Mikey se paralizó al sentir el golpe y dirigió su mano a su mejilla, pero Leonardo le tomó de la muñeca y lo estampó contra la pared.
—¿Qué pasa? ¿Te distrajiste?— Dijo acercándose peligrosamente a Mikey que ahora estaba en el piso adolorido.
—No lo hice!— Se levantó tratando de tomar sus Nunchakus pero Leo los sujetó del otro lado y los arrebató jalándolos con fuerza.
—Como dije... Te distrajiste— Mikey retrocedió nervioso, el cazador ahora era la presa.
Los ojos azul marino no despegaban sus ojos de el, mostraban tristeza y odio a la vez.
—¿De verdad vas a seguir?—
—No me rendiré, como líder te he fallado y a los demás— Su tono se hacía triste cuando una lágrima escurrió por su mejilla.
—A mí no me interesa si fuiste un mal...— Leo golpeó fuertemente la pared a pocos centímetros de la cabeza de Mikey y puso su katana en el cuello de este. —¿Que ibas a decir?—
El rostro frío de Leo se tranquilizaba al ver lágrimas reales formarse en los ojos de Mikey. —¿Por qué lloras?—
Miguel Ángel no contesto, solo cubrió su rostro para empezar a llorar fuertemente provocando que el mayor repitiera su pregunta.
—!Déjame de una vez! ¡Lárgate! ¡Lárgate!— Gritaba desesperadamente. —¡Siempre seré el más débil, el más tonto, al que nadie escucha! ¡Siempre seré así! ¡Solo vete!— Finalizó mirando al piso con rápidas lágrimas que caían de su mentón.
—No lo haré, no me iré sin ti hermano...—
Su sangre hirvió al escuchar el "hermano", el menor pateó a su hermano para lanzarle una Seoi Nage. Leonardo gracias al golpe soltó sus armas y las de Miguel Ángel dejándolo indefenso.
Leo se intentó levantar pero su mirada se clavó en el dojo en llamas que hizo despertar una memoria.
—En ese entonces éramos una familia feliz y unida ¿Verdad?— Su mirada perdida en el fuego enfurecía al de bandana naranja.
—¿Cómo sabes que todos éramos felices?—
—Estábamos juntos... Eramos una familia— Dirigió su mirada melancólica encontrandose con la del menor. —Sé que también lo recuerdas...—Era Navidad, una fecha que hacía a los niños felices y a la familia unida. Con todos esos hermosos arreglos, regalos y cenas en familia.
—¡Ya es Navidad!— Gritaba emocionado un pequeño de ojos azules brillantes de la emoción, con unas pecas que resaltaban su sonrisa.
En ese entonces las tortugas tenían seis años y esa era la época favorita de Mikey.
—¿Regalos? ¡Papá!— Decía impacientemente la misma tortuga a su padre que arreglaba los adornos navideños.
—Hijo mío, aún falta una hora— Respondió con una ligera sonrisa.
—¿Eh? Pero si son las 12:00, mis ojos no me mienten— Dirigió la mirada al reloj que estaba en la pared y tras varios segundos de analizarlo, lo admitió. —Cierto, falta una hora...—
El pequeño corrió hacia donde se encontraban sus hermanos para esperar la hora que tanto anhelaba. Sin embargo se quedó dormido hasta que la voz de su padre llamándoles los despertó y el menor de la emoción tropezó.
—Siempre despistado— Rafael tendió su mano al menor para sonreírle tiernamente.
—¡Me quedé dormido!— Dijo enrojecido de la vergüenza con un puchero. —¿Cómo se supone que reaccione ante ese grito?—
—Dejar de ser una cabeza de aguacate—
—Eres malo—
—Basta los dos, tenemos que ir— Interrumpió Leonardo.
—¿Otra vez discutiendo?— Donatello sonrió ligeramente.
—Pero si Rafa empezó—
—Rafa deja de molestar a Mikey, ahora vamos— Dijo Leo cargando al menor.
Ya estando en el Dojo, Splinter sacó cuatro cajas decoradas de hermosos colores navideños y lazos con sus colores favoritos.
Se miraron mutuamente y rápidamente desenvolvieron los regalos para ver lo que había dentro.
Leonardo recibió un muñeco de Space Heroes, Rafael un carro a control remoto, Donatello varios libros y Miguel Ángel un peluche que había querido hace mucho.
Todos fueron a abrazar a su padre agradeciéndole por sus regalos.
—¡Alto todos!— Gritó Mikey de repente para salir corriendo.
Todos se miraron confusos.
—¿A dónde fue?— Preguntó Donnie.
—Ni idea— Contestó Leo.
Dos minutos después llegó Mikey con una hoja en sus manos.
—¡También les he traído un regalo!— Dijo extendiendo la hoja, mostrando así un dibujo de los cuatro hermanos y su padre, tomándose de las manosy con una letra insegura arriba estaba algo escrito.
"Una familia que amo y nunca dejaré de amar, ellos me entienden y están conmigo en los momentos más difíciles. ¡GRACIAS a la mejor familia del mundo!"
Todos sonrieron con calidez y Leonardo quién le miraba orgulloso soltó una lágrima que alertó al menor.
—¡Lo siento! No llores—
—Son lágrimas de felicidad— Sonrió Leo al darle un beso en la frente.
—Vamos llorón— Rafa dio un ligero golpe en la espalda de Leo con una amplia sonrisa.
—También estás llorando—
—¡Claro que no!—
Se miraron y todos comenzaron a reír.
—Feliz Navidad hijos míos— Dijo Splinter abrazándolos.
—Estaremos juntos para siempre— Finalizó Mikey con una gran sonrisa.—¿Qué pasó con lo que dijiste?— Preguntó Leonardo con lágrimas en sus ojos.
—Nunca fue real— Respondió Mikey fríamente.
—Era real...— Dijo levantándose.
—¡No lo era!— Gritó para hacerlo caer nuevamente.
Pero Leo no se rendía, siguió levantándose una y otra vez. —Sé que te fallé...—
—¡Cállate!—
—Lo siento...—
—¡Cállate!—
—Lo siento, lo siento...— Repetía una y otra vez para segundos después bajar la cabeza.
—Me rindo— El de naranja abrió sus ojos ante esta frase. —Acaba de una vez conmigo, fallé como líder y como hermano. Debí darme cuenta de que necesitabas atención, con todos tus intentos de arreglar las cosas solo te regañábamos y hacíamos sentir como basura, fui un tonto... Lo siento... Acaba con esto— Dijo con una sonrisa y una mirada llorosa que penetró en los ojos del menor.
El menor no podía moverse, Leonardo se levantó y tomó sus mejillas. —Siempre serás mi hermanito, no lo olvides...— Dijo rodeándolo con sus brazos.
—¿Qué...?— Murmuró el menor al notar que el peso del mayor se recargaba en él. —¿Qué hiciste?—
—Lo siento...— Susurró para cerrar los ojos.
Miguel Ángel abrió los ojos rápidamente al dar un pequeño paso y sentir un charco de sangre.
Apartó a Leonardo dejándolo en el piso y notó una cuchilla en el pecho de su hermano mayor.
Se quitó la vida.
Ahí yacía el cuerpo de Leonardo sin vida, sus ojos aún estaban empapados de lágrimas que se deslizaban y borraban poco a poco.
—¿Por qué...?— Susurró Miguel Ángel viendo el cadáver de su hermano mayor.
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Unseen (TMNT)
Fiksi Penggemar¿Qué es lo que esconde una mirada? ¿Qué es lo que esconde una sonrisa? Dolor, sufrimiento, sangre y violencia. Autora: Inoku (Yo solo la adapté a modo de novela) ~~~~~~~~~~ -NOVELA TERMINADA-