Echo

1.4K 195 25
                                    


Respirar era doloroso, sentía una punzada en el pecho cada vez que lo intentaba. Su piel ardía, sentía como si se quemara desde dentro, pero solo se trataba de una pesadilla, un alterado recuerdo de como fue el morir congelado.

Hace tres días que merodeaba sin falta la guarida de Pitch y las pesadillas ya le estaban afectando, sabia que en ningún momento se le habían acercado, pero el ambiente tenia el miedo en el aire y eso le estaba afectando negativamente; aun cuando no dormía, sus divagaciones e historias imaginarias se veían alteradas por el ambiente e imaginaba que debía ser igual para Pitch, después de todo él también podía sentir miedo.

Esa noche decidió ir con Sandman y pedirle un saquito con arena de sueños, ya habían comprobado que no lo iba hacer dormir, pero al menos le serviría para mantener alejadas a las pesadillas y hacer que sus nuevas ideas de invierno fueran mas divertidas; después de todo, entre mas niños creían en él, por mas mínimo que fuera el tiempo que este creía, sus poderes se hacían mayores. No le ocurría como a los otros guardianes, él aprendía de si mismo y podía mantener esa fuerza. Suponían que eso se debía a que el poder de Jack venia de la naturaleza y no de una "emoción".

Al terminar su visita a Sandy se dispuso a regresar a su tarea de vigilar a Pitch, no estaba haciendo lo que madre naturaleza le había pedido, pero ella tampoco se había aparecido de nuevo para corregirle o pedirle lo mismo, no importaba.

Desde el viejo pino en el que había estado recostado en los últimos días, podía ver perfectamente la entrada a la guarida de Pitch. En todos esos días no había salido, pero de vez en cuando daba señales de vida, las peleas con sus pesadillas eran constantes.

Jack no podía negar que tenia curiosidad de lo que pasaba ahí dentro cuando solo había silencio, pero aun tenia ese mal recuerdo del laberinto que significaban esos interminables pasillos de sombras y el solo recordarlo le causaba un desagradable escalofrío en la espina. Si se suponía que Pitch fue un gran soldado defensor de universo y que su hija aun creía que había bondad en él ¿por qué ocultarse en un lugar como ese? si quería un lugar oscuro y lo que fuera, habían muchas otras cuevas o lugares lúgubres mas acogedores que ese y con menos similitud a un cuadro de Escher.

Una noche, mientras vigilaba escuchó un sonido extraño, era dulce y agradable, una canción...Pitch estaba tarareando algo que por alguna razón le hacia pensar en un momento muy feliz, pero le hacia sentir muy triste. Sintió ese amargo sentimiento que venia cada vez que recordaba el rostro de su hermana al verle caer y se le hizo un nudo en el estomago. Una incomoda sensación que no quiso dejarle aun cuando Pitch había terminado.

Movido por la curiosidad y quizás algo mas, entro a la guarida del coco.

Seguía tal y como la recordaba, oscura, fría y lúgubre, con un penetrante olor a humedad, claro que ahora estaba decorada por todas partes con la brillante arena negra. Se veían como manchas de petróleo por todos lados, era una extraña zona de guerra y por suerte ya no quedaban sombras por ahí, pero tampoco había rastro de Pitch y por un momento, por un breve momento temió que algo le hubiera pasado y esa canción fuera su forma de despedirse del mundo.

Volvió a sentir ese horrible sentimiento recorriendo todo el cuerpo, por mas que le desagradara, si moría el equilibrio se iría al demonio. Diablos, estaba pensando de forma madura y responsable como guardián

Preocupado por la vida de Pitch y por la suya, recorrió esos interminables pasillos, buscando al dueño de ese temible lugar. Al comienzo de su búsqueda estaba muy nervioso, tenso y los escalofríos le atacaban cada cuatro pasos, sentía susurros y murmullos de todos lados, sentía que se volvería loco en ese lugar y no llevaba mas de un minuto, tenia que admitir que era mas agradable escuchar la voz de Pitch a escuchar esos interminables susurros que no parecían decir nada, pero al mismo tiempo le hacían pensar tantas cosas, como si fueran cientos de preguntas sin respuesta que le hacían dudar de todo. Que horrible era vivir en ese lugar si siempre era así.

Los murmullos se volvieron más claros, fuertes y cercanos, como si algo más estuviera dando vueltas a su alrededor. Sentía que ya no podía dar ni un paso mas, las palabras se habían vuelto estridentes risas, horribles carcajadas que le aterraban hasta los huesos.

No supo en que momento se había hecho un ovillo en el suelo, intentando tapar sus oídos y buscando protección entre sus brazos, quería salir corriendo de Ahí pero no podía moverse, el sonido crecía a su alrededor y sentía que le aplastaban, solo pudo gritar con fuerza, pero su voz no fue mas que un hilo de aire entre las risas, hasta que Pitch apareció. Las risas y murmullos desaparecieron, por un momento hubo silencio y luego el viento silbo entre las rocas, acompañado de dulces grillos que en algún lugar lejano cataban, usando la cueva como su escenario.

Levanto la mirada aun aterrado, no podía moverse, solo observaba la mirada interrogante de Pitch.

El mayor se acerco a él en silencio, cargándole en sus brazos como si fuera algo muy pequeño y delicado. Jack no protesto de ninguna forma, por primera vez sentía algo muy diferente al miedo al estar cerca de Pitch, era algo muy cercano a la protección que solo un padre puede dar.

En cuestión de segundos estaban fuera de la cueva, la luz de la luna le hizo sentir muy tranquilo, pero al mismo tiempo sentía que estaba bajo una mirada inquisidora. Pitch a su espalda le observo un momento sin decir nada y luego suspiro, se le notaba el cansancio.

-¡Pitch!- Grito Jack y se apresuro al lado del mayor, dejando en su mano un poco de arena de los sueños y luego se fue volado, sintiéndose avergonzado.

No sabia si había hecho bien, no tenia idea de como funcionaban los sueños con el rey de las pesadillas o si podía hacer algo malo con ellos, pero creía que si podía tener pesadillas, también podía tener buenos sueños y en ese momento, parecía que aquel que fue su enemigo era quien mas necesitaba de esos buenos sueños.


//No sé, pero tengo así como mucha energía para escribir capítulos cortos, quizás más rato llegue con otro capítulo o me tome el tiempo para escribir de otra historia//

El deseo de la NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora