letra mientras bailo al ritmo de los acordes de la guitarra.

Oh, that boy's a slag
The best you ever had
The best you ever had is just a memory
and those dreams weren't as daft as they seem
Not as daft as they seem,
My love, when you dream them up...

La pareja del año, como de costumbre comienzan a discutir. Desde que hemos llegado lo único que han hecho ha sido: discutir, reconciliarse, follar y así sucesivamente. Francamente, ni me interesa el por qué de su discusión, así que continúo escuchando la música. Veo como Eliana baja a trote las escaleras y Ricardo, o en este caso: Card, va detrás suya.

Discuten al lado mía, sin dejarme escuchar bien la letra de la canción y sin poder disfrutarla. Intento ignorarles pero es complicado, ya que estoy entre media de los dos.

¡Me cago en la puta!

Tiro el vaso contra el suelo, haciendo que se reviente en pequeños trocitos de cristal y salpicando la bebida por todos lados. Todas las miradas se dirigen a mí.

-Por Dios... ya sabemos que vas a ser padre, asúmelo. Es lo que ocurre cuando follas como si no hubiese mañana y para colmo sin anticonceptivos; todo el mundo sabe que los bebés no son traídos por la cigüeña. Y ya que estás, también asume que eres un mentiroso compulsivo. Respétate para darte cuenta de que por mucho que quieras no vas a cambiar en la vida.

-Megan... -me dice mi amiga.

-Y tú, Eliana -digo con retintín. -que parece que no te quieres enterar de la realidad. Un hombre te tratará como dejes que te trate. Siempre la misma historia, otra, otra y otra vez -no llego a chillar pero en mi voz se ve que estoy enfadada. Ambos me miran incrédulos pero yo sigo hablando, les digo todo lo que me molesta desde el minuto en el que comenzaron a salir. Me da igual que estén juntos porque en realidad hacen buena pareja y sé que se quieren, pero hay X cosas que me molestan muchísimo. Por ejemplo, que discutan un día y que al siguiente hagan como si no ha pasado nada, sin siquiera llegar a hablarlo. -Respétate un poco tú también.