Los Demonios Detrás Mi Sonrisa...

Nota 12

Habían transcurrido varios días desde mis últimos cortes, la monotonía era parte de mi vida, la escuela, la librería e ir a casa.

Esta noche en específico lucía extraña, un sentimiento de intranquilidad me embargaba sin razón alguna.

El sol se había ocultado hace mucho, salí de la librería rumbo a casa, en una caminata apresurada, llegué a salvo, preparé la cena y antes de ir a dormir revise que las puertas y ventanas estuvieran cerradas.

Tome algunas fotografías que tenia junto a Abraham.

Era tonto aún aferrarme a el, sabiendo que jamás regresaría había pasado ya tiempo desde su muerte y aún sentía la necesidad de llorar al recordarlo.
Mi móvil sonó lo tome y era un mensaje de un número desconocido.

Es hora de volvernos encontrar princesa.

Sabía de quien se trataba, no era justo que ese asesino me robara la escasa paz que tenía.

Escuché ruidos en la planta baja, tome el móvil y marqué el número de Santiago, quien fuera que estuviera dentro de mi casa no podría conmigo.

Fuí silenciosamente al baño de mi habitación y tome una navaja abrí la puerta y comencé a bajar las escaleras, a mitad del camino me topé con su rostro, su mirada llena de odio paralizó mi cuerpo.

Retrocedí lo mas rápido que el miedo me permitía, comenzó a subir y corrí hasta mi habitación, puse el pestillo.

Marqué a Santi el cual no contestaba, llamé a la policía e informe que mi padre estaba dentro de mi casa, aún existía una orden de busca por el asesinato de mi madre, pero no podía esperar a que ellos llegarán.

Mi padre golpeaba la puerta, la cual amenazaba con ceder, abrí la ventana razonando el saltar o no.

La puerta se abrió y salí por la ventana, el golpe fue duro pero sin importar nada corrí lo más rápido que pude no sabía a donde iba ni que haría, el miedo no me permitía pensar con claridad.

Sentía los pasos de mi padre tras de mi, grite por ayuda pero siendo honesta no creí que alguien se acercará siendo la 1:00 a.m.

Tropecé, dándome un fuerte golpe contra el suelo, sentí sus manos sobre mi cabello, jadeé del dolor, me obligo a ponerme de pie.

Que gusto verte cariño, su voz ronca hizo que mi piel se erizara.

- Que quieres, ¿asesinarme también?

- Solo quería encontrarme con mi pequeña, supe lo que le paso a tu amiguito.

- No te atrevas siquiera a mencionar su nombre, ¡maldito asesino!

- Hey cariño, por favor no hables de esa manera de tu padre, dijo con tono de burla.

- Dejame en paz, no quiero saber de ti, si me dejas ir prometo no decirle a la policía sobre ti. 

- Esos idiotas no me importan, tengo grandes planes para ti hermosa...