Lucas POV
Me encontraba caminando hacia mi hogar, de regreso de la casa de Elízabeth. Éste día fue raro en realidad, al llegar a la casa de Elízabeth, me encontré fue con su mamá, que es muy agradable, por cierto, me trató muy bien, no es de esas típicas mamás que se enojan porque su hija haya traído un amigo a casa, me hes muy agradable y dulce, hizo lo que fuera para que me sintiera cómodo mientras Elízabeth llegaba, me hizo sentir en casa con su hospitalidad, algo que no he sentido durante mucho tiempo.
Además de eso, la pelea que tuvo Elízabeth con Edwar, que para mi parecer, no tuvo que haberla tratado así, es verdad que soy un busca problemas y lo admito, pero Lizzy se merecía un poco de respeto, ella no es la clase de chica que se deja influenciar por los otros, ella es diferente, tiene una gran personalidad, y siempre está para ayudar a los demás. También tiene una bella sonrisa, que con esa irradia todo el lugar en donde esté, no cabe duda.
Hoy fue muy extraño lo que pasó mientras estaba estudiando, de repente se le cayó el lápiz y los dos bajamos a recogerlo y por accidente quedamos muy cerca, demasiado si se puede decir, sólo a unas cuántos centímetros de distancia, pero luego nos re-ubicamos en nuestros sitios, todo fue muy raro en realidad, pero por suerte ninguno de los dos dijo nada.
Ya estaba al frente de mi casa o como yo lo suelo llamar infierno, todas las noches mi padre llega tomado del trabajo, porque después de ahí, él se va todos los días a una licorería, antes sólo lo hacía habitualmente, pero después se fue volviendo más progresivo a tomar, hasta que se le volvió una adicción. Compra botellas de licor en la casa, y cuando se les acaban se pone muy molesto, y empieza a desquitarse con mi hermana Sarha y a mí, ella sólo tiene cinco años, y casi todo el tiempo cuando le va a pegar, me pongo al frente recibiendo yo el golpe, no me permitiré que le haga daño, ya pasó una vez que no estaba presente y Sarha aún tiene la cicatriz en su rostro, a veces le tengo que explicar que papá se comporta así, porque lo adujo el monstruo gruñón, y que cuando es así, no esta bien que lo molestemos.
Y de mi madre no se diga, siempre se la pasa viajando, porque dice que es por "trabajo", pero yo no le creo nada, casi nunca está en casa y viendo la situación con mi papá, es como si sólo estuviéramos mi hermana y yo. Mi madre nos envía dinero, pero mi papá lo derrocha comprando alcohol. Por lo tanto también tengo que trabajar, trabajo medio turno en un puesto de comida rápida, atiendo la caja para pagar, son sólo los fines de semana, desde la 1:00 pm, hasta las 5:00 pm, no gano mucho, pero me sirve para comprar un poco de comida para mi hermana y a mi, ella no estudia porque tiene un estado en el cual no puede ir a las escuelas de los niños digamos "normales", tiene el Síndrome de Down, y mis padres no se han dispuesto a ponerla en una escuela con niños con su capacidad, o por lo menos contratar a maestros que les vengan a dar clase en casa, entonces yo como puedo le intento enseñar algo, al menos lo básico, además ella es muy tímida con las personas, sólo habla conmigo, porque como mi padre siempre está ebrio y mi madre no está en casa, soy la única persona con la que puede convivir.
Entro a mi casa y no encuentro a nadie, como siempre, mi hermana estaba en su cuarto, siempre se quedaba sola, le dejaba la comida y le decía donde estaba para que se la comiera, ella a solo cinco años se ha vuelto muy auto-suficiente, bueno tampoco tanto, porque a ella se le tiene que hacer la comida, pero ya a aprendido a quedarse sola en casa. Le he enseñado que no le tiene que abrir la puerta a los extraños, y que siempre tiene que tener todo bien cerrado, al principio tardó en captar, pero después aprendió a quedarse sola por varias horas.
Subo las escaleras y entro a su cuarto- hola Sarha- le digo a mi hermana.-
-Hola Luck- me dice mi hermana, ella se aprendió mi nombre como Luck, en vez de Lucas, he intentado que se aprenda mi nombre pero siempre me dice así.-
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La Vida No es como un Cuento de Hadas
Fiksi RemajaLa Vida puede cambiarte de un minuto a otro, y lo que nos enseña es que hay que aceptar esos cambios y enfrentarlos, aunque sea duro y difícil el camino, tenemos que seguir hacia adelante, para no derrumbarte y caer, aunque caerás varias o más bien...