Paso a paso

901 155 16
                                    

Día por medio Jack visitaba la cueva del coco, a veces llevaba "ofrendas de paz", otras solo iba con historias que contar y seguía al antiguo por la cueva.

El muro poco a poco se iba derribando, hacía preguntas sobre el lugar y Pitch respondía siempre sin ánimo, pero nunca dejaba a Jack sin respuestas; más que nada porque el menor insistía en saciar su curiosidad.

No tenía idea si de verdad le escuchaba cuando narraba sus aventuras con los niños o le inventaba alguna historia fantástica, trataba a Pitch como uno de sus niños, intentaba impresionarlo o al menos hacer reír, pero se mostraba imperturbable, a excepción cuando dormía. Habían ocasiones en las que sólo de dejarse en su sofá caía en un profundo sueño, Sandman ya se había encargado de erradicar todas las pesadillas de arena, pero Pitch tenía las suyas propias y tenía que vencerlas por su cuenta.
Así lo hacían los niños, la influencia del coco nunca desaparecería, las pesadillas de ellos iban y venían, pero los juegos y nuevos retos aprendían a defenderse, convertían sus pesadillas en la más emocionante aventura. Pitch parecía atrapado en el miedo y Jack se estaba quedando sin ideas. Fue entonces cuando se le ocurrió narrarle las historias que había leído en el gran libro.

Volvía seguido al taller de Norte para leer y aprender, inventar una versión resumida en su cabeza, luego iba con Pitch y cuando le encontraba dormido le contaba esas historias, parecía que así si le escuchaba, su expresión se notaba mucho mas tranquila cuando le hablaba de esas historias, puso especial esfuerzo con las que hablaban del general Kozmotis Sombriner; pues ese era su nombre real.

Sandman ayudaba en su tarea; claro que no ahí con él, le había contado; con gran esfuerzo, las historias que había escuchado del gran general al que todos sus marineros llaman "Señor Sombra", habían muchísimas historias de heroísmo y valentía en las que Pitch Black era el héroe, proezas que Jack solo podía imaginar posibles de Norte. Le gustaba contar esas historias y no solo a Pitch, también a los niños las contaba. No era raro escuchar en los juegos a niños gritando que eran el capitán sombra y que protegerían el espacio. La imaginación de ellos no tenía limite y a veces inventaban nuevas aventuras para que Jack se las contara al coco.

Con esas historias el tiempo paso, llevaban unos meses con esa rutina, pero las pesadillas no cesaban y las ideas esta vez si se habían acabado, prácticamente tenia que exorcizar a Pitch para que dejara de ser oscuro...él no podía olvidar lo que había perdido y no se perdonaba no haber estado ahí cuando su familia lo necesito.

–Es raro verte desanimado, Jack.– Dijo el coco, caminando lentamente hasta el joven guardián, que semi sentado sobre su cayado observaba el horizonte.– Entiendo que leíste la historia. No siempre duermo cuando crees que lo hago, te escucho...

–No recuerdas que pasó?

Pudo verlo en sus ojos, algo recordaba, algo que le carcomía el alma. No estaba seguro de querer averiguarlo.

— Ella te lo dijo, lo que pasó cuando atacaron nuestro hogar, yo no lo sabía hasta hace poco, hasta que tú me lo dijiste...—levanto la vista a la luna.— fui engañado, llamado lejos mientras mi hogar era asediado, cuando llegue ya no había nada que salvar y las sombras no paraban de hablar, vanagloriarse de como las habían matado. Los mate Jack, aquellos que debía custodiar, los mate a todos.
Vi el horror en los ojos de mi tripulación, pero ya era tarde... poco y nada recuerdo luego de eso...

—...Las voces en la cueva?

— Son ellos o lo que queda, en un comienzo ya eran sombras y algo así no desaparece...

El deseo de la NieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora