Los Demonios Detrás Mi Sonrisa...

Nota 4

Han pasado dos semanas desde la muerte de mi madre, no eh sabido nada del monstruo que tengo como padre, esa noche logró escapar, la policía lo ha buscado pero a sido en vano.

Los días al lado de Abraham han sido quizás los mejores de mi vida, logró llenar un vacío con el que había vívido por años, el sanó mis heridas, me hizo saber lo que es el amor.

Hoy fuí a clases como de costumbre, Abraham me acompañó y paso la mayor parte del tiempo a mi lado, aunque su mente estaba muy lejos de mi.

Lo ví por última vez antes de por hacia la biblioteca, le pedí que me acompañará pero se negó.
Trate de comprender lo que pasaba pero me fue imposible.

Tres horas después iba camino a casa, aún me era extraño llamarla mía, las luces estaban apagadas excepto la de la habitación de Abraham tome las llaves y entré sin encender ninguna luz, subí las escaleras toqué la puerta, susurró que entrara.

Estaba sentado sobre su cama, con la mirada perdida en algún punto de la habitación, algunas maletas junto a el.

- Hola ¿Y esas maletas?...

- Tengo que irme.

- ¿En cuanto tiempo vuelves?

- No volveré.

-Es broma, ¿no?

- No, no lo es debo irme hoy mismo.

- Emm ¿porque te iras? dije con lágrimas en los ojos.

Se acercó a mi, y levanto la mirada, tenía señales de haber llorado mucho tiempo.

- Porque no te amo, porque nunca te ame. Grito, apretando los puños y llorando de nuevo.

En ese momento sentí como mi corazón se rompía en mil pedazos.

Me encerre, en la habitación comencé a poner mi ropa dentro de mi mochila, tomé lo necesario y pensaba salir cuando lo encontré frente a mi.

Se acerco de nuevo, acarició mis labios tiernamente y me beso, por un instante volvió a ser el. Hasta que dijo en un susurro casi inaudible, gracias por toda la diversión que me diste.

La decepción recorrió mi cuerpo, no pude contener mas las lágrimas y sali de allí pero de nuevo me tomo de las muñecas y me entrego una carta, la arrugue y sin voltear a verle salí de la casa.