Capítulo 15 - Descubrimiento

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Leonardo seguía en soledad llorando, abrazando el cuerpo de su padre en la oscuridad que invadía la habitación.
Tomó aire para tranquilizarse de una vez y miró hacia atrás. —¿Donnie? ¿Rafa?— Se levantó ante el silencio y dio pasos temerosos hacia afuera. Antes de salir miro hacia la habitación y bajo su mirada para caminar rápidamente hacia afuera.
—¡Donnie! ¡Rafa! ¿Dónde están?—
Silencio.
Siguió caminando y notó los cartones caídos junto a aquella puerta pequeña. Se acercó y al abrirla notó la misma mancha de sangre que Donnie había visto.
Bajó las escaleras y cubrió su boca ante el horrendo olor que emanaba la habitación. Miró a su alrededor y encendió las luces para encontrarse con un charco enorme de sangre.
Recordó la pesadilla un escalofrío recorrió su cuerpo.
No está pasando ¡No está pasando!
—¡Donatello! ¡Rafael!— Gritó con más fuerza .
Se adentró rápidamente en la habitación pero la tenue luz no le hizo percatarse de que el lugar era más pequeño de lo que parecía y chocó con una de las paredes, para retroceder y sobar el golpe.
—¿Qué...?— Se recargó en la pared para darse cuenta de que había una perilla. —¿Otra puerta?— Giró la perilla y se adentró en el nuevo lugar. La luz no había mejorado, pero distinguió algo colgando de una cuerda.
Se acercó sigilosamente, más tropezó con algo. Se reincorporó lo más rápido que pudo y miro el motivo de su caída.
El cuerpo de Rafael.
Leo se sentía aterrado, ahogó un grito para alejarse de espaldas sin quitar la mirada del cadáver, más su cuerpo chocó algo que se tambaleo al golpe.
Volteó para encontrarse con el cadáver de Donatello colgando con la mirada perdida.
Gritó fuertemente una y otra vez desgarrando su garganta. Preguntándose como pudieron acabar así. ¿Por qué fueron tan imprudentes?
Se tiró de rodillas y cubrió sus ojos sollozando y gritando. Sus dos hermanos muertos, a su lado. Era demasiado...
—Es lo que pasa por no estar junto a ellos ¿No lo crees?— Leonardo quitó las manos de su cara para levantarse y apretar los puños.
—¿¡Dónde estas!? ¡Eres un maldito! ¡COBARDE!—
Nadie respondió.
Leonardo tomó lentamente sus katanas y salió de la habitación, aún con lágrimas en los ojos subió las escaleras. Al salir de la puerta se dirigió lo más rápido que pudo al cuarto de Mikey.
Ya en ese lugar, comenzó a buscar entre los cajones algo que quería. Buscaba y buscaba pero no lo encontraba.
Hasta que su pie pateó una caja pequeña que estaba bajo la cama, se agachó y la tomó.
—Bien, esto es lo que quería...—

Unseen (TMNT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora