Unseen (TMNT)

Capítulo 7 - Pesadilla

El mayor de bandana azul corría por un largo pasillo oscuro, daba vuelta y era igual. Todo a su alrededor era una oscuridad infinita que se extendía y empezaba a asfixiarle.
No quería parar, sentía una presencia detrás de el. Algo o alguien que quería destrozarlo.
Detente.... ¡Ya basta!
La oscuridad poco a poco se desvanecía al entrar en una habitación iluminada con velas.
Presumido
Te odio
Mal hermano
Idiota
Nunca me aceptaste
Esas y muchas más frases escritas en la pared se distinguían gracias a la luz de las velas. Leonardo se cubrió la boca por un olor repugnante a podrido. Logró recargarse en la pared conteniendo arcadas cuando golpeó con el pie un cuerpo y distinguió una bandana roja.
Su corazón comenzó a latir con fuerza y salió corriendo de allí, no queriendo ver nada más. En los pasillos de nuevo se tropezó con algo y distinguió un cuerpo inerte con una bandana morada.
—¡DONATELLO!—
¿Por qué? ¿¡Por qué!?
No dejaba de repetirse lo mismo hasta que una voz le hizo sentir un escalofrío por toda la espalda.
—No es divertido ¿Verdad?— Rió entre-cortada y levemente.
Leo giró su cabeza para contemplar al dueño de la voz. —¿Miguel Ángel?—
—¡Si! ¡Yo soy Miguel Ángel— Gritó acercándose peligrosamente haciendo sobresaltar al mayor.
Leo no tenía la fuerza para hablar, su voz salió como un leve chillido que apenas se lograba entender. —Hermanito...—
Un grito fue soltado por el menor al escuchar sus palabras y sacó su arma Kusarigama para asesinarle con el filo de esta.

—¡No!—
Abrió los ojos de golpe para encontrarse con el techo y la luz de una lámpara que le hizo parpadear varias veces intentando evitar el destello. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba en un laboratorio. El laboratorio de Donnie.
Se sentó con dificultad intentando aclarar sus pensamientos cuando sintió unos brazos rodeándole.
—¡Ni pienses volver a asustarme así idiota!— Reconoció la voz que ahora estaba al borde de las lágrimas.
—Rafa...—
—¡Estás bien!— El de ojos carmesí sonrió para mostrar la ligera apertura en su dentadura pero su rostro volvió al preocupado al escuchar las palabras del de ojos azul marino.
—¿Que sucedió?— Preguntó para segundos después responderse a si mismo desanimadamente. —Claro, Mikey...—
El de bandana roja hizo un intento de desviar el tema. —Te levantaste gritando ¿Por qué?—
—No lo presiones, aún esta algo confundido— El de morado respondió pero Leo negó con la cabeza.
—Ustedes... Ustedes— Dijo yendo de un susurro a casi un grito, esto hizo que ambos hermanos le miraran preocupados.
Una lágrima descendió por la mejilla de Leonardo. —¡Estaban muertos! ¡Vi sus cadáveres!—
Esto paralizó a las dos tortugas.