Los Demonios Detrás Mi Sonrisa...

Nota 6

Al leer la carta de Abraham, todo se derrumbo en mi, pensaba suicidarse, desesperada fui a buscar a su mejor amigo, Santiago.

Le conté lo que estaba pasando, y el me llevo para allá la casa tenía una fachada tenebrosa, y descuidada.

Llamamos a la puerta, pero nadie atendió, giramos el picaporte, la puerta se encontraba abierta.

Santiago y Abraham se conocían desde niños, Santi se había mudado años atrás, el fue la razón por la cual Abraham había llegado a la ciudad y al colegio en donde nos conocimos. El me guió hasta la habitaciones abrimos todas las puertas, solo nos faltaba una, la de la habitación de Abraham, buscamos dentro y no se encontraba fuimos al baño y ví algo que jamás olvidaré.

Abraham se había cortado las venas se encontraba tirado en el piso, cubierto de sangre, fue imposible contener mis lágrimas, comencé a sollozar desesperadamente, Santiago me envolvió en sus brazos, me aleje de el, y fui hacía el cuerpo de Abraham, tenía una sonrisa plasmada en su rostro, había cumplido su sueño, morir.

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Han pasado dos semanas desde su muerte, aún siento su presencia recorrer la casa. Me niego a aceptar que jamás veré su sonrisa, que jamás veré sus ojos azules, que jamás escucharé su voz llamandome la niña de la sonrisa rota.

Los días se hacían largos, y las noches imposibles, cada segundo sin el, casa segundo en el que yo seguía respirando era una maldita tortura.

Había encontrado una razón para vivir, y en destino la había arrancado de mi lado, desde su funeral no había podido volver a ser la misma.

Mis muñecas no podían con un corte mas. Eran tantas las noches en las que en insomnio se adueñaba de mi, en las que mi mente jugaba conmigo y creía oír su voz, su risa, en las que sentía sus caricias, sus besos...

Había comprendido más que nunca la frase que siempre decía en dolor físico siempre será mejor que el psicológico, pero en mi ya no tenía efecto, cada corte me recordaba más a el, y me hundía en un abismo del que no saldría nunca, al menos no viva...