Nota 16

15 1 0
                                    

Dos meses después de que Santiago me tuviera aquí, comenzó a acoplarse a su nueva vida, consiguió un empleo en una empresa importante de la ciudad.

Luego de sus golpes me dirigió la palabra en pocas ocasiones, en las cuales jamás me vio a los ojos, me pidió perdón en repetidas ocasiones, causando más asco y odio en mi.

Contrató a una mucama, para que no estuviera sola en casa, la veía muy poco, ya que estaba mayormente encerrada en mi habitación, Santiago me había permitido salir, pero las puertas principales aún estaban cerradas.

Ella era una joven de quizás 25 años, tenía un aspecto dulce y amable, siempre con una sonrisa en su rostro se llamaba Johana, esa mañana me llevó el desayuno, me platicó un poco sobre ella, y me comentó que Santiago había salido muy temprano en la mañana, y no pensaba volver durante el día.

Pase el resto de la mañana pensando en que era la oportunidad perfecta para salir de ese infierno.

Johana contaba con una llave de la puerta principal, pero como quitarsela sin que lo notara. Era obvio que aunque fuera amable conmigo trabajaba con Santiago y no podía perder mi única oportunidad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 26, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Demonios Detrás Mi Sonrisa... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora