El deseo de la Nieve

Un deseo

Advertencia:
• Contiene Spoiler sobre los libros de William Joyce "Los guardianes de la infancia".
• Es un Blackice (Pitch x Jack)

Era de noche, las estrellas pintaban el cielo y la luna se escondía tras su capa oscura, para el espíritu del invierno y la diversión no había peores noches que las de luna nueva.
Por Muchos años la luna había sido una silenciosa compañera y por mucho que odiara admitirlo, se sentía solo sin su luz.

No era una costumbre dormir, la hora era diferente en otras partes del mundo y siempre había lugar para una noche o un divertido día de nieve, el invierno se manifestaba de manera curiosa y variada en todas partes del mundo, había lugares que apenas si tocaba con su frío y otros que parecían una constante fiesta de nieve. Por eso, dormir no era lo primera en sus cosas por hacer, aun así, tenía contado los días que no dormía en tranquilidad, 138 días para ser exactos y ya comenzaba a extrañar los sueños propios, no esos que de vez en cuando tocaba y disfrutaba por breves momentos, siempre se encontraba con algún hermoso sueño que repartía Sandman, pero nunca eran para él.
Ya le había pedido una vez un poco de arena para dormir, pero no había tenido efecto.

Su deseo por dormir crecía con el tiempo y entre más días se sumaban a su insomnio, más cansado de sentía, lo que resultaba extraño porque era un espíritu, estaba muerto y poseía todos los poderes del invierno.
Nunca antes se había encontrado con otro espíritu climático, desde el comienzo de las eras que La Madre Naturaleza se encargaba de eso, algo tuvo que hacer El Hombre de la Luna para que fuera diferente con Jack, en fin su problema no era ese, él solo quería dormir.

Día 345, fue con North, teniendo la esperanza de que encontraría consuelo y arrullo en las galletas y la leche tibia. Al comienzo si fue así, se sentía adormilado y muy cómodo en una de las muchas habitaciones del castillo en el polo, pero su curiosidad era mayor y en ese lugar siempre había cosas interesantes por ver, termino por desvelarse otra noche, probando nuevos juguetes y haciendo enfadar a los yetis.

Día 426, conejo fue su segunda opción; después de pensarlo mucho. Normalmente Easter no estaba trabajando todo el año en su madriguera y salía una noche como hacía North. Los huevos de pascua eran objetos delicados y con una vida muy corta, la mayor parte del año la "fábrica" de conejo estaba cerrada y él se concentraba en la invención de nuevos chocolates, nunca los probaba, pero la madriguera siempre olía dulce y era un lugar cálido.

Se metió sin permiso y busco un lugar cómodo para dormir, pensó que lo había encontrado, pero el entrar sin autorización al hogar del territorial conejo, le hizo salir a toda velocidad, evitando una segunda guerra de pascua.

Día 623, esta vez fue con Toothiana, ella le recibió con los brazos abiertos. Se le hizo raro que Jack buscará un lugar para dormir, pero ella como siempre entendió todo con el corazón de madre que tenía. Las mini haditas juntaron cojines y almohadas para Jack, y le hicieron un pequeño espacio para que descansara, lo más apartado del ruido que pudieran. Al igual que en los hogares de sus otros amigos, al comienzo se estaba durmiendo, pero algo le sacó del sueño, esta vez fue el insistente canturreo de las hadas, era imposible no escucharlo, cada pequeña voz se sumaba a la anterior y cuando estaba por caer dormido, parecía que todas gritaban. No pudo dormir.

Llevaba mucho días para ser normal, lo regular era que durmiera una o dos; en raras ocasiones hasta cinco, veces en el año. Comenzaba a molestarle mucho, a él le gustaba soñar y viajar a esos recuerdos agradables, tener aventuras como niño y conocer mundos que no existían o que no podía alcanzar, como el espacio.

Su última salvación era Sandman.

Fue con el pequeño hombre de arena, le explicó la situación y viajó con él toda la noche en su nube de arena y sueños. Se sentía muy tranquilo, pero no sentía que el sueño se apoderara de sus sentidos, simplemente no podía dormir.