Sombra

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Ahí estaba el señor de las pesadillas, frente a Jack y el albino sin saber que hacer, abría y cerraba la boca como un pez, mientras buscaba que decirle para dar una explicación. Aun le quedaba un trecho de túnel para salir de la cueva y lo estrecho que era no le permitía volar, terminaría estampado al techo.

-Yo....¡yo tengo que vigilarte!- grito, como si fuera la respuesta a un regaño y así se sentía bajo la mirada penetrante del coco.

-Eso ya lo sé y también se que eso no implica que te metas a curiosear a mi casa.

Diablos- pensó Jack, pero luego se tranquilizo súbitamente y sintió como si alguien más pusiera las palabras en su boca.

-No estoy aquí por petición de los otros guardianes...fue ella quien me lo pidió...Emily Jane.

Pareció que esas palabras le dolieron profundamente a Pitch, en realidad Jack esperaba que le alegrara saber que su hija estaba preocupada por él, pero se veía como si le hubieran puesto sal en una herida.

Con calma el coco aparto a jack de su camino, dejando que sus propio pasos le movieran. Al igual que noches anteriores no le importaba la presencia del espíritu del invierno. Dejo que Jack le siguiera por la cueva, enseñandole lugares que nunca antes había visto, fuera de lo que era una aterradora cueva, ahí de verdad era una casa.

–Así se veía tu palacio...ups- se mordió la lengua, no pensó antes de preguntar eso- Lo siento...

–Supongo que si, no todos recuerdan como lo hacen los otros.

Jack bajo la cabeza, esa realidad le llego de golpe y volvió a sentir ese extraño sentimiento revolviendo en su estomago.

Volvió a disculparse y salió de ahí, ahora habían otras cosas que quería saber y solo había una persona que podía responder sus preguntas.

Volando fue con Madre naturaleza, ella le esperaba donde siempre, teniendo una animada charla con unos botones de rosa, parecía que estaban compartiendo secretos que solo entre ellas entendían.

Se acerco lentamente, con timidez y duda, hasta que la hermosa mujer le pidió que pasara. Obviamente no se hizo de rogar y paso, sentándose en el suelo a su lado.

Sin esperar demasiado comenzó sus preguntas, recapitulando todo lo que había visto en el día y lo que había escuchado de las historias. Quería saber como era la "edad de oro".

La sorpresa fue clara en su rostro, realmente no quería hablar del pasado, pero ella ya había pedido demasiado, y si Jack quería respuestas, tenia que ser justa.

*Alerta Spoiler con algo de mi mano*


Comenzó hablando del príncipe lunar, le contó las historias que había oído de su padre y de como los reyes de antaño habían dado su mayor esfuerzo en mantener las sombras alejadas de las personas que vivían en las estrellas. Su padre fue un gran guerrero, lucho fervientemente por la paz en las estrellas, por semanas; en ocasiones meses, no tenia noticias de él, pero siempre volvía con una gran sonrisa y nuevas aventuras que vivían juntos.

Fueron las mismas sombras contra las que luchaba las que corrompieron su corazón. Los piratas llegaron a su castillo, ella se salvo gracias a su madre, la hizo huir en su pequeño velero espacial. Vio a su madre saltar desde una ventana, cargando consigo una muñeca para hacerle creer a los piratas que ambas habían muerto. Su padre escucho las historias y el miedo le consumió, fue cegado y nunca pudo cumplir la promesa de regresar. Por mucho tiempo, ella le había odiado por eso, le tomo mucho tiempo poder entender que no era culpa de su padre y por ello le había pedido tal favor a Jack.

*Fin del spoiler con algo de mi mano*


Con esa charla aprendió muchas nuevas cosas y se decidió, ya no era solo porque se lo habían pedido, tenia claro que Pitch había sido un buen hombre y un buen padre, para alguien como Jack, que sabia lo que era que un padre este lejos, era muy importante recuperar ese lado de Pitch, podía regresarle algunos recuerdos y cambiarle un poco, su misión jamás dejaría de ser la de entregar miedo, pero ya no seria el villano al que todos temían.

Con un nuevo objetivo por delante, salió volando con dirección a la cueva del coco.


Hola, estoy regresando de a poco.

El deseo de la NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora